Yo tengo otros datos - Acapulco en la centralidad

En opinión de Carlos A. Galicia Pineda

Yo tengo otros datos - Acapulco en la centralidad

 Un indicativo de un gobierno para medir su gobernabilidad  es cuando muestra su capacidad de respuesta en situaciones de desgracia, en circunstancias adversas, cuando  la población se encuentra vulnerable. Como puede ser a través de un temblor, un tsunami, un huracán, en todo aquello que la naturaleza disponga. Y  la voluntad humana sólo puede prevenir, pero no puede evitar. La madre naturaleza determina los riesgos. Lo que si pueden hacer los humanos es informar, comunicar, prevenir y prever los alcances. Y en el caso de Acapulco fue evidente que el gobierno de Guerrero no previo la situación ni mucho menos las consecuencias que podría generar un huracán de esta magnitud como fue el ciclón Otis. Las autoridades municipales de Acapulco no alcanzaron a ver los alcances.

La titular del Poder Ejecutivo Estatal de Guerrero, salió al frente, a dar la cara de los hechos, pero era evidente que no tenía un plan previamente establecido. No se notó una organización coordinada entre el gobierno del estado y el municipio de Acapulco, de ninguna manera tampoco hubo coordinación de inmediato con las representaciones federales en materia de salud. Las dependencias estatales se arrinconaron ante los hechos.

El DIF que es una dependencia encargada de brindar atención social brillo por su ausencia. La Secretaria de Seguridad Estatal y municipal de Acapulco ausentes. No hubo coordinación.  La mandataria  fue la única funcionaria que comandaba la emergencia.

Ante la desgracia, era obvio que la población actuara bajo un estado crítico, se desató la psicosis social, empezó la incertidumbre de los pobladores cuando su hogar se vino abajo, dejaron de tener comunicación, falta de agua y desabasto, los servicios se suspendieron. Fue entonces que empezó la rapiña, el robo, el abuso, el saqueo en los supermercados y en los comercios.  La misma presidenta municipal de Acapulco justificó los actos como una acción de cohesión social. Las fuertes críticas de algunos medios de comunicación no se hicieron esperar, criticaron al Presidente por no estar en el lugar de los hechos, cuestionaron que la Gobernadora al igual que la Secretaria de Gobernación sus zapatos no tuvieran  ni una gota de lodo, lo cual indicaba que no estaban en la escena.

 Sin embargo, ese tipo de observaciones no son tan sustanciales, lo sí es importante, es que hubo falta de organización y de conducción por parte de un Gobierno local, que no supo qué hacer ante una desgracia. Tuvo que intervenir el Gobierno Federal, después de una semana, para proponer un Plan de Reconstrucción y Apoyo a los Damnificados. En el cual dicho plan  consiste en veinte puntos que pretenden solucionar la situación en el Puerto de Acapulco. Aun así, es insuficiente la participación gubernamental y social en la pronta solución. Porque este plan de Reconstrucción se impone desde el centro, es decir desde la centralidad y concentración del gobierno federal y  el papel que va a desempeñar  el Gobierno del Estado  es acatar únicamente las disposiciones de las instancias federales. Cuando lo que hace falta es una coordinación entre las dependencias federales, estatales y el ayuntamiento de Acapulco, desde luego, que quien debe estar  al frente es la Gobernadora. Se requiere la creación de una unidad administrativa que coordine y de seguimiento a las acciones emprendidas, tal vez sería mucho pedir la instalación de un Comité, o una Coordinación. Es importante activar la participación de la población vulnerable de Acapulco en actividades que ayuden en la reconstrucción, como  en el caso de atención, cuidado y seguimiento en los centros de acopio, en los albergues y en la recolección de escombro. Así mismo en acciones de censo de población y en elaboración de directorios y reparto de víveres y alimentos bajo la supervisión de autoridades locales y municipales. De igual manera, se tiene que convocar a los locatarios  a empresarios de la entidad y a la sociedad civil en apoyo de la causa. En la medida que el gobierno local de Guerrero muestre mayor organización y de pautas de saber administrar, estará demostrando que es eficaz y eficiente, de lo contrario seguirán las fuertes críticas de que no supo estar a la altura de las circunstancias.  Aunque resulta paradójico que en México,  no existan protocolos en situaciones de riesgo y mucho menos personal capacitado y preparado para actuar de inmediato en desastres naturales. Para todo quieren que el personal de Protección Civil actué, cuando no están capacitados en la materia. O bien, quieren que sean los bomberos, si hay un incendio, o aparece un cocodrilo en un parque que actúen los hombres de uniforme rojo. Hace falta un cuerpo técnico y social  especializado en temas de esta índole, es importante por el bien del país.

Refilón.

Si el PRI en Morelos está echando mano de su militancia tradicional, por no decir añeja, difícilmente logrará posiciones en el proceso electoral y mucho menos alcanzará reposicionarse como una fuerza política. Hoy, está de por medio no sólo ganar algunos cargos, está de por medio su propia existencia.