Vivir sin miedo
En opinión de César Daniel Nájera Collado
Hace unos días, más por ocio que hábito intelectual, me topé en YouTube con un relato de Eduardo Galeano, narrado por él, que se llamaba “Vivir sin miedo”. En un momento menciona que un amigo suyo, del cual no sé siquiera si escuché el nombre, se preguntaba constantemente de qué servía la utopía; después de tiempo llegó a la conclusión que la utopía estaba ahí en el horizonte, inalcanzable, pero que por nuestra distintiva testarudez humana, su existencia provocaba un movimiento constante en nosotros, y con suerte, algún tipo de progreso. Sin embargo, Galeano luego se cuestiona dónde estarán los sueños peligrosos de la gente que ha olvidado intentar moverse. ¿Han olvidado, los han orillado, o han decidido?
Vivir con miedo puede ser vivir con la angustia de tener en los hombros el peso de decidir, por más pequeño que sea, que reacciones tendrás ante los sucesos de la vida. Es difícil decirlo sin parecer que se peca de poca humildad, sobre todo desde mi posición de privilegio, pero tal vez estamos tan condenados a responsabilizarnos, que buscamos algún tipo de paz entregando la libertad. De cualquier manera, la ironía nos persigue tanto que yo también he temido la responsabilidad, justificándome al pensar en cómo se podría interpretar lo que digo. Seguimos temiendo mucho, sin aprovecharlo.