Observador político - Margarita y Claudia Sheinbaum… el reto de gobernar
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes

Claudia Sheinbaum Pardo y Margarita González Saravia representan hoy a dos mujeres en posiciones históricas de poder: la primera presidenta de México y la primera gobernadora en la historia de Morelos con un respaldo legítimo de las urnas. Ambas comparten una trayectoria de lucha social y un discurso centrado en la justicia, la equidad y el bienestar de “los que menos tienen”. Y a casi un año de haber tomado protesta, ambas, tienen el reto de seguir trabajando y luchar para que con resultados se logre tener un mejor país y un mejor estado.
ADMIRACIÓN MUTUA.- Durante sus múltiples visitas a Morelos, Claudia Sheinbaum ha expresado sin reservas su admiración por Margarita González Saravia: la ha llamado “la mejor gobernadora en la historia del estado”, ha destacado su “honestidad”, su “sencillez” y su “compromiso con los más pobres”. Son palabras poderosas que buscan legitimar no solo la figura de la mandataria estatal, sino también fortalecer el proyecto político que ambas encabezan, por lo tanto ahora el reto que tiene la titular del Poder Ejecutivo Estatal son los resultados que ya se están dando, poco a poco, en un tema controvertido y una herencia pésima en materia de seguridad por el daño que la sociedad ha sufrido durante décadas.
Es cierto que una buena relación entre los gobiernos estatal y federal puede ser una oportunidad para impulsar el desarrollo, atraer recursos y articular políticas públicas con mayor eficacia, aunque también es cierto que las expectativas ciudadanas están puestas en la capacidad real de ambos gobiernos para atender los problemas estructurales del país y del estado como siguen siendo: la inseguridad, la pobreza, marginación, falta de acceso a servicios de salud, educación y empleo digno que se tendrá que ir atendiendo conforme avanza el tiempo por el cúmulo de conflictos que durante décadas se ha ido agravando.
ACCIONES FEDERALES.- En este contexto, el lenguaje de la admiración mutua y la exaltación personal está siendo acompañado por acciones verificables y resultados tangibles, por ejemplo, en mayo pasado cuando en Cuautla, Sheinbaum anunció una "acción especial" de seguridad para la región oriente de Morelos, después de que los asistentes le exigieran atención por la violencia. Tras este anuncio de la presidenta, se desplegaron en el oriente 600 elementos del Ejército y la Guardia Nacional. El objetivo era fortalecer la seguridad y reducir la alta incidencia delictiva del municipio.
Posteriormente, debido a un repunte de la violencia, en julio pasado se anunció la llegada de 600 elementos adicionales de la Guardia Nacional y el Ejército. Y para el mes de agosto, ante la persistencia de la violencia, llegaron otros 300 elementos del Ejército y la Guardia Nacional, reforzando la operación de seguridad en la ciudad.
Desde mayo, las fuerzas federales han asumido un papel protagónico en la seguridad de Cuautla. Durante la operación han realizado cateos y detenciones de presuntos criminales, a pesar de que la violencia y las extorsiones han continuado.
La lucha social no termina cuando se asume el poder y por el contrario: gobernar es la parte más compleja del compromiso político. Y en este momento histórico, Sheinbaum y González Saravia han decidido ir con todo contra la delincuencia y confrontando la realidad a la que se enfrentan miles de mexicanos y morelenses todos los días.
Las palabras conmueven y los resultados convencen, por ello, con esas acciones, y con hechos es como se podrá seguir construyendo la verdadera historia de un gobierno tanto en Morelos como en México.
OTRA VEZ EN LA MIRA: JESÚS CORONA Y CÉSAR DÁVILA.- En Morelos como en el resto del país, la violencia se ha convertido en paisaje cotidiano y como ejemplo está el municipio de Cuautla y peor aún el bellísimo Huitzilac, y en este lugar, donde parece no tener descanso ante el embate de secuestros, extorsiones, narcolaboratorios, desapariciones, asesinatos, tala inmoderada de árboles, saqueo de tierra, entre otros delitos de alto impacto. Y casi la misma historia ocurre en la zona sur y surponiente del estado, tal y como lo denunció el presidente del PRI, Eliasib Polanco Saldivar.
Esta semana, el presidente del tricolor en Morelos, Eliasib Polanco Saldívar, lanzó declaraciones valientes, en las que exigió que se investigue a los alcaldes de Cuautla y Huitzilac —Jesús Corona Damián y César Dávila Díaz, respectivamente—, ambos señalados por presuntos vínculos con el crimen organizado. Y en efecto, es necesario que se investigue, que se sancione, que haya justicia para evitar que jueguen un doble discurso ambos ediles.
Polanco Saldívar afirmó con contundencia que su partido "no cogobierna" con estos personajes, y que aunque hubo coaliciones electorales, no hay alianza de gobierno, por lo que hoy la dirigencia priista intenta marcar distancia con alcaldes ligados al crimen, al llamar a investigar y evitar que siga la construcción de redes de impunidad, así como en la política de seguridad que tal parece, prioriza el pacto por encima de la justicia.
Si hay voluntad de limpiar la casa, deben empezar por romper de verdad con los pactos que sostienen la criminalidad en Morelos y frenar de una vez por todas el avance del crimen organizado que sigue teniendo en varios municipios un refugio más.
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