Serpientes y escaleras - Morena ¿aprendieron la lección?
En opinión de Eolo Pacheco
En el 2024 la oposición no le ganó a la 4T en Morelos; los morenistas perdieron.
Morena ¿aprendieron la lección?
El escenario electoral para Morena en 2027 en Morelos engloba retos importantes que comienzan por aprender de sus propios errores. Voto a voto, el Movimiento de Regeneración Nacional ganó en la mayoría de los distritos y municipios que integran el estado de Morelos, pero la suma del sufragio opositor los venció en 30 de los 33 ayuntamientos. La primer y más grande falla en la estrategia del 2024 fue el convenio de coalición.
Tres años después de aquel resultado sui generis, donde Margarita González Saravia superó con facilidad a Lucía Meza en la contienda por la gubernatura, pero en votos quedó por debajo de Claudia Sheinbaum y Víctor Mercado, cuando lograron mayoría parlamentaria, pero no consiguieron el control del congreso y la oposición paso a gobernar al 75 por ciento de los morelenses, el reto electoral venidero será mucho más duro que el anterior.
Y es que, aunque las encuestas los colocan hoy como primera fuerza electoral y eso, según ellos, es garantía de triunfo (así lo afirmaban en la elección pasada), en la práctica el panorama del 2027 será muy diferente, más complejo, con múltiples aristas y condiciones que en lo general favorecerán a sus adversarios. Veamos:
Antes de que iniciara el proceso electoral del 2024 tuve la oportunidad de platicar con el estratega de la campaña de Morena, quien me afirmaba que, frente a toda la oposición unida, el movimiento superaba por 15 puntos a sus rivales. Y era cierto: en la víspera de la elección no se veía por donde la oposición pudiera hacerle ruido a la 4T, ni de qué manera esa cómoda ventaja se pudiera complicar. Pero se complicó.
El primer factor que cambió las cosas fue la salida de Lucía Meza del partido y la división interna que provocó la imposición y/o mala selección de candidatos en los municipios, el exceso de confianza de los estrategas y el maltrato que desde la coordinación política se daba a muchos de quienes se acercaban al proyecto.
Luego vino la definición de un terrible convenio de coalición que dividió el voto de la 4T bajo el argumento absurdo de que de esa manera “habría muchos candidatos promoviendo la candidatura de Margarita”. La tesis carecía de lógica porque en los municipios se suscitó un feroz enfrentamiento entre militantes y aliados políticos, hecho que favoreció a la alianza opositora que concentró toda su fuerza en un mismo bloque.
Electoral y políticamente hablando la estrategia fue terrible y los resultados lo comprobaron, porque aunque Margarita González Saravia se alzó con la victoria, la derrota municipal en todo el estado limitó el margen de actuación de la gobernadora y la presencia de su partido. Y el 2027 será más difícil:
En la elección del 2024 Morena arrancó con 15 puntos de ventaja frente a una oposición que competía sin dinero, sin estructura, sin buenos candidatos ni un discurso atrayente; en el 2027 la historia será diferente: ahí serán los candidatos de Morena quienes vayan a campaña sin dinero, con poca estructura y dependientes de lo que hagan los gobiernos estatal y federal para armar su discurso.
Las encuestas colocan hoy a Morena como el partido con mayor intención de voto en casi todos los municipios, incluyendo la capital, pero eso no significa nada si los datos no se acompañan de acciones específicas que comiencen desde ahora y anticipen escenarios como el del 2024 y situaciones complejas como las que normalmente ocurren al interior de los partidos.
En el caso del Movimiento de Regeneración Nacional, además, hay que agregar que por disposición de su dirigencia se prohibirá la reelección de sus candidatos, es decir, aunque la regla constitucional de no reelección aplicará para todos hasta el 2030, al interior de Morena, porque así lo ha pedido la presidenta Claudia Sheinbaum y confirmado Luisa Alcalde, la norma aplicará desde el 2027: ni reelección ni nepotismo. Y eso afecta a varios diputados locales y federales de la 4T que quieren repetir en el cargo.
La elección intermedia encierra múltiples retos para los estrategas de la 4T; asumir que la única variable son los partidos de oposición es quedarse cortos, porque antes de iniciar la campaña y enfrentar a sus adversarios, los morenistas librarán una batalla interna por las candidaturas y aquí entrarán en juego varios factores.
El primer filtro en la selección de candidatos es la encuesta, lo cual obliga a todos los aspirantes a posicionarse desde mucho tiempo antes; aunque ese ha sido desde hace varios procesos el método utilizado por Morena, los grupos de poder al interior, las cuotas políticas, los intereses personales y los espacios para los aliados meten mucha presión a las negociaciones. Este último punto fue lo que hizo colapsar los acuerdos en la contienda del 2024.
En este escenario la pelea por el control de la zona metropolitana es clave para todos, porque desde ahí se construirá la plataforma para el 2030; es obvio que Morena quiere recuperar Cuernavaca y municipios clave como Jiutepec, Cuautla y Temixco, pero el reto no será sencillo porque esas plazas están hoy bajo el control de la oposición y sus titulares darán una fuerte pelea para conservar el manejo de los ayuntamientos.
El error central de Morena en el 2024 fue el convenio de coalición y eso todos lo saben; desde la campaña, cuando se conocieron los lineamientos del proyecto, muchas voces advirtieron que sería un error dividir a la 4T, aún así la decisión se tomó. Pasado el primer año y en la víspera de que se caliente el ambiente preelectoral, algo que sucederá en enero del 2026, a nadie queda duda que ese acuerdo hizo perder muchos municipios y debe ser evitado en la elección por venir.
