Juego de Manos - Lo que viene
En opinión de Diego Pacheco
Este domingo fue el tercer y último debate entre la y los candidatos a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México. Con este ejercicio, se cierra la etapa de confrontaciones cara a cara entre quienes aspiran a hacerse de la simpatía de la ciudadanía y ganar la capital del país.
Asimismo, esta semana que comienza será sede del último debate presidencial entre Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez, donde se abordará los temas: Política social; Inseguridad y crimen organizado; Migración y política exterior, así como Democracia, pluralismo y división de poderes. La cita es el domingo 19 de mayo, a las 20:00 horas en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco.
Ahora, anticipando lo que podría ser más de lo mismo —Morena a la defensiva y firme en el discurso oficial, la oposición al ataque y sobre la bandera la seguridad, y Movimiento Ciudadano buscando colarse entre los dos anteriores—, vale la pena preguntarse ¿qué viene después de estos últimos enfrentamientos?
Muy probablemente estas sean las últimas ocasiones en la que veamos a las candidatas y candidatos enfrentarse de manera directa, frente a frente; pero los ataques entre los diferentes bandos serán actividades permanentes hasta el fin de la contienda el próximo domingo 2 de junio. En spots oficiales, en redes sociales, y a través de los liderazgos en territorio; los mensajes a favor y en contra de las y los candidatos se harán presentes.
En lo que corresponde a la elección federal, el 18 de mayo votarán las personas que se encuentren en el extranjero y se hayan registrado para participar en esta contienda. También, hasta el 20 de este mes votarán de manera anticipada 4,002 personas que no podrán asistir a las urnas el 2 de junio, debido a una limitación o incapacidad.
Lo anterior, enmarcado en un contexto de extrema competencia y saturación de mensajes políticos de todos los bandos, que inundan todos los medios de comunicación a manera de último esfuerzo por hacerse de la simpatía de los votantes (especialmente de quienes se encuentran indecisos).
Esta será la antesala para el gran silencio (en la superficie) de la campaña 2024, que tendrá lugar del 29 de mayo al 2 de junio, donde la veda electoral pondrá en pausa los actos públicos, spots y demás mensajes dirigidos a convencer a la ciudadanía. Este espacio, en la teoría, debe ser utilizado para la reflexión del voto previo a su ejercicio en domingo.
Entonces, volviendo a la pregunta de párrafos anteriores, lo que viene son poco más de dos de las semanas más importantes para esta contienda electoral. Pareciera que los guantes se quitaron para esta recta final, y los golpes duelen más que antes. Habrá que observar, después del 2 de junio, cuantas heridas de esta contienda se quedan abiertas.
En campañas, los momentos más importantes son, por un lado, el arranque, donde se presenta la propuesta y se hace visible el músculo con el que se cuenta y; por otro, el cierre, donde se debe hacer lo posible por elevar la simpatía que se sembró durante las semanas (o, en el caso de esta contienda, meses y hasta años, según el caso) previas, al mismo tiempo que se busca desprestigiar al oponente para reducir su aprobación social. De aquí en adelante, aflojar no es una opción y los errores valen por dos.
Por cierto
El 2030 es la fecha acordada por la totalidad de los 193 países miembros de la Organización de las Naciones Unidas, incluido México, para llevar a cabo las acciones correspondientes que permitan alcanzar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Estas incluyen tareas enfocadas al cuidado del medio ambiente, el crecimiento sostenible de las ciudades, la empatía y responsabilidad social, la paz, educación, salud, desarrollo económico y trabajo, combate al hambre, entre otras.
A pesar de que se habla de metas globales suscritas por países de todo el globo, la realidad pragmática es que, debido a las diferentes condiciones que tiene cada uno de ellos, la posibilidad de lograr estas metas varía de nación en nación.
No obstante, no hay que negar el gran valor que tienen estos objetivos como brújula para el planteamiento y ejecución de políticas públicas. Asimismo, estos se han convertido en un estándar y requisito indispensable para el acceso a apoyos nacionales e internacionales.
En el contexto presente y futuro inmediato, es indispensable que la próxima presidenta, gobernadora y demás representantes populares y funcionarios públicos tengan en la mira estos objetivos, siendo que muchas de las personas que resulten electas durante los comicios de este 2 de junio concluirán con su encargo en el 2030, fecha límite establecida para alcanzar los ODS.
Para alcanzar (o, mejor dicho, avanzar sobre) estas metas, es necesario que estos se incluyan en la formulación de los planes de desarrollo nacional, estatales y municipales para que, en armonía multinivel, se tracen acciones que se complementen de lo nacional a lo local y viceversa.
Hablar de Desarrollo Sostenible es contemplar la garantía de condiciones de vida dignas para todas y todos, que puedan perdurar a través del tiempo. Asimismo, este pensamiento debe de ser ajeno a colores y banderas. La mirada de la administración pública no se puede detener en el futuro inmediato, debe alzar la vista más allá del horizonte.
El tiempo no se detiene: