Ciencia y democracia
En opinión de Dagoberto Santos Trigo

La participación ciudadana mantiene una relación simbiótica con el desarrollo de la democracia. Ésta no es tal sin aquélla. En una atmósfera comicial, la ciudadanía se inmiscuye -con mayor vehemencia-, a través de la emisión del sufragio. Empero, no debe agotarse ahí.
El Estado, por medio de los órganos electorales, debe propiciar mecanismos de involucramiento cívico más arraigados (con raíces que se sujeten con firmeza a la tierra y pétalos que se arqueen hacia el sol). Al respecto, este aforismo de Thomas Jefferson circunda mi pensamiento: “Una ciudadanía informada es el único depositario verdadero de la voluntad pública”.
El pasado cuatro de agosto, el Instituto Nacional Electoral presentó la Plataforma de los Conteos Censales de Participación Ciudadana 2009-2024. ¿Qué se pretende?: generar exégesis en torno a la contienda presidencial de 2024, comparándola con las anteriores.
En el acto, trascendió que la entereza del rumbo republicano se comprende (o vuelve tangible) a partir del aforo de votantes en las urnas. Por ende, es indispensable que los tres niveles de gobierno, el árbitro electoral y la sociedad en su conjunto construyan ciudadanía.
La comparación -cualitativa y cuantitativa-, en este caso, es trascendental y, en gran medida, necesaria, porque permite al INE ajustar acciones y redefinir la sistematización organizacional en lo ulterior. Al fin y al cabo, como lo expresa el poeta uruguayo, Mario Benedetti: “La perfección es una pulida colección de errores”. La autocrítica es admisible.
La plataforma descrita es un utensilio digital para académicos, investigadores, estudiantes, partidos políticos y demás interesados en dichas temáticas. Insisto: está concebida para redelinear las directrices de cada justa futura. He aquí un dato determinante: los conteos corroboran que las mujeres son las que más salen a sufragar: la tendencia es del 60 por ciento. Ellas son paradigma de emancipación. Virginia Woolf (poetisa) adujo: “No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente”.
Este acervo coadyuva, asimismo, a la toma de decisiones, a partir de la información de los cuadernillos de la Lista Nominal de Electoras y Electores Definitiva con Fotografía, con la información de las marcas de “VOTÓ”, que están inscritas en el compartimiento específico. En suma, es una especie de guía, que nos habrá de conducir a cavilar sobre nuestros quehaceres, con el objetivo de fortalecer las acciones para proteger el veredicto ciudadano.
Como un conjunto de datos precisos, su base se centra en el método científico, puesto que provee un conocimiento objetivo y confiable, lo que margina la influencia de la opinión, el prejuicio o el libre albedrío.
En ese sentido, concluiré -tajantemente- que la ciencia y la democracia no son entes asilados, o ajenos entre sí. Poseen una relación funcional (no causal). Por ende, ésta se ve reforzada mediante la investigación sistemática y parsimoniosa. Un régimen de esta naturaleza, como el que existe en México, da cabida al florecimiento de la actividad epistémica.
Exhorto al lector a que “navegue” en el contenido del sitio, el cual es: https://ine.mx/transparencia/datos-abiertos/visualizacion-datos/conteos-censales-participacion/
La ciencia exige un examen crítico de los sucesos; la democracia, la plenitud de la participación.