Juego de Manos - Horario estelar

En opinión de Diego Pacheco

Juego de Manos - Horario estelar

La comunicación en política es uno de los pilares de la gobernabilidad y del éxito electoral. Un buen equipo de comunicación es aquel que pueda diseñar una estrategia efectiva para la difusión de mensajes y posturas, sea asertivo y ágil para el manejo de crisis, y genere confianza a la figura política para poder aconsejarla sobre el cómo abordar temas de relevancia.

La imperatividad de estas personas especialistas parte de dos puntos clave: lo que no se comunica, no existe en el imaginario colectivo; y quien gana la narrativa, tiene una ventaja importante para ganar la percepción de las personas. Esto aplica para candidatos, gobernantes, oficialistas y opositores por igual.

Esta introducción cobra relevancia para entender la nueva herramienta de comunicación que pretende implementar la candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez. A manera de símil o contraposición a la conferencia matutina del presidente López Obrador, Gálvez ha anunciado que realizará un ejercicio espejo llamado “Mañaneras de la verdad”, que tiene como finalidad abordar los datos oficiales de la administración actual y combatir las fake news.

De acuerdo con la información disponible al momento en que se escribe esta columna, estas mañaneras tendrán lugar de lunes a viernes, arrancando a las 10 horas, del 29 de enero al 29 de febrero. Es decir, durante el periodo de Inter campañas.

La reacción del presidente se redujo a: me parece muy bien, aunque no creo que se los opositores se despierten a esa hora. Pero, más allá de las confrontaciones políticas ¿qué implicaciones podría tener un ejercicio como este desde la oposición?

Primero lo primero, ¿por qué hacer una mañanera? La lógica detrás de la mañanera del presidente obedece a la intención de marcar temas y posturas en la agenda. Fijar una posición respecto a una temática de interés, adelantarse —cuando es posible— a los riesgos o, en su defecto, reaccionar de manera oportuna para mitigar los daños. Es comunicación estratégica, pragmática y, si se ejecuta bien, efectiva.

Del lado de la candidata opositora podríamos especular que comparte algunos de los intereses de Palacio Nacional: marcar posturas en la agenda y mitigar riesgos; aunque, de este lado, está predeterminada a una dinámica reactiva a lo que se aborda en la mañanera de AMLO y a los mensajes de su gobierno. Es decir, más que establecer las temáticas de la semana, se podría buscar modificar la percepción o la postura que se establecen desde la presidencia de la República respecto a las temáticas relevantes. Aunado a ello, es claro el interés de permear la imagen y los discursos de la candidata en el imaginario colectivo. Aquí, más allá de gobernabilidad, estamos hablando de marketing.

Ahora bien, habiendo especulado sobre las razones, ¿qué se necesita para que esta nueva mañanera triunfe? Para empezar, se requiere de un medio a través del cual comunicar. Las redes sociales propias no son suficientes para darle el juego necesario a esta estrategia, se requiere de medios de comunicación establecidos que hagan eco a los mensajes de la candidata.

Lo que nos lleva al segundo punto: el contenido. Si bien la candidatura de la oposición le da un grado de relevancia a sus mensajes, si no se existe un contenido atractivo (ya sea por la información que ofrece, por lo llamativo de los mensajes o por cualquier otra razón) será difícil que le den el foco al que apuntan.

Finalmente: hay que tener presentes los riesgos que conlleva un ejercicio de esta naturaleza. La exposición permanente a la vista pública conlleva un grado de vulnerabilidad ante la crítica, más cuando esta práctica pretende centrarse en eso, crítica. Si no se cuenta con una capacidad de reacción ágil y asertiva, esto puede salir más dañino que benéfico.

A manera de contexto, la senadora panista Kenia López Rabadán ya había realizado un ejercicio similar de peritaje al contenido de las conferencias mañaneras del presidente, la “Contramañanera” —sin un impacto mayor en las agendas pública y mediática— más allá de un ligero foco a partir de la cobertura de algunos de sus mensajes. En ese sentido, pareciera que es más el tiempo que se utiliza que los frutos que da este ejercicio.

La tarea es titánica en cuanto a recursos económicos, humanos y tiempo se refiere. La apuesta es alta e interesante. A partir del lunes, en teoría, veremos si la candidata tiene la capacidad de implementar este ejercicio de comunicación con éxito o si, por el contrario, le sale más caro el caldo que las albóndigas.

 

¿CNDH o DNDP?

 

La titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Rosario Piedra Ibarra, ha generado controversias y descontento desde su designación, que fue señalada como ilegal desde su proceso por integrantes de la oposición. Ahora, a cerca de 5 años de su administración, la titular ha declarado su interés por disolver la CNDH para dar pie a una “Defensoría Nacional de los Derechos del Pueblo”.

La defensa de los Derechos Humanos es un factor fundamental para el correcto gobierno de las naciones. Poder garantizar —en la medida de lo posible, pero apuntando más allá— las condiciones mínimas para el correcto desarrollo de la población, es una aspiración que los gobiernos deberían adoptar.

Resulta complicado dar la razón a la presidenta de la CNDH, siendo que su desempeño al frente de esta importante institución ha sido insuficiente para atender a víctimas de problemáticas mayúsculas como la violencia de género, las desapariciones forzadas o la discriminación, por señalar algunos ejemplos.

Más allá de crear un organismo bautizado con un nombre acorde a la narrativa de la administración presente, se requiere de una verdadera autonomía de la institución para poder operar, desde la comodidad o incomodidad, de las autoridades. La defensoría de los derechos humanos no puede reducirse a un discurso político.

 

Por cierto

 

El pronóstico para este Super Bowl: Kansas City Chiefs contra 49ers de San Francisco. Los primeros son mis favoritos para hacerse del anillo.

 

Y el próximo año será negro y amarillo:

diegopachecowil@gmail.com