Concepto Social de Discapacidad - Hacia una Teoría científica de la Discapacidad: Len Barton
En opinión de Eliseo Guajardo Ramos
En gran parte los elementos teóricos de alto calado sobre la discapacidad provienen de la Gran Bretaña desde hace tiempo. Al menos, cuando se definió el concepto de Necesidades Educativas Especiales para que las niñas y niños con discapacidad sean alumnos de la escuela regular. Sucedió a raíz de que Mary Warnock acuñara este concepto como integrante del Congreso y como filósofa que era, en 1980. Veinte años después, aproximadamente, lo hizo con un grupo de investigadores de la Universidad de Shoenfeld de Gran Bretaña, también.
El concepto de Necesidades Educativas Especiales era un término más propio de la planeación presupuestal de la educación que no tenía que ver con un diagnóstico psicopedagógico de los alumnos. El movimiento de padres de hijos con discapacidad se movilizó para exigir recursos para que sus hijos tuvieran una atención educativa digna. Siempre se ha sabido que la Educación Especial es más costosa que la regular. Tanto por los especialistas que concurren para la atención como por los equipos y materiales didácticos especializados para aplicarse según la discapacidad.
Mary Warnock señalaba que los niños con discapacidad deberían tener un lugar en la escuela a la que acuden todos los niños, sin que por ello perdieran su derecho a los recursos que recibían en las escuelas especiales. Además de que era un proceso segregacionista y discriminatorio era más costoso tener dos sistemas educativos paralelos. Por ello, los recursos deberían desplazarse al lugar donde estaban los niños y no a la inversa, que los niños fueran a donde estaban los recursos. Entonces, los niños con discapacidad acudirán a las escuelas regulares más cercanas a sus domicilios y ahí tendrían que ir los especialistas y los materiales didácticos especializados.
Desde este punto de vista, no tendría sentido seguir clasificando a los niños con discapacidad por su deficiencia orgánica específica, sino advertir que eran alumnos con necesidades educativas especiales de forma global o general. Desde luego, el material más valioso de todos los recursos especiales eran los recursos humanos. Que se desplazarían a las escuelas regulares para apoyar a los niños con necesidades educativas especiales. Muy pronto se advirtió que la mejor forma de apoyar a los niños con estas necesidades era apoyar a sus maestros para que no trabajara de forma paralela o que no tuvieran que atender por separado a los niños que se habían integrado porque pedían oportunidades para su propia integración.
En el ejercicio de esta docencia, en la cual más de uno atendía el grupo de forma colaborativa, son detectados niños que sin discapacidad alguna mostraban necesidades educativas especiales, también. Así como, que niños con discapacidad no manifestaban tener necesidades educativas especiales, que sin ayuda podían seguir el ritmo de los contenidos curriculares de todo el grupo. De este modo, el concepto de necesidades educativas especiales no era sinónimo de discapacidad. Cuestión que hacía menos discriminatorio el término en la escuela regular. Luego entonces, los alumnos que sin discapacidad tenían parcial o totalmente necesidades educativas especiales se beneficiaban también de los recursos que originalmente estaban destinados a los alumnos con discapacidad. Se produjo una especie de justicia distributiva de los recursos educativos. Lo que afianzó la idea de que el concepto de necesidades educativas especiales era más un término de la planeación de recursos que de alguna definición diagnóstica individual de los alumnos.
Trascendió así este enfoque a la UNESCO que lo promovió a nivel mundial. De este modo, se celebra en Salamanca “La Conferencia Mundial sobre Necesidades Educativas Especiales. Acceso y Calidad” (UNESCO 1994). Así el concepto de Mary Warnock se generalizó más allá de Gran Bretaña. Aunque el término en inglés era “inclusion” no se tradujo como inclusión al español, sino como integración. Para 2006, en la ONU se aprueba en Asamblea “la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad”(ONU 2006). Lo que trajo al centro la discapacidad que se había sesgado con la Integración y las necesidades educativas especiales. La Convención era sobre todos los derechos, no solo sobre la educación. Es sobre salud, educación, cultura, trabajo, vivienda, deporte, recreación, etcétera. Y otros derechos que tienen que ver con la dignidad como personas y de la autonomía y capacidad para decidir. Todo un replanteamiento sobre lo que significa la discapacidad. Para comenzar, no es el origen de insuficiencias, sino el resultado de limitaciones en el contexto del entorno social en el que se desempeñan. Esto cambia la concepción 180°. Diferencian la deficiencia orgánica de la discapacidad. Y la causa de la discapacidad no se debe a la deficiencia, sino de las barreras que prexisten a su desarrollo y desempeño.
Posterior a la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, la UNESCO en 2008, cambia su enfoque para Iberoamérica de la Integración a la Inclusión, mejor dicho, a la Educación Inclusiva (Blanco 2008). Más armonizada con la Convención. Se adoptan las Barreras para el Aprendizaje y la Participación y los Ajustes Razonables. Con mucho mayor alcance que las “adecuaciones curriculares” de la integración educativa, que estaban centradas en los contenidos curriculares dentro del aula. Ahora, es todo el centro y toda la comunidad, en la que están los pares, todos los docentes, administrativos y manuales y los padres de familia, esto es, la comunidad escolar.
La misma Convención advierte que la Discapacidad es dinámica y su concepción puede evolucionar o haber cambios en las personas con discapacidad a lo largo de su vida. No es cuestión de un diagnóstico irreversible, como pudiera serlo con la deficiencia orgánica para algunos casos. Pero son dos aspectos diferentes.
Entonces, tanto el concepto de necesidades educativas especiales como el concepto de discapacidad son dimensiones que se explican desde la fenomenología. No son nociones de causa-efecto, sino multi determinadas y de una complejidad que exige una teoría que no sea positivista, sino -precisamente- de una teoría de la complejidad.
Uno de los autores que más han aportado a la teoría científica de la discapacidad es, como dijimos, Len Barton. Del que iniciaremos un abordaje en las próximas entregas.
¡Enhorabuena con la teoría científica de la discapacidad!
educacioninclusiva.egr@gmail.com
Referencias
Blanco, Rosa. 2008. Marco concepetual sobre educación inclusiva. edited by Conferencia Internacional de Educación. Ginebra UNESCO.
ONU. 2006. Convención de los derechos de las personas con discapacidad New York: ONU.
UNESCO. 1994. Conferencia mundial sobre necesidades educativas especiales. Acceso y calidad. Informe final Madrid: UNESCO-MINEDUC.