Serpientes y escaleras - El fin justifica los medios

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - El fin justifica los medios

La lucha de poder en Morelos es encarnizada e irá subiendo de tono

 

El fin justifica los medios

A lo largo de todo su mandato Cuauhtémoc Blanco ha sido objeto de ataques y críticas, ya sea por su inexperiencia en la administración pública, su distanciamiento con la clase política local o los escándalos en los que se ha visto envuelto. En todos los casos siempre ha tenido de su lado al presidente Andrés Manuel López Obrador y su respuesta ha sido la negación. Hasta ahora la estrategia ha funcionado.

Conforme se acerca el proceso de sucesión los golpes contra el mandatario serán más fuertes y continuos, de manera natural el jefe del ejecutivo irá perdiendo influencia y muchos de los políticos que durante su sexenio se mantuvieron escondidos comenzarán a salir y utilizarán los errores de la administración como arma de ataque en su contra y en contra de los candidatos de su partido. Nada nuevo, siempre ha sido así.

Frente al jefe del ejecutivo estatal se han abierto muchos frentes de ataque y tiene un solo aliado; el congreso local, las fiscalías, algunos representantes del parlamento federal, senadores y diversos actores políticos locales y federales, incluidos varios de Morena, están velando armas para combatir a un hombre cuya personalidad y popularidad atrae simpatías, pero también genera controversia.

El golpe que el congreso morelense asestó al ejecutivo con la modificación del presupuesto va en el mismo sentido: por un lado se trata de restarle capacidad de operación y margen de maniobra en un año clave para su administración, al tiempo de cancelarle la posibilidad de comunicar en el momento más crítico del sexenio. La idea de los diputados es disminuir a Cuauhtémoc Blanco en la recta final de su sexenio.

Muchos ataques a lo largo de cinco años se han lanzado contra el gobernador Cuauhtémoc Blanco y contra distintos integrantes de su gabinete; algunos de estos, incluso, se han judicializado, pero ninguno hasta ahora ha ido más allá de lo mediático, ni ha derivado en una acción legal o una actuación formal, porque nada de lo dicho se ha probado. Peligroso sería que esto ocurriera ahora, a unos meses de que se separe del cargo.

Enumerar las imputaciones hechas contra el futbolista a lo largo de su administración tomaría mucho tiempo y sería insulso, más allá del morbo que provoca una figura pública como él, porque aunque en algunos casos se ha tratado de aspectos delicados o situaciones que podrían ameritar una investigación formal, nada ha pasado hasta este momento porque en su mayoría se ha tratado de acusaciones políticas sin pruebas.

Suponer que lo que ha funcionado el pasado seguirá funcionando de la misma manera ahora puede ser peligroso para el jefe del ejecutivo morelense; en política las circunstancias cambian constantemente y los tiempos influyen en el desarrollo de los hechos: así como el mandatario ha ido perdiendo vigor al final de su mandato, también al presidente de México poco a poco se le va disipando su influencia y su capacidad de proteger a sus amigos.

La que viene será una contienda plagada de ataques contra los gobiernos en funciones, en muchos casos sin pruebas, pero de cualquier manera intensos y agresivos; a diferencia de lo que sucederá en la carrera presidencial donde Morena tiene buenos números y el control de la mayoría de los estados, en Morelos la situación es más compleja porque existen núcleos de poder, municipios e instituciones controladas por la oposición desde los que se prepara una embestida que iría más allá de lo mediático.

A esta altura del sexenio y ante la posibilidad de que Cuauhtémoc Blanco se separe del cargo para participar en la contienda electoral del 2024 es importante que su equipo anticipe los escenarios y complemente la estrategia que hasta ahora han utilizado. Hoy la mayor fuerza del jefe del ejecutivo morelense está en el respaldo que le brinda el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero esa ya no puede ni debe ser la única herramienta que deben utilizar en el cierre de sexenio.

Nada de lo que se ha acusado al exfutbolista ha sido comprobado, por lo mismo no ha pasado del escándalo mediático; uno a uno los señalamientos en su contra han sido evadidos con la negación y la oferta de ser investigado, situación que sirvió para salir del paso y avanzar, pero eso puede cambiar en el futuro. ¿Qué sucedería si en las próximas semanas o meses las fiscalías iniciaran un proceso en contra del ejecutivo en el congreso del estado, controlado por la oposición? ¿Qué tal que lo hicieran cuando Cuauhtémoc Blanco Bravo esté fuera de la gubernatura, compitiendo por un nuevo cargo de elección popular?

El enfrentamiento del congreso local con el ejecutivo estatal es frontal y ascendente; el golpe asestado en el presupuesto es la primera de varias acciones que tienen programadas los diputados, incluyendo procedimientos que iniciarían las fiscalías de manera coordinada con el parlamento para cancelar legalmente la posibilidad de que Cuauhtémoc Blanco sea electo.

En Morelos no hay instituciones que se mueven de manera imparcial, al margen de la lucha política o cuya actuación este apegada solo a derecho; los fiscales Uriel Carmona y Juan Salazar mantienen un pacto político con el grupo de 15 legisladores y en conjunto están interesados en tomar venganza del gobernador utilizando todas las herramientas a su alcance.

