Entre tu boca y tu mirada
En opinión de Carlos Morales Cuevas
He perdido la cuenta de las noches
que lleva fundida la bombilla del cielo.
El reloj naufraga sobre tu espalda.
Es primavera y,
por la ventana
se atisba al miedo
trasplantando nuestras almas.
Por este beso nuclear
es que crucé el silencio;
hoy, ya no es mañana,
de ayer,
sólo nos queda la tumba de la alborada.
¡Qué explote el mundo!
Mientras zozobro,
(sin brújula y sin estrellas)
entre tu boca y tu mirada.