REGALOS DE REYES

En opinión de Lorena Castillo

REGALOS DE REYES

Las festividades de fin de año e inicio del Año Nuevo y las actividades relacionadas con promover y gestionar el derecho de las mujeres a una vida sin violencia, tienen el común denominador de motivar también la concordia en la pareja y, claro, entre la familia. 

 

Navidad, Año Nuevo y en estos días, la festividad de la Adoración de los Magos implican emociones y actitudes de renovación, reflexión sobre la vida y sus distintas expresiones, así como los dones que padres y madres podemos y debemos otorgar a nuestras hijas e hijos. 

 

La tradición adjudica juguetes y regalos a niñas y niños en este 6 de enero y, sin duda, son momentos indelebles en la memoria del corazón de padres, madres y de los mismos infantes, por lo que esas convivencias consolidan fuertes vínculos personales y familiares.

 

De los otros regalos, otros dones que se pueden dar todos los días del año, es a los que me deseo referir en este espacio; como dice el refrán: "la cosa no es llegar, sino mantenerse..." Es decir, llegar a ser padres y madres y, en consecuencia, mantenerse en tal responsabilidad con nivel óptimo y justo para los hijos.

 

Desde la perspectiva del Instituto de la Mujer de Cuernavaca (IMC) los dones de los Reyes Magos que deben practicarse cada día de éste y todos los años, son el respeto y el afecto a las mujeres, niñas y adolescentes; el derecho a la ternura de los varones, sin importar su edad, así como a la alimentación, casa, vestido, recreación y educación a hijas e hijos.

 

Parecería redundante mencionar éstas últimas prerrogativas, sin embargo, en muchos casos no se ejercen o no se disfrutan por razones externas como la inseguridad, secuelas de la pandemia o factores económico/financiero, cuyo control no está en manos de la mayoría de la población. 

 

Por lo tanto, las acciones del IMC se dirigen a promocionar y facilitar los factores internos que sí están en manos de padres y madres familia, entre ellos, evitar y erradicar la violencia, compartir las responsabilidades económicas, la educación de hijas e hijas y el trabajo en el hogar.

 

Admitidas como dones, facultades y capacidades que podemos ejercer, no como obligación o coacción, sino como muestra de los mejor que tenemos como personas y responsables de la familia, dichas acciones se convierten en regalos de Reyes y para Reyes de la casa, durante prácticamente todo el año.