Observador político - Urgen castigos mayores contra la trata de personas
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes

Es encomiable la iniciativa de la coordinadora del grupo parlamentario del Partido del Trabajo en el Congreso de Morelos, Tania Valentina Rodríguez Ruiz, de impulsar para discutir y endurecer las leyes contra la trata de personas.
LEYES MÁS DURAS.- La trata es, sin duda, una de las formas más brutales de violencia y una herida abierta en el corazón de nuestra sociedad, empero, no solo se trata de exigir "leyes más duras" sino que se debe de castigar para que no haya impunidad.
Independientemente de ello, es urgente y necesario atacar este mal desde la verdadera raíz del problema que inicia con la desigualdad estructural y el modelo de Estado que la perpetúa.
La pobreza como cómplice del delito (El enfoque estructural) por lo que es loable que tanto Tania Valentina como el diputado Alberto Sánchez Ortega acertadamente señalan que este crimen atenta contra la dignidad y está ligado a la pobreza, la falta de educación, la migración y el crimen organizado. Sin embargo, estas no son variables aisladas, son los cimientos sobre los que se construye el negocio de la trata.
En un estado y en un país donde la precariedad laboral es la norma, donde la educación pública está bajo ataque constante por la falta de recursos suficientes para atender sus necesidades y donde la violencia feminicida se normaliza, ¿qué opción real queda a las niñas, niños y mujeres que caen en la red?
La trata no es solo un acto criminal; es una oferta macabra que florece en el vacío dejado por el Estado neoliberal que se retiró de su responsabilidad social.
La impunidad empieza mucho antes que la captura del tratante; empieza en la indiferencia del Estado ante la miseria.
LA MERCANTILIZACIÓN DE LA VIDA Y EL CUERPO.- La diputada Tania Valentina Rodríguez Ruiz, al instar a la reforma del Código Penal y Civil, subraya la meta de sancionar y prevenir.
La urgencia es real, sobre todo ante el uso del internet como herramienta de enganche. Pero, ¿por qué son tan efectivos estos "ganchos"? Porque vivimos en una cultura que ha mercantilizado todo, desde el agua hasta la salud, y el cuerpo no es la excepción.
La trata, especialmente con fines de explotación sexual, es la máxima expresión de la cosificación (como bien se mencionó en el foro).
Es un sistema donde el cuerpo de las más vulnerables—niñas, adolescentes y mujeres empobrecidas -se convierte en la mercancía más rentable para las redes del crimen organizado. No basta con sancionar al tratante individual; se debe desmantelar la lógica capitalista que ve un valor de uso y un valor de cambio en la vida humana.
URGENTE LEGISLAR.- Es urgente legislar y exigir un mayor presupuesto para ello, y se utilice con justicia social. De ahí el llamado a la participación de las instancias de seguridad pública y la fiscalía es pertinente.
Sin embargo, si nos limitamos a pedirles que "desarrollen programas efectivos de combate y prevención," estamos aceptando el problema.
Por tanto, urge que la verdadera exigencia sea en un primer punto, la justicia reparadora y no solo punitiva.
No basta con meter a alguien a la cárcel; se requiere un sistema que garantice la reparación integral de las víctimas, con refugios seguros, acceso a salud mental y oportunidades educativas y laborales que les permitan reconstruir una vida con dignidad.
El foro fue muy ilustrativo con gente profesional, preparados y un currículum impresionante en el tema, de ahí que se señaló que el financiamiento social debe ser efectivo para lograr una verdadera prevención que no está en un "tutorial de internet"; está en la inversión masiva en educación pública laica y gratuita con perspectiva de género, en la generación de empleos dignos para las mujeres y en programas que ataquen frontalmente la pobreza.
POLÍTICAS PÚBLICAS.- La depuración y voluntad política es fundamental y además es un secreto a voces que la trata opera, en muchos casos, con la complicidad o la ceguera intencional de cuerpos de seguridad.
Endurecer la ley sin depurar y fiscalizar a las autoridades es simplemente otorgarles más poder para ser cómplices impunes.
La trata de personas es un síntoma de una sociedad enferma por la codicia y la desigualdad. Aplaudo la iniciativa legislativa, pero el verdadero cambio se logrará cuando el Congreso entienda que la solución está en la justicia social radical, no solo en el tamaño de la sentencia. Queremos leyes duras, sí, pero exigimos, ante todo, un Estado garante de la vida y no un facilitador del negocio de la miseria.
LIDERAZGO Y HUMANISMO EN CUERNAVACA.
En un contexto nacional y estatal marcado por la compleja problemática de la inseguridad, la figura del líder emerge con una claridad crucial: la forma en que se enfrenta la crisis define la calidad de un gobierno.
En Morelos, y particularmente en sus municipios, la delincuencia organizada es una realidad que exige no solo estrategias de seguridad robustas, sino también liderazgo moral y humanismo.
El reciente y lamentable suceso del asesinato de Alfonso Díaz, funcionario del Ayuntamiento de Cuernavaca, ha puesto a prueba la calidad de la respuesta institucional, y el Presidente Municipal, José Luis Urióstegui Salgado, ha respondido con una entereza que merece ser destacada y reconocida.
La respuesta humana y solidaria, mientras que en momentos de crisis grave muchos optan por el silencio o el distanciamiento, el alcalde Urióstegui Salgado salió de inmediato a ofrecer su solidaridad personal y la de todo el Ayuntamiento a la familia de la víctima.
Este gesto no fue solo retórico; fue un anuncio claro de apoyo incondicional en todas las gestiones administrativas para que la familia no quede desamparada.
Esta buena voluntad y humanismo son un punto fundamental que diferencia su gestión.
La preocupación genuina por la persona, por el servidor público y por su familia, va más allá de la obligación administrativa, y sienta un precedente de empatía y responsabilidad social que se debe aplaudir en la función pública.
COMBATE FRONTAL A LA DELINCUENCIA.- En contraste con otros líderes municipales —algunos de los cuales se ven obligados a limpiar su nombre por posibles vínculos o señalamientos con el crimen organizado—, el Presidente Municipal de Cuernavaca mantiene la atención centrada en lo primordial: generar las condiciones para combatir la inseguridad.
Urióstegui Salgado se mantiene firme, exigiendo una investigación a fondo y sin descartar ninguna línea para esclarecer el asesinato. Su gobierno entiende que la lucha contra la delincuencia requiere un enfoque multidisciplinario, manteniendo una coordinación constante con las fuerzas federales, estatales y municipales para un combate frontal contra los grupos delictivos.
Cuernavaca ha apostado por políticas públicas y estrategias que, en los últimos años, han permitido reducir en la medida de lo posible la incidencia delictiva.
Es una lucha diaria, extenuante, pero que demuestra la convicción de un alcalde que no se distrae con señalamientos y que prioriza la seguridad y la justicia.
COMPROMISO.- El compromiso del alcalde José Luis Urióstegui Salgado con la seguridad, la justicia y, sobre todo, con el humanismo institucional, establece un estándar de liderazgo que no solo exige justicia para un funcionario asesinado, sino que garantiza que el apoyo a su familia sea una prioridad.
Su liderazgo es un faro de responsabilidad en un mar de incertidumbre.
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