El Tercer Ojo - ¿Literatura Indigenista?; Algunas ideas sobre José María Arguedas
En opinión de J. Enrique Alvarez Alcántara
“José, rasgueando su charango en el ocio de una tarde feliz, cantando suavemente huaynos que me eran familiares; o si no también el estentóreo ‘¡wifalaaaa!¡ ¡wifalaaaa!’ de vez en cuando se lanzaba a bailar. José era como un niño más en la casa”
Cecilia Bustamante.
Estimados seguidores de esta colaboración semanal en El Regional del Sur; muy recientemente (18.07.24) mediante nuestro Canal de YouTube La Comuna de la Palabra (https://youtube.com/@lacomunadelapalabra?si=qxvgGD7zMIG3V4nV) presentamos el monólogo intitulado del mismo modo que esta colaboración del El Tercer Ojo (https://youtu.be/1JkaSTu3HHI?si=oNeqJIrrSUbrtcGN) y, considerando la trascendencia del mismo para nuestro conocimiento de la literatura latinoamericana y universal, me permito presentar a ustedes uno de los segmentos necesarios para este programa, y para esta exposición.
Cuando le fue entregado el Premio Nobel de Literatura al escritor peruano, Mario Vargas Llosa, éste, mediante un tuit, expresó: “Mario Vargas Llosa es, sin duda, el mejor escritor que ha dado Perú”. Ante ello llegué a pensar y a decir que consideraba que era “el mejor escritor vivo”. Ignoro el por qué alguien, desde Perú, respondió pidiéndome un sólo nombre; entonces referí dos: el Poeta César Vallejo y, sin duda también, José María Arguedas. Otra vez respondió: “César Vallejo era Poeta, no escritor, y a Arguedas, ¿Quién lo conoce?”.
Tratando de subsanar un poco este supuesto desconocimiento mostraré mediante fragmentos de la vida de quien, según mi opinión pudiera ser considerado el mejor escritor que ha dado el Perú; y vaya que omití a José Carlos Mariátegui.
Nació en Andahuaylas, en la región de Apurímac, en 1911, en una familia de origen mestizo. Su padre, Víctor Arguedas, era abogado y político, y su madre, Victoria Altamirano, quien murió cuando José María tenia apenas tres años; por tal razón fue a vivir a casa de su abuela paterna. Cuando cumplió seis años, su padre se casó nuevamente con Grimanesa Arangoitia, viviendo con la nueva familia hasta cumplir diez años. Durante los viajes de su padre por razones de trabajo, la madrastra dejaba a José María al cuidado de la servidumbre.
Desde pequeño estuvo involucrado en la vida y la cultura andina y aprendió a hablar quechua, lo que le permitió conocer de cerca las costumbres y tradiciones de su pueblo. Sin embargo, su padre lo envió a estudiar a Lima, donde vivió el rechazo y la discriminación de sus compañeros de colegio por su origen mestizo.
Se graduó como abogado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Sin embargo, su pasión eran la literatura y la antropología, y dedicó gran parte de su vida a investigar y escribir sobre la cultura andina.
Uno de los primeros trabajos literarios de Arguedas fue el cuento «El sueño del pongo», publicado en 1933. Por cierto, poco conocido fuera del Perú.
Después de graduarse, comenzó a trabajar como profesor en varias escuelas rurales en el sur del Perú. Durante este tiempo, continuó escribiendo y publicando otras obras, incluyendo su primera novela, «Yawar Fiesta», que se publicó en 1941. Esta obra es considerada una de las más importantes de la literatura peruana del siglo XX, en ella se retrata la lucha entre los indígenas y los terratenientes en una fiesta tradicional andina: La fiesta de sangre o fiesta sangrienta.
Además de su labor literaria, Arguedas también fue un activista comprometido con la defensa de los derechos de los pueblos indígenas y la promoción de la diversidad cultural en el Perú.
Para algunos, fue en su obra maestra, «Los ríos profundos», donde alcanzó su máxima expresión como escritor. En esta novela, el autor narra la historia de Ernesto, un joven mestizo que es enviado a un internado en el Cuzco para recibir una educación occidentalizada. A través de los ojos de Ernesto, Arguedas muestra la belleza y la riqueza de la cultura quechua, así como la crueldad y la injusticia que sufren los indígenas a manos de los blancos.
El compromiso político de Arguedas fue una constante en su vida y obra. Desde joven, se involucró en movimientos sociales y políticos que luchaban por la justicia y la igualdad dentro de Perú. Durante su época universitaria, se unió al Partido Comunista Peruano y participó activamente en las protestas estudiantiles.
Como se poder reconocer. Arguedas utilizó su obra como una herramienta para denunciar las injusticias y la opresión que sufrían los pueblos indígenas en el Perú.
En su trabajo como antropólogo, estudió las tradiciones y costumbres de los pueblos indígenas y trabajó para preservar su patrimonio cultural.
En síntesis, el compromiso político e ideológico de José María Arguedas fue una parte fundamental de su vida y obra.