Aunque en este momento las encuestas sobre intención de voto favorecen a Morena y los números de la elección pasada confirman que uno a uno el Movimiento de Regeneración Nacional venció a sus oponentes en los municipios, eso no garantiza nada en una contienda que será distinta, con más variables que la anterior y una efervescencia política muy notoria del lado de la oposición, pero contenida en Morena por falta de liderazgo.
Hasta hoy los estrategas de la campaña pasada siguen sin aceptar que cometieron un grave error en el 2024 y eso hace pensar que la historia se puede repetir en el 2027. Los aliados de la 4T tienen muy claro su valor electoral en la coalición y seguramente endurecerán su postura hasta obtener ventaja y posiciones, lo cual por sí mismo reducirá los lugares para los morenistas de base, para quienes a pesar del lineamiento de su dirigencia buscarán la reelección y para aquellos que desde una posición burocrática representarían la propuesta de la gobernadora para el congreso y los ayuntamientos.
En Morelos el voto de castigo es tan probable y real como el voto de confianza; la verdadera pregunta para Morena en la elección venidera no radica en si es el partido con mayor preferencia electoral, sino si será capaz de corregir sus errores, poner orden en sus filas y mandar a competir a los mejores candidatos.
El tiempo de precampaña es un factor clave en el triunfo de quienes compitan en la elección intermedia.
· posdata
Para todos, pero particularmente para la gobernadora Margarita González Saravia, la elección del 2027 es clave, porque en ese momento se definirá al congreso que la acompañará durante la segunda mitad de su periodo y estará con ella hasta el término de su mandato.
Aunque muchos actores políticos actuales ven la política con romanticismo, enarbolando la bandera de la transformación, los valores, la inclusión y la cercanía con el pueblo, en los hechos la política es en muchos sentidos pragmática y obliga a quienes ejercen el poder a tomar decisiones en ese sentido.
Por mucho que se quiera romantizar el amor al y del pueblo, en la realidad ese “amor” responde a variables que se nutren con hechos tangibles y percepciones generalizadas. Veamos:
La gente tiene hoy una gran identidad con al 4T en sectores que reciben algún tipo de apoyo del gobierno y ahí los números son apabullantes: 7 de cada diez mexicanos obtienen alguna ayuda gubernamental de forma económica o material y la gran mayoría de ellos consideran que esto no ocurría antes.
Pero también 9 de cada 10 morelenses se sienten inseguros, tienen miedo, consideran que la violencia y la inseguridad ha aumentado y siete de cada diez piensan que hoy estamos peor que antes. En materia económica los números son similares: 6 de 10 creen que la situación económica ha empeorado y siete de diez piensan que las cosas se van a complicar más.
A la gobernadora Margarita González Saravia la identifica ya la mayoría de los morelenses y la percepción hacia ella es buena: trabajadora, sensible, cercana a la gente… pero también piensan que no es ella quien toma las decisiones, que le falta un mejor equipo de gobierno y que no puede con la inseguridad.
Las variables que aparezcan de aquí a que inicie el proceso electoral incidirán de manera directa en el rumbo de los votos, pero antes de pensar en ello los estrategas gubernamentales deben preocuparse por las tendencias que marcan los estudios de opinión respecto a la calificación de las autoridades estatales, porque si esa línea se mantiene en el mismo sentido y no se revierte pronto, será muy difícil que la percepción mejore cuando el proceso electoral arranque.
En el discurso está muy bien hablar de amor al pueblo, de identidad, de valores, de igualdad, de inclusión y de todos aquellos aspectos reales, importantes y necesarios que la gente quiere oír, pero lo de fondo es que el gobierno resuelva aspectos sustantivos que la población necesita, problemas que padece a diario y que en la práctica deja de lado la agenda woke.
La inseguridad es en este momento el problema que más lastima a la ciudadanía y lo que más está lacerando la imagen de la gobernadora. Mientras eso no cambie, ningún discurso romántico o preferencia electoral positiva es suficiente para garantizar el triunfo de Morena en las urnas.
· nota
Algunos diputados locales de Morena, dicen, están trabajando por su reelección; están convencidos de que el lineamiento establecido por la dirigencia nacional que lo prohíbe hará excepciones en su caso.
Y es posible: en Morena como en todos los partidos las reglas están hechas para romperse y ello ha permitido a lo largo de su historia que los acuerdos se muevan de último momento porque en los estatutos y las convocatorias que establecen las reglas del juego siempre se añade una cláusula comodín, es decir, un punto que permite hacer cambios a conveniencia.
El único punto para considerar en esta variable es que la regla no puede suavizarse solo para uno: si se permite la reelección a uno, se le deberá permitir a todos.
Y ahí la historia se va a complicar.
· post it
Hablando de candidaturas: la efervescencia electoral tiene motivados a muchos graquistas que sienten que pueden regresar a la vida pública desde Morena. Camuflajeados de empresarios, ciudadanos o intelectuales, este tipo de personajes se promocionan, acuden a eventos públicos, se mimetizan con el movimiento regenerador y tratan infructuosamente de parecer lo que no son.
También a estos hay que tomarlos en cuenta en la fórmula donde Morena trabajará a sus candidatos, porque a pesar de no tener méritos, harán presión para que los tomen en cuenta.
Hagan lo que hagan, la gente sabe que son graquistas y esa marca es indeleble.
· redes sociales
Muertos todos los días. Dígase lo que se diga, el problema de violencia e inseguridad es verdaderamente grave.
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