Cuando sea demasiado tarde… - ¿Cómo funciona la Psicopatía?

En opinión de Gabriel Dorantes Argandar

Cuando sea demasiado tarde… - ¿Cómo funciona la Psicopatía?

Derivado de unos estudios que estoy haciendo al respecto de la Psicopatía, el Sadismo, y la Agresividad principalmente de conductores de autos particulares, me ha tocado revisar en las últimas semanas una gran cantidad de material al respecto del tema de esta semana. Todavía me falta material por cubrir y otro tanto de material qué producir, pero dadas las circunstancias políticas y sociales actuales, es muy difícil no poner esta carta sobre la mesa. Según datos producidos por su servidor durante la primera mitad de este año, alrededor de un 10% de la población hispanoparlante muestra tendencias agresivas estadísticamente superiores a las del resto de la población, y de esos, un 40% (ósea, un 4% de la población total hispanoparlante) muestra importantes rasgos psicopáticos en su estructura de personalidad. Pero en el fondo, ¿qué es la Psicopatía?

            La Psicopatía es prima hermana del Sadismo, el Maquiavelismo, y el Narcicismo, entre los cuales forman lo que se conoce como la “Tetrada Oscura de la Personalidad” (Plouffe et al., 2017), algo así como el sendero del camino oscuro de la Fuerza (“una vez que camines por él para siempre dominará tu destino”, pregúntenle a Graco Ramírez, el pequeño, si me equivoco). La Psicopatía se compone por dos elementos principales (Falkenbach et al., 2013): (1) algunos rasgos relacionados con temas de afectividad interpersonal, como la empatía, la manipulación, y la ausencia de culpabilidad; y (2) algunos aspectos de naturaleza más comportamental, como los actos criminales y una constante tendencia a no respetar la ley (¡No me vayan a venir con que la ley es la ley!), una tendencia hacia al irresponsabilidad y el cinismo (como andar mandando ligas de contenido pornográfico por el placer de hacerlo), y la impulsividad.

            Esta estructura de variables de personalidad no aparece como tal en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, tanto en su 4ª como en su 5ª edición. En su lugar aparece el Trastorno Antisocial de la Personalidad, me imagino que tratando de reconocer la prevalencia del fenómeno más o menos en las proporciones que les presento en el primer párrafo de este texto, y al mismo tiempo dándole la vuelta a la problemática del consenso en la academia y sobre todo en la academia de Psicopatología. ¿Por qué es un problema? Porque tanto el Sadismo como el Maquiavelismo también portan componentes relacionados con la ausencia de sentimientos de culpa en el individuo, y una fuerte tendencia a la manipulación de aquellos que rodean al individuo. La única diferencia verdadera que encuentro entre la Psicopatía y la Sociopatía tiene que ver con el contacto que se tiene con la realidad. ¿A qué me refiero? A que la Sociopatía se inclina más hacia una absoluta carencia de culpa: el individuo comprende que lo que está haciendo no es socialmente aceptado, y elige hacerlo de todas maneras porque no le es muy relevante la aceptación social. Sin embargo, el Psicópata tiene más bien problemas con entender la realidad misma como tal, ¿por qué me exige la sociedad que trabaje si es más fácil y redituable andar secuestrando gente? Una manera fácil de ilustrarlo es comparando al Mayo con el Chapo. Si sabe usted que usted es uno de los criminales más buscados por las fuerzas de seguridad de varios países, ¿qué lógica le derivó a posar para la portada de una de las revistas de mayor circulación del mundo? Digo, la monogamia es parte del contrato de los socialmente aceptable (perdóname, mi amor), pero Kate del Castillo es Kate del Castillo.

Incluso, ya saliendo del ejemplo anterior, existe una porción de individuos etiquetados como psicópatas que encuentra su etiología en un inferior nivel de coeficiente intelectual. Un buen ejemplo de esto es el usar los fondos de reconstrucción de una de las tragedias más terribles que ha vivido este estado para patrocinar la campaña política de un candidato que no tiene tantas probabilidades de ganar dicha contienda. Se puede ser corrupto, y se puede ser inepto, pero no se puede ser ambas cosas al mismo tiempo. Pareciera ser que la política mexicana ha caminado en gran medida por el sendero del lado oscuro de la Fuerza, y no tiene para cuándo revertir dicha tendencia. Sostengo como hipótesis que los individuos que tal vez tendrían algo de capacidad de gestionar la administración pública, son en gran medida opacados por aquellos que sólo vienen con la intención de enriquecerse y manipular a los demás, sin importar los actos necesarios para conseguirlo ni las consecuencias mismas de dichos actos. Hemos llegado al punto en el que ser Presidente Municipal no es garantía de seguridad, y si se es un personaje político, invariablemente si se es de mucha o poca monta, le ruego piense usted dos veces antes de subirse a un helicóptero.

Profesionalmente encuentro que el Trastorno Antisocial de la Personalidad recoge muy bien los otros cuatro fenómenos, pero para ser de Personalidad requiere de una exhaustiva evaluación del individuo para no errar en la labor. Bajar el tema a trastornos menores o tendencias psicológicas permite comprender mejor el comportamiento de algunos individuos. Así que elija usted a su político favorito y salga a la calle a convencer a los demás de que su político favorito es mejor que los políticos favoritos de las otras personas, porque la salud mental no ha muerto, pero en definitiva ya no controla nuestro destino, si es que alguna vez lo hizo.

 

Falkenbach, D. M., Howe, J. R., & Falki, M. (2013). Using self-esteem to disaggregate psychopathy, narcissism, and aggression. Personality and Individual Differences, 54(7), 815–820. https://doi.org/10.1016/j.paid.2012.12.017

Plouffe, R. A., Saklofske, D. H., & Smith, M. M. (2017). The Assessment of Sadistic Personality: Preliminary psychometric evidence for a new measure. Personality and Individual Differences, 104, 166–171. https://doi.org/10.1016/j.paid.2016.07.043