El tercer ojo - Sobre los “Héroes”, “Antihéroes”, “Agoreros de la Historia” o Sobre la “Historia y la verdad”

En opinión de J. Enrique Alvarez Alcántara

El tercer ojo - Sobre los “Héroes”, “Antihéroes”, “Agoreros de la Historia” o Sobre la “Historia y la verdad”

 

“La principal tarea común (…) es defender la verdad histórica”

 

María Sajárova.

 

Ahora que se aproxima el tiempo en el cual algunos profetas, adivinos, médiums, taumaturgos y otra especie de mensajeros pregonan, con trompetas y clarines a cargo de arcángeles y serafines, el “Triunfo del Imperio estadounidense en santa alianza con la Comunidad Europea” sobre “Les fleurs du mal” –Léase Rusia, China, Corea del Norte, Irán, y los “Gobiernos de ‘izquierda’ difusa” que en América Latina se muestran, entre otras “Florecillas de San Francisco”—; en esta misma hora y lugar, cuando sus “narraciones extraordinarias” propalan una serie de mentiras –compuesta por omisiones, negaciones, deformaciones, deseos e intenciones— dirigidas hacia los “consumidores de la propaganda enmascarada de ‘información’” con el firme propósito de manipular mediante las herramientas tecnológicas en uso en esta era, las conciencias de las masas; en este mismo momento es necesario desvelar, sin tapujo alguno, el carácter embustero y engañoso de sus dichos e invectivas.

Quizás debamos reconocer que desde la caída de la ex URSS y del Muro de Berlín –y al haberse derrumbado con estos el fantasma del ‘comunismo’—. la necesidad para el Imperialismo estadounidense de tener a disposición un “adversario” que le permita instrumentar sus discursos, sus políticas y sus acciones era evidente; ergo, fueron emergiendo sucesivamente, los “Terroristas”, “Terrorismos”, “Dictaduras antidemocráticas”, “Narcoterroristas”, así como otros contendientes que justifiquen sus discursos beligerantes, chantajistas y propagandísticos.

Empero, aún más, en estos últimos meses se ha afirmado sin rubor alguno (por parte de los autoerigidos en ideólogos de la extrema derecha que intentan endosar al amorfo concepto de izquierda los rasgos o características esenciales del Nazifascismo o, al menos, equipararlos de modo tal que ellos queden limpios de cualquier relación) que Hitler y, naturalmente Lenin y Stalin, o Mussolini, eran “Comunistas”, que nazifascismo y comunismo son lo mismo; en fin.

En el colmo del cinismo, en las más recientes fechas conmemorativas de la derrota, durante la Segunda Guerra Mundial del Nazifascismo así como de la liberación de toda Europa del Este y del Campo de Concentración de Auschwitz, no fue invitada Rusia y, aún más, por ejemplo, el jefe de gobierno alemán, Olaf Scholz, expresó de manera mentirosa: “Tengo absolutamente claro que hay responsabilidad de Alemania (…) Estamos muy contentos y agradecidos por Estados Unidos, que liberó nuestro país y nos ayudó a convertirnos en una democracia de nuevo”. Ante ello, por su lado, la portavoz del gobierno ruso, María Sajárova expresó claramente: “¿No fueron 600, 000 soldados del Ejército Rojo los que murieron por la liberación de Polonia y Auschwitz, no hubo rescate de berlineses de la inanición por parte de la comandancia soviética en mayo-junio de 1945? ¿Tampoco hubo una bandera roja (de la URSS) sobre el Reichtag?”.

He aquí, siguiendo con la reflexión de María Sajárova que podemos considerar, después de lo expresado por Olaf Schotz: “Todo esto queda anulado por la moderna historiografía alemana y de la OTAN, que denigra al Ejército Rojo, niega el genocidio del pueblo soviético y continúa con la segregación de las víctimas nazis”.

Empero, todavía más, hace unas semanas el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en una intentona por reescribir la historia a su manera, dijo textualmente que: “Rusia –léase la ex URSS— ayudó a los Estados Unidos a lograr la victoria en la Segunda Guerra Mundial”.

Esta reescritura de la historia “olvida” el hecho de que: “Según datos oficiales, las pérdidas humanas de la ex URSS fueron de 27 millones de personas –indudablemente una cifra más escandalosa que la de cualquier otro grupo social o nacional—, número que, además, representa la cifra más elevada entre los países participantes”. Asimismo, “Las tropas del Ejército Rojo de la ex URSS liberaron el campo nazi de Auschwitz el 27 de enero de 1945: en dicha operación participaron más de 42 000 soviéticos”. Finalmente, se oculta el hecho de que “el día ocho de mayo de 1945 el Mariscal de campo Wilhelm Keitel, en Berlín, en presencia del comandante en jefe del ejército soviético, el ‘Ejército Rojo’, el general Georgy Zhukov, firma la rendición de Alemania, una vez que el Ejército Rojo hubo tomado Berlín”.

Para concluir, y no por tener menor relevancia, nada se dice del “Desfile de los vencidos” o el “Desfile de la Derrota”, siendo la “marcha” de los prisioneros de guerra alemanes y nazis el 17 de julio de 1944 en Moscú, en presencia de Stalin y Zhukov.