Serpientes y escaleras - El costo del silencio

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - El costo del silencio

Lo ocurrido en Patios de la Estación no solo es un hecho trágico, es un evento político de alto costo.

 

El costo del silencio

El asesinato de un joven en la colonia Patios de la Estación, una de las colonias populares más céntricas de Cuernavaca a manos de un elemento de la policía estatal no es un caso más de abuso de autoridad, se trató de una ejecución, de un acto trágico que exhibe la fragilidad institucional del estado y el deterioro de la confianza en las fuerzas de seguridad. La detención del culpable no aminora la gravedad del hecho.

El diálogo alrededor del tema es diverso, pero en todos los casos unificado en un mismo criterio: lo ocurrido es indefendible porque exhibe al estado frente a la prueba más delicada: el uso legítimo de la fuerza. Y lo es no solo por la muerte injustificable de un muchacho que simplemente grababa con su teléfono celular, sino porque muestra que el Estado perdió el control de su fuerza pública. Un elemento que dispara contra un civil desarmado no representa a la autoridad, la deshonra.

Y aunque en la dinámica política actual este tipo de situaciones, por graves que sean, se pierden con el tiempo, el hecho vuelve a poner en el centro del debate a la policía, golpea de lleno al gobierno estatal y afecta la imagen de la mandataria. Y es que, aunque Margarita González Saravia no apretó el gatillo ni dio la orden, la responsabilidad de lo que ocurre en su gobierno le corresponde, porque el poder público no se ejerce solo con la toma de decisiones, se hace también al asumir las consecuencias.

Pasado el hecho la respuesta institucional ha sido tibia: la secretaría de seguridad y su titular se refugiaron en el discurso del estado de derecho y del respeto al proceso, la fiscalía documentó la detención y puesta a disposición del asesino y el ejecutivo estatal, como siempre, guardo silencio.

Es cierto: el policía fue inmediatamente detenido, puesto a disposición y se abrió una investigación judicial, pero no ha habido una postura firme y clara de la gobernadora, como si la muerte de un inocente a manos de un representante de la seguridad no importara. ¿Cómo reaccionaría Morena y sus integrantes si este hecho hubiera ocurrido en un gobierno del PAN, del PRI o del PRD?

En política el silencio también comunica y se ha vuelto común que la mandataria evite hablar de asuntos de seguridad, como si ese tema no correspondiera a su gobierno o no fuera parte de sus responsabilidades como jefa del ejecutivo. La inseguridad y la violencia son los aspectos que más duelen a los morelenses, es lo que más impacta en la percepción del gobierno y por lo mismo, lo que más erosiona la legitimidad de quien encabeza el poder.

Lo ocurrido aquella noche en la colonia Patios de la Estación no fue un asunto cualquiera, es un hecho gravísimo que no se borrará con el tiempo, que afecta la confianza de la gente en sus autoridades y provoca distanciamiento entre el pueblo y las instituciones de seguridad.

La puesta a disposición del elemento responsable es solo uno de los pasos que el gobierno debe dar para salir al paso de esta terrible situación; igual de importante y trascendente es la postura pública que asuman las autoridades en un hecho tan grave. Suponer que el debate acabará solo con el tiempo es un error, porque aunque el tema no se mencione y localmente se contenga, la historia fue conocida a nivel nacional y el hecho quedó grabado en la mente de la ciudadanía.

Es comprensible que la gobernadora no quiera hablar del tema y evite entrar a un debate complicado como lo es el problema de inseguridad y violencia, particularmente este último donde se trató de una ejecución a manos de un elemento de la policía estatal, pero evadir permanentemente este tópico no es un camino que lleve a buen puerto.

Históricamente Morelos ha tenido gobiernos que evaden los temas de seguridad, que subestimaron la importancia de un gabinete sólido y una buena estrategia de comunicación en crisis. Graco Ramírez pagó muy caro la soberbia de sentirse invulnerable ante la crítica y a Cuauhtémoc Blanco también le costó mucho la improvisación, además de rodearse de incondicionales sin capacidad ni oficio.

Margarita González Saravia ha apostado por un gabinete políticamente correcto, diverso y paritario, pero sin figuras de peso ni operadores capaces de absorber la presión, por eso cuando ocurre un hecho grave o aparece una coyuntura, como la de Patios de la Estación, todo el peso social cae sobre ella.

El dilema ante este escenario es claro: si la gobernadora Margarita González Saravia continúa evitando los temas de seguridad y no hay nadie de su equipo que le entre con inteligencia y oportunidad al tema, el costo de lo que suceda lo absorberá ella por completo. En situaciones como esta última la ausencia es mucho más peligrosa que la presencia: la jefa del ejecutivo debería hablar sobre el tema, informar las acciones, reconocer los errores y garantizar justicia.

Si lo hace de manera correcta, más que salir afectada en su imagen y liderazgo, la gobernadora puede revertir la crisis y ganar autoridad moral frente a sus gobernados, porque no deja pasar de largo un hecho tan lamentable, ni permite que sea el tiempo quien borre la historia del debate público.

La ciudadanía morelense ha sufrido por muchos años a causa de malos gobiernos, de mandatarios que defendían lo indefendible, que justificaban los errores y se escondían ante las crisis. Hoy la gente quiere de Margarita González Saravia congruencia, no perfección, porque la conocemos sabemos que es un buen ser humano, alguien a quien le duelen las injusticias y es solidaria con los demás.