Los meses que vienen serán de alta conflictividad política, de enfrentamiento permanente y ataques que irán subiendo de tono conforme se acerquen los tiempos electorales. El apoyo del presidente de México al gobernador de Morelos ha sido fundamental en estos cinco años, pero podría ser insuficiente para blindarlo si los ataques se canalizan a través de las instituciones que controla la oposición. El ejecutivo estatal debe tomar previsiones y ganar la narrativa.

Visto el nivel de enfrentamiento que existe entre poderes no puede descartarse que en futuro próximo venga un nuevo embate contra Cuauhtémoc Blanco a través de un juicio político o de una acción implementada desde las fiscalías locales; aunque el ataque podría intentar procesar legalmente al futbolista, lo que de fondo intentarían sus adversarios es sacarlo de la contienda electoral y ponerlo al alcance de sus acciones.

Suponer que los enemigos del gobernador se van a conformar con golpearlo mediáticamente como ha sucedido hasta ahora puede ser un error de cálculo, porque hay mucho en juego, empezando por el control del estado a partir del 2024. Cuauhtémoc Blanco no debe confiar solo en la tranquilidad de su inocencia, porque enfrenta a enemigos dispuestos a procesarlo por cualquier medio y bajo cualquier argumento, sin importar que se trate de una acción ilegal o inmoral.

La política que llevan a cabo los diputados y sus aliados no se mueve por el terreno de la moral, ni del estado de derecho; los legisladores buscan el poder por cualquier medio sin importar lo que tengan que hacer para alcanzarlo.

La legislatura 55 es el claro ejemplo de la frase de Maquiavelo: “El fin justifica los medios”

·         posdata

La denuncia presentada la semana pasada por cinco regidores en contra de su homólogo panista Adrián Martínez Terrazas todavía va a dar mucho de qué hablar; los señalamientos son contundentes y se acompañan de pruebas documentales: el concejal ha recibido al menos 1.2 millones de pesos desde la secretaría de desarrollo humano y la sindicatura, ambas posiciones en control de Acción Nacional.

El tema no es menor, ni único; se trata, dicen los regidores, de un desvío de recursos, del robo de dinero público con la participación de al menos dos integrantes del gabinete municipal y con conocimiento del alcalde José Luis Urióstegui.

La difusión de estos actos ha dividido el voto al interior del cuerpo edilicio y complica la marcha del ayuntamiento, porque aunque del lado azul existe una mayoría de ocho votos, incluyendo al presidente municipal y a la síndico, el bloque de cinco concejales impide que algunas votaciones avancen, como ya sucedió la semana anterior.

Independientemente del curso que siga la denuncia hecha por los regidores ante la contraloría municipal, el costo social que los actos de los hermanos Martínez Terrazas representa para la imagen del abogado es muy alto. José Luis Urióstegui tomó las riendas del municipio con un halo de honestidad que contrastaba con la imagen de corrupción que emanaba de Antonio Villalobos. Ese es un valor que el abogado no debe perder.

Las acusaciones en contra de Adrián Martínez Terrazas se suman a las que ya existen por el mismo tema en contra del secretario Carlos de la Rosa, a quien señalan de estar al frente, recibiendo una cuota, de los inspectores que cobran piso a comerciantes locales.

Hasta donde lo conozco José Luis Urióstegui es un hombre honesto, decente y ajeno a este tipo de prácticas; puede ser que su pasividad tenga que ver con sus expectativas políticas futuras y su intención de volver a competir en el 2024, ya ser por la gubernatura o por la reelección. Lo que el abogado debe tomar en cuenta en cualquier caso es que si su imagen se sigue deteriorando, de nada le valdrá ser postulado, porque de cualquier forma perderá en las urnas.

Rodrigo Gayosso no se aguantó la mala imagen de Graco. José Luis Urióstegui no se aguantará la mala imagen de los Terrazas.

·         nota

A propósito de ladrones: la justicia federal negó a Antonio Villalobos Adán el amparo y la protección solicitada por el presunto desvío de nueve millones de pesos del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca.

Villalobos permanece tras las rejas del penal de Atlacholoaya desde hace cinco meses y continuará ahí luego de que un juez consideró que la reclasificación de su delito fue apegada a derecho.

La del Sapac es solo una de las más de 40 denuncias que existen en contra de Antonio Villalobos; en diciembre el ayuntamiento solicitó al congreso local que inicie un juicio político al exedil para inhabilitarlo para ocupar un cargo público, pero sobre todo para resarcir el daño causado al erario capitalino.

Cuando veas las barbas de tu vecino cortar…

·         post it

Los panistas capitalinos piden la cabeza del tesorero municipal porque le estorba al regidor Adrián Martínez Terrazas.

El desempeño profesional de Javier Arozarena está fuera de dudas: ha puesto orden en las finanzas, estabilizó la economía municipal y ha servido de freno a los abusos financieros de algunos regidores.

Uno de los elementos más confiables que tiene el alcalde José Luis Urióstegui es el tesorero. Precisamente por eso el PAN lo quiere quitar.

·         redes sociales

Ayer podaba árboles. Ahora es cantante de TikTok. Mañana bailará como Mejía Berdeja la gatita que le gusta el mambo ¡Plop!

Así la promoción de algunos personajes de la fauna política local.

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