Vientos de guerra
En opinión de José Román
Si acaso tendría 17 años cuando cayó en mis manos el libro “Derrota Mundial” de Salvador Borrego. Ávido leí con interés todo el extenso contenido y las cifras y detalles que el autor consignaba. Pensé que jamás volvería la humanidad a encauzarse por el lado belicoso para resolver sus problemas, fue una mortandad atroz, cruel, sanguinaria. Lo más próximo que observé, fue en 1962, cuando la antigua URSS armó con misiles con ojivas nucleares a Cuba y ante la decisión terminante del presidente Kennedy de EU que impuso un bloqueo, finalmente el mundo pudo estar tranquilo cuando fueron desmantelados y retirados de la Isla.
Después los Beatles, pregonando el Amor y Paz y miré el cambio de un mundo que modificaba hábitos y costumbres en todos los terrenos, pero que, en la música, imponía una nueva forma y estilo de vivir de los jóvenes de ese tiempo. Me quedé hasta la fecha con el recuerdo de una de las frases de uno de sus miembros que vaticinó que después la tercera guerra mundial, si el hombre quedaba en la faz de la tierra, lucharía con piedras su próxima guerra.
Hoy estamos ya inmersos en una aparente lucha que de momento solo es en Ucrania, pero que, conociendo el antecedente histórico de Rusia, tanto la Zarista como la Soviética y en general el estilo que ha impuesto su líder, el señor Putin, el riesgo de otra conflagración está latente y es posible. Solo es deseable que las condiciones no se den, pero todo indica que lentamente se están presentando y México, contrario a lo que pasó en la segunda guerra mundial, será obligado a ser parte por las circunstancias (en la segunda guerra mundial fue simbólica su asistencia). Si el problema ucraniano crece, como todo indica hasta hoy y de acuerdo a la conferencia europea de todos sus lideres políticos que se desarrolla este jueves y viernes en el palacio de Versalles, en Francia, el conflicto va escalar. De hecho, es muy probable que la lucha en Ucrania sea urbana y si el apoyo de más de 50 mil millones de dólares que EU antier anunció que envió a el país atacado con misiles antiaéreos, lo que va a quedar es la lucha urbana, donde los rusos no tienen tantas ventajas y les puede pasar lo mismo que Afganistán, más conocido ese país como la tumba de los imperios por lo vergonzoso en que fueron derrotados tantos los soviéticos como los americanos recientemente.
Pero si los extremos se complican y la Unión Europea acuerda participar en la lucha en defensa de lo que considera sus intereses respecto de Ucrania, seguro lo hará junto a EU y esto puede detonar en un conflicto que como se ha dicho, desencadene la tercera Guerra mundial que es el otro aspecto peligroso de este problema.
México, como parte principal y socio de primer nivel de EU es por esencia uno de los puntos que los rusos atacarían en sus zonas industriales por ser proveedor de EU. Esto no sucedió de igual forma en la segunda guerra mundial. Éramos un país atrasado sin mayor importancia industrial o económica. Hoy, no. Necesita México, muchísima habilidad política y un líder visionario que carecemos para sustraerse del riego de participar en el conflicto. El problema para el mundo es que la lucha ya no será cuerpo a cuerpo, sino que el riesgo del uso de armas nucleares se hace presente y eso afecta hasta el más humilde de los pueblos del mundo. Pocos han reflexionado ese riesgo y el mundo parece como si nada va a pasar y ojalá así sea.
Mientras, los efectos ya los han sentido en todas partes del globo: El alza de los precios de los combustibles y desde luego será en los alimentos porque Ucrania es un granero mundial y México es parte del comercio con ese país, hoy víctima de las ambiciones de los bloques ideológicos de la Gran Rusia, la madre Rusia como dirían algunos y la vieja Europa aliada y ligada estrechamente con la otra potencia: EU.
Dios nos libre de esa guerra y ojalá solo sea mi exageración de un mundo que cada día lo miro más polarizado.