Precisamente por eso la estrategia de callar o esconderse no es correcta, mucho menos tratar de minimizar los hechos con tecnicismos. El dolor no se gestiona ni se supera con comunicados, sino con decisiones que prevengan que este tipo de cosas no se repitan.

La ejecución en la colonia Patios de la Estación es una herida abierta en la confianza pública que no se resolverá con el transcurrir de los días, aunque se deje de hablar de ello. Si el gobierno actúa con tibieza se convertirá una vez más en símbolo de impunidad, pero si actúa con firmeza puede ser el punto de inflexión para recuperar credibilidad.

En un estado donde la violencia duele y la desconfianza manda, callar no es prudencia, es complicidad.

Margarita González Saravia no puede elegir más el silencio, porque el costo político y moral crecerá.

·         posdata

El proceso de cabildeo de cara al análisis y aprobación del paquete económico 2026 está por comenzar. Algunos diputados adelantan que no se permitirá incremento de impuestos mientras que el ejecutivo enfatiza que el recurso se enfocará en temas sustantivos y de alto impacto para el estado, con especial consideración en los sectores más vulnerables.

El que viene será el segundo presupuesto que ejerza el gobierno de Margarita González Saravia y quizá el primero en donde los integrantes del gabinete tengan posibilidad de opinar sobre sus respectivas áreas, porque en el anterior Mirna Zavala no tomó en cuenta a nadie.

La historia presupuestal que viene puede ser muy distinta porque ahora al frente de la secretaría hay alguien diferente, un funcionario serio, capaz y sobre todo conocedor de la hacienda pública.

Jorge Salazar no es un personaje cualquiera, es un servidor público con muchos años de experiencia, que conoce a la perfección el manejo de la administración pública estatal, técnico, pero con sensibilidad y de la entera confianza de la gobernadora Margarita González Saravia.

El presupuesto que elabora el secretario seguramente corregirá los graves errores cometidos por su antecesora, considerará las variables programáticas que cada año se presentan y tomará en cuenta el anuncio que hace unas semanas hizo el gobierno federal, informando que en el 2026 los estados y municipios recibirían más recursos que el año que transcurre.

Con estos elementos la negociación política que se haga en el congreso debería ser más sencilla, la duda es si en esta ocasión habrá operación política desde el grupo parlamentario de Morena o nuevamente será la jefa del ejecutivo quien deba entrar al quite para que el proyecto económico salga en tiempo y forma.

El 2025 ha sido un año complejo en lo económico porque la titular de hacienda cometió errores graves en la presupuestación; con Jorge Salazar la expectativa mejora porque se trata de una figura diferente, alguien que se equivocará ni se excederá como Mirna Zavala.

·         nota

Después de lo ocurrido en Patios de la Estación, vecinos de la colonia advirtieron que no permitirían el ingreso de elementos de seguridad; los lincharemos, afirmó un grupo, por el lamentable caso del joven que perdió la vida a causa de un disparo.

El secretario estatal de seguridad Miguel Ángel Urrutia respondió de inmediato que eso no va a suceder: la policía continuará sus operativos contra la delincuencia en todo el estado, incluyendo Patios de la Estación. “No se bajará la guardia a pesar de las amenazas, los operativos seguirán para garantizar la seguridad de la ciudadanía porque pese a lo que dicen los líderes de ese lugar, la mayoría está a favor de que se mantengan los trabajos de vigilancia.

Y tiene razón: el estado no puede abdicar de su responsabilidad por ninguna circunstancia, ni permitir que un grupo de inconformes, bajo ningún argumento, impongan su ley sobre las instituciones y sobre la población.

Al estado le corresponde actuar legalmente contra el policía que disparó y el gobierno tiene que mostrar firmeza institucional ante esta situación, para que hechos así no vuelvan a ocurrir, pero de ninguna manera se puede dejar a una colonia sin policías, ni permitir que un líder y sus amigos determinen el trabajo de las instituciones, como ya sucede en el poblado de Ocotepec, donde amparados en el argumento de usos y costumbres, se abre un refugio para grupos delictivos que operan en toda la zona metropolitana y se esconden en esa comunidad.

En el caso de Patios de la Estación las autoridades deben mandar un mensaje público de firmeza, de cero complicidad y empatía con la gente. Si no lo hace, el gobierno corre el riesgo de que este caso se convierta en una herida política abierta que acompañe a la gobernadora el resto de su administración y marque la narrativa pública en la siguiente campaña.

·         post it

La reforma electoral contempla la desaparición de los organismos electorales locales. Los consejeros estatales dicen que defenderán el trabajo que realiza el IMPEPAC.

¿Alguien sabe qué hacen los consejeros fuera del proceso electoral?

·         redes sociales

Segundo golpe a grupos del narco que producen droga de forma industrial en Morelos; hace unas semanas fue en Huitzilac y ahora en Yautepec, en ambos casos se trató de mega laboratorios con capacidad de generar una tonelada de cristal al mes, cuyo precio de venta supera los 300 millones de pesos.

La manera de construir estos campamentos asemeja lo que hacen grupos guerrilleros y cocineros sudamericanos.

El golpe fue importante, aunque sin detenidos.

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