Serpientes y escaleras - El agua al cuello

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - El agua al cuello

El problema por el desabasto de agua en la capital es serio, muy serio

 

El agua al cuello

La crisis por falta de agua en varias colonias de Cuernavaca se agudiza y la paciencia de los ciudadanos se acaba; las manifestaciones han regresado a la capital y aunque el tiempo es poco para exigirle resultados al nuevo gobierno, la falta de comunicación en la administración de José Luis Urióstegui está dando pie a que los problemas se magnifiquen y la percepción cambie. Si no tienen dinero para resolver problemas, los funcionarios tienen al menos que dar la cara.

Las escenas que la semana pasada se presentaron en diversas calles y avenidas de la ciudad, con ciudadanos molestos, cerrando vialidades y demandando airadamente su derecho a recibir agua potable en sus casas son las mismas que hubo en la administración de Antonio Villalobos. La gente tiene razón de sobra para estar enfadada: lleva muchos años padeciendo este mal y lo único que recibe de las administraciones son excusas y cobros excesivos.

El problema del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca es enorme, agobiante y puede ser el punto que fracture al novel gobierno municipal; la deuda acumulada que arrastra el Sapac es cercana a los 300 millones de pesos y se sigue incrementando mes a mes porque el organismo opera con un enorme déficit y carga con una abultadísima nómina avalada por tres sindicatos.

Los problemas en esa dependencia no son nuevos y se ha venido denunciando desde hace mucho tiempo por parte de organizaciones sociales, civiles y gubernamentales; