Serpientes y escaleras - Gallus gallus domesticus

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - Gallus gallus domesticus

Gayosso hizo mucho dinero en el sexenio de Graco. Y no le alcanzó para ganar

 

Gallus gallus domesticus

Hijo de Guillermo Gayosso y Elena Cepeda, Rodrigo, fue una figura preponderante durante el sexenio de Graco Ramírez. El Gallo Gayosso heredó de su madre el protagonismo y la ambición que lo llevó a intervenir en todos los espacios de poder durante ese sexenio y de su padrastro el interés de hacer de la política un negocio sumamente lucrativo sin taras morales ni ideológicas. Rodrigo Gayosso Cepeda es producto del matrimonio que gobernó Morelos del 2012 al 2018 y encarna todos los valores de esa familia. Su “retiro personal” no es por gusto, sino obligado por las circunstancias.

Hace unos días el dirigente estatal del PRD descartó la reaparición política en el 2024 del otrora poderoso hijo incómodo; “se encuentra en un retiro voluntario”, declaró Sergio Prado, un actor político creado a imagen y semejanza del tristemente célebre candidato perredista a la gubernatura.

El ascenso y colapso del Partido de la Revolución democrática en Morelos está directamente relacionado con el sexenio de Graco Ramírez; el triunfo perredista del 2012 no es casualidad, fue resultado de los conflictos internos en el PRI, del apoyo del entonces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador y el acuerdo nacional para que en la tierra de Zapata los otros partidos mandaran a sus peores candidatos.

La experiencia de Graco Ramírez y su diseño de campaña ofrecía a los morelenses un gobierno encabezado por un político maduro, con buenas relaciones nacionales y capacidad para resolver problemas. Plantar esta idea no fue difícil porque frente al tabasqueño aparecieron tres candidatos sumamente vulnerables: uno relacionado con la delincuencia organizada, otro con fama de alcohólico y el tercero un idiota.

Los primeros dos años de la administración graquista no fueron tan malos como los últimos; en ese tiempo el control de la administración estatal estuvo en manos del gobernador y fue él quien tomaba la mayoría de las decisiones; las cosas fueron cambiando de manera paulatina después del segundo año y en la víspera del proceso electoral intermedio la intervención de la esposa y el hijastro en temas de estado ya era inocultable.

Amparado en la fuerza de su madre, Rodrigo Gayosso se convirtió en el hombre fuerte del sexenio, en la figura que ordenaba, con la que había que hablar y quien determinaba que se hacía y que no se hacía en esa administración. Junto con Elena Cepeda y José Domingo Ramírez, Rodrigo transformó el gobierno estatal en un negocio familiar y alineó a sus intereses a la gran mayoría de los alcaldes y diputados locales.

Resistir a las presiones de la familia gobernante no era sencillo porque eran ellos quienes daban luz verde a cualquier contratación estatal y también los que definían el futuro político de muchas personas; quienes se atrevían a llevarles la contraria o por cualquier razón caían de su gracia, eran perseguidos y estigmatizados. Graco, Elena y Rodrigo son personas con muchos traumas personales y sumamente rencorosos.

Los logros que alcanzó el régimen graquista durante el primer tercio de su mandato se vinieron abajo después de la mitad del sexenio, cuando Rodrigo y Elena le arrebataron el control del estado a Graco y presumían que eran ellos y no el gobernador quienes tenían la última palabra en todos los temas.

Fueron muchas las historias que se contaron sobre sus exabruptos personales, sobre incidentes que ocurrían en la residencia oficial y conflictos que protagonizaban estos personajes; constantemente el matrimonio cenaba en privado con sus amigos en la residencia oficial y varios de ellos fueron testigos de este tipo de situaciones. “Algo pasa en esa relación que Elena controla totalmente a Graco y lo obliga a hacer lo que Rodrigo quiera, aunque él no esté de acuerdo. Es evidente que hay “algo” porque a pesar de su carácter y su negativa, cuando Elena aprieta a Graco con el tema de Rodrigo siempre lo dobla”, me contó en alguna ocasión un matrimonio que constantemente departía los alimentos con ellos.

La fuerza de Gayosso comenzó en lo económico, pero luego pasó al terreno de lo político; gracias al apoyo del gobierno estatal y el control del partido, el primer hijastro de Morelos se convirtió en un poderoso actor político con influencia en varios partidos, que mandaba por igual a los secretarios, que a varios presidentes municipales y a casi todos los diputados, sin distingo de sus siglas.

“Rodrigo es un genio de la política, es una persona fuera de serie” me dijo en alguna ocasión entusiasmado Francisco Santillán; “Hay que estar con él porque ahí está el futuro, porque es quien tiene el control del estado y además es sumamente inteligente” agregaba con la emoción que le generaba ser parte de ese grupo.

Y como él muchos: el poder económico y político de Gayosso era como el canto de las sirenas; gran parte de la clase política local se doblegó a sus decisiones y le decían que sí a todo. El intento de desafuero del alcalde Cuauhtémoc Blanco y la pifia que cometió la cámara de diputados en el proceso dejó claro que el entonces dirigente estatal del PRD incluía controlaba a la cámara de diputados. La Legislatura 53 sí pudo haber quitado la presidencia municipal de Cuernavaca al futbolista, pero fallaron en los tiempos y en el proceso, porque Rodrigo se empeñó en acelerar las cosas y ningún diputado se atrevió a contradecirlo. El americanista ganó en el terreno legal porque los legisladores violentaron el debido proceso, no porque no tuvieran razón.

