Inseguridad de escándalo

En opinión de Víctor Iván Saucedo Tapia

Inseguridad de escándalo

Qué difícil resulta escribir esta colaboración desde la impotencia, el hartazgo y el miedo por lo que estamos viviendo.

El fin de semana pasado fueron días negros para el estado, 17 muertos en distintos ataques armados en todo el territorio, toque de queda por amenazas del crimen organizado en Miacatlán, Mazatepec, Tetecala y Coatlán del Río obligaron a suspender labores de manera extraoficial y a que los taxistas se guardaran por miedo. El lunes 5 muertos en Av. Morelos en un ataque armado perpetrado en las instalaciones de la central de autobuses Estrella de Oro y lo que se siga contabilizando en la semana.

Lo que sucede en Morelos es de escándalo, las autoridades están claramente rebasadas, la estrategia de seguridad es nula, de inteligencia ni hablamos, la ciudadanía no se siente protegida o respaldada por sus gobernantes, por el contrario, aquellos que buscan delinquir comprenden que Morelos es tierra fértil para ello porque la incapacidad del gobierno, sumada a la enorme impunidad que priva en el estado, hacen muy complicado que quienes violan la ley tengan un castigo por ello.

¿Qué tiene que pasar en Morelos para que la ciudadanía se harte y tome acciones? ¿Por qué en otros periodos había líderes sociales y religiosos exigiendo seguridad y justicia y hoy callan? ¿Será que el miedo es mayor al compromiso social? ¿Será que se convirtieron en lo que combatieron?

Yo no estoy diciendo que las administraciones pasadas no lo merecieran, el baño de sangre en el sexenio de Graco Ramírez fue espeluznante, igual que muchos otros delitos, abusos y excesos que se cometieron durante ese periodo, pero es un hecho que durante este breve lapso del sexenio de Cuauhtémoc Blanco las cifras siguen aumentando y no se ve que tengan idea de cómo solucionar las cosas.

En todo este panteón en el que han convertido Morelos, personalmente estoy hasta la madre de ver a los funcionarios insensibles hablar de muertos como si fueran un número más, tomar la salida fácil de decir que TODOS los asesinados son miembros del crimen organizado (no dudo que la inmensa mayoría lo son, pero no todos), que omitan los feminicidios como algo que no es grave, que hablen de secuestro sin pensar en el dolor de las familias, que el cobro de piso azota Cuernavaca y acaba con el poco ingreso de quienes invierten en el estado, que la vida nocturna está muerta, que salimos a la calle con miedo y que eso está provocando que la sociedad se aísle irremediablemente.

No sé si aquellos que son parte de los tres poderes del estado no se dan cuenta, pero la gente está harta de ver sus pleitos estúpidos por poder, por dinero, por canonjías y ventajas mientras Morelos se cae a pedazos entre inseguridad, muerte y una descomposición absoluta del tejido social.

Yo siempre he sido un convencido de que aquellos que llegan a Morelos con el ánimo de ayudar deben ser bienvenidos y hay que recibirlos con gratitud; Don Lauro Ortega no nació en Morelos, pero hizo más por el estado que muchos y se le recuerda con cariño, con respeto y como un hijo más de Morelos. Pero me resulta imposible creer que Cuauhtémoc Blanco y José Manuel Sanz estén en el estado con buenas intenciones, que tengan conocimiento de lo que están haciendo o de que estén pensando en el pueblo, en su legado y en su lugar en la historia; sus frívolas pretensiones son claras desde hace años y está de más decirlas.

Del mismo modo creo que el Almirante Ortiz Guarneros y el Secretario Pablo Ojeda son buenos hombres pero están atados de manos, con poco margen de maniobra y rodeados de funcionarios que o son incapaces o no conocen el estado, no conocen a su gente y no tienen experiencia en materia de seguridad.

Creo que la suerte del Gobernador está echada, que difícilmente tiene elementos para justificar las acciones de su gobierno, que el “no les voy a fallar” está agotado y que a menos que suceda un milagro, si esta espiral sigue creciendo, invariablemente Cuauhtémoc Blanco saldrá de cambio antes del minuto 90.

 

El problema para ellos, que no conocen nuestra historia, es que seguramente desconocen que la ola de inseguridad en Morelos ya ha logrado cortar el sexenio de algún Gobernador… al tiempo.