Graco. La justicia olvidada, la impunidad como regla

En opinión de José Román

Graco. La justicia olvidada, la impunidad como regla

Año 2012. El sueño de los Morelenses fue que se le mandataba el poder a Graco a cambio de vencer la impunidad y las matanzas que en el gobierno de Adame multiplicaba el crimen organizado. Sabedor de que las promesas son el alimento de las ilusiones del pueblo, Cuauhtémoc, un novato e inexperto en la grilla, venido de la nada, prometió retirar las matanzas castigando a los delincuentes, hacer justicia y  desde luego someter a Graco a la ley por los excesos y los abusos que reiteradamente se cometieron en su gobierno en contubernio sobre todo con el último grupo de legisladores de ese entonces y con la complicidad de quien era la Presidente del tribunal Superior de Justicia, Verónica Cuevas.

Fue un sueño inútil y solo se usó como gancho para obtener una mayoría de votos que estaban más guiados por el descontento enorme que se tenía contra el gobierno Graquista y sobre todo por los odios generados tanto por el hoy ex gobernador como por su esposa Elena y su hijastro Gallosso, que con ánimos de sentar en el gobierno al más capaz.

Cuando Cuauhtémoc llegó se mostraba furioso contra su antecesor y prometía, tal como ahora sigue prometiendo que se haría justicia en el asunto de Graco y que castigaría los excesos mediante la investigación respectiva. También se extendió esa promesa contra los legisladores cómplices de esos excesos y contra los excesos financieros de las doradas pensiones que disfrutaron y dispusieron a su antojo en favor de quienes sin merecerlo, gozan aún todavía en gran parte de esa jugosa canonjía. El TSJ a cargo de Verónica Cuevas, líder religiosa de una secta y poseedora del poder judicial fue otra de las depositarias herederas de los beneficios de reformas judiciales que aún sangran el bolsillo de los contribuyentes Morelenses. De seguir las cosas como creo que seguirán, es decir, impunes, es el pueblo el que seguirá pagando hasta el último aliento de vida de los beneficiarios ese dinero mal adquirido y mal dispuesto por los legisladores en contubernio con Graco y la expresidente del TSJ, Verónica Cuevas.

De vez en cuando Cuauhtémoc, por no dejar, se acuerda de su promesa y hace unos días se conoció que a Graco, lo mismo que al ex tesorero de su gobierno, el señor Jorge Michel Luna le notificaron la radicación del proceso en su contra. Es decir, prácticamente dos años después le avisan que lo van a juzgar. Obvio, han proporcionado el tiempo suficiente para que las prescripciones operen, pero algo más ´perverso, han permitido una notificación que seguro sus abogados es probable que la hayan previsto y que dentro de unos meses se diga, que ese no es su domicilio en el IEE, aun cuando pueda ser de su propiedad el inmueble donde notificaron. De ésta forma en el colmo de la perversidad en contra del bolsillo de los Morelenses, se producirá un nuevo inicio de juicio, o bien, si forman la debida estrategia, dejen correr el proceso hasta el final y en base a lo mismo se amparan y piden que se reponga todo el procedimiento por no haber sido notificado en el lugar adecuado. Porque, hasta donde se sabe, no hay fe de que personalmente haya recibido la notificación. Todo está armado para eludir la justicia y al final unos y otros se echarán la culpa. Cuauhtémoc dirá que cumplió su promesa pero que no se pudo, Graco dirá que ha caducado el asunto y como siempre, apelarán al olvido, como tantas cosas suceden para que no pase nada, y sea la maldita impunidad la que siga haciendo estragos en el bolsillo de los contribuyentes.

Pero hay algo por lo que aun cuando todo fuera correctamente llevado en el procedimiento, saldrá finalmente a relucir: La improcedencia política. Porque unas cosa es la ley y otra la pureza que los políticos le imprimen y Graco, ducho en la materia, tampoco está ni ha estado cruzado de brazos y mucho menos está manco. Graco cuenta con que para que realmente se proceda, a ese nivel debe darse el apoyo de AMLO para poder juzgarlo y ese apoyo dudo mucho que lo consigan. Graco y AMLO son viejos amigos y viejos zorros en estos menesteres y muchas cosas, producto de esa cercanía que desde que AMLO fue candidato a Gobernador en tabasco, los une fatalmente. Eran jóvenes y seguramente amigos, más allá del paisanaje, amigos en otros menesteres que le van a permitir conservar la impunidad y que van hacer que AMLO, bajo el manto del sigilo opere con sus allegados la salvada de pellejo de Graco.

Yo, en lo personal considero que estamos muy lejos, diría que muy distantes de obtener justicia, porque además el juicio y su sustento es seguro que goza de deliberadas inconsistencias, amén de los apoyos de las autoridades vigentes que aún están en funciones y que le deben favores a Graco.

Como siempre, nosotros perderemos, los perversos y canallas, ganan. Sólo su conciencia los condena.