Los excesos de Rodrigo Gayosso fueron económicos, políticos y también en contra de sus aliados y correligionarios; en una asamblea estatal perredista Rodrigo Gayosso impuso su candidatura a la dirigencia estatal a la de José Luis Correa y meses más tarde, cuando supo que Correa estaba muy enfermo, intentó imponerle como suplente a uno de los hermanos Prado (actual dirigente estatal), hecho que José Luis rechazó porque dijo que estaban tratando de sacar provecho de su enfermedad y pretendían quedarse con la curul cuando él ya no estuviera. Por cierto: en este difícil trance personal José Luis Correa pidió ayuda a Graco Ramírez para que lo atendieran en algún hospital especializado de la Ciudad de México, pero el gobernador se negó.

Con la fuerza y control del estado, incluyendo a varios partidos y a los tres poderes, Rodrigo Gayosso pudo fácilmente ser senador de la república por la vía plurinominal; desde su espacio llevó mano en la negociación de la alianza estatal y gracias al apoyo que le brindaba Graco, dialogaba con las dirigencias nacionales, lo cual le hubiera permitido negociar un espacio seguro en la lista nacional. Pero su arrogancia fue mayor.

Contra todos los pronósticos e incluso contra la voluntad de Graco Ramírez, Rodrigo Gayosso arrebató la candidatura al gobierno estatal y al hacerlo rompió la alianza multipartidista; el PRI de las Maricelas obedecía a pie juntillas a Rodrigo, Movimiento Ciudadano era suyo y el PAN a través de los hermanos Martínez Terrazas también se movía a su ritmo. Lo mismo pasaba con el PT de Tania Valentina, el Verde de Javier Estrada y el PSD de los Yáñez: todos los partidos se doblegaban a su voluntad, todos excepto Morena y Cuauhtémoc Blanco, a quien durante tres años Graco y Rodrigo persiguieron de todas las formas posibles, incluyendo el intento de vincularlo al narcotráfico y culparlo del asesinato del concesionario de la feria de Cuernavaca. Pero cuando Gayosso impuso su candidatura todo se desmoronó.

El autoexilio en el que se encuentra el hijastro incómodo no es voluntario, como afirma el dirigente estatal del PRD, se fue porque ya no tiene nada que hacer en Morelos; el gayo Gayosso se fue del estado luego de su estrepitosa derrota y lo hizo de manera permanente. Su fracaso electoral fue monumental a pesar de la multimillonaria inversión que hizo; derivado de ello Rodrigo rompió relaciones con su familia, vendió sus propiedades en la entidad y emigró a la ciudad de México, donde ahora se presenta como un prominente industrial del reciclaje.

Recordar lo ocurrido en ese sexenio no es solo anecdótico, es importante hacerlo porque no es el único personaje de la vida política estatal que actúa de esa manera, ni tampoco el primero que pensó que con dinero y controlando al estado, a los municipios y a las instituciones se puede ganar una elección.

La estrategia del gallus gallus domesticus no fue nueva y tampoco funcionó. Lo peor: hoy hay quienes la repiten pensando que a ellos sí les funcionará.

·         posdata

Un grupo de 22 presidentes municipales de Morelos formalizaron su inconformidad contra el fondo de infraestructura regional que creó el congreso local en el presupuesto del 2023; los ediles presentaron controversias constitucionales ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación contra la manera como los representantes distribuyeron los recursos de dicho fondo.

"Nosotros argumentamos que hubo inequidad en el reparto de los recursos económicos. Quiero comentarles que a la fecha, entiendo, ya se admitieron todas las controversias constitucionales, pero falta resolverse; un tema muy importante que tiene que ver con la suspensión de los recursos que se asignaron de manera directa a algunos municipios que, entiendo, ya están recibiendo los recursos económicos. Vamos a ver cómo resuelve la Suprema Corte de Justicia Nación en estos días sobre el famoso tema de la suspensión, nosotros estamos pidiendo que se suspenda la entrega de recursos hasta que no se resuelva de fondo, en esencia esos son los argumentos que estamos planteando" dijo el presidente municipal de Mazatepec Jorge Toledo Bustamante.

En independencia de lo que resuelva la SCJN, el hecho que 22 de 36 presidentes municipales se hayan inconformado con este fondo expone que se trata de una ocurrencia de los legisladores y no de una herramienta que responda a las necesidades de los ayuntamientos. Obvio: del total del dinero etiquetado en este fondo (543 millones de pesos) el 70 por ciento se repartió entre tres municipios: Cuernavaca, Yautepec y Yecapixtla y a los alcaldes se les condicionó el recurso a que las empresas que realicen las obras sean definidas por los diputados.

Desde el primer año de la legislatura el congreso local intentó crear este fondo municipal a sabiendas que no tienen atribuciones legales para efectuar obra pública; en este segundo intento ajustaron las cosas para que legalmente cuadrara, pero se reservaron el derecho de imponer a las empresas constructoras, porque obviamente ello les representaría una jugosa comisión. La idea de este fondo surgió de Roberto Yáñez, fue promovida por Eliacib Polanco y Julio César Solís y al final aceptada por el bloque de 15 legisladores de oposición.

Y se supone que la actual sería una legislatura municipalista. ¡Y honesta!

·         nota

En la víspera de la marcha de mujeres el comisionado de seguridad José Antonio Ortíz Guarneros advirtió que no permitirían actos de vandalismo y que procederían contra quienes los llevaran a cabo.

Puedo entender el sentido de legalidad del almirante, pero aunque sus dichos estén apegados a derecho, suenan mal y resultan contraproducentes.

Igual que con Alicia Vázquez Luna: las declaraciones no son lo suyo.

·         post it

Se puede no estar de acuerdo en la forma en que las mujeres expresan su derecho a la seguridad, a la igualdad y al respeto en las marchas del 8M, pero todos debemos ser empáticos con una lucha que no solo debe ser de ellas, sino de la sociedad en su conjunto.

·         redes sociales

Políticos tiktokeros, la nueva moda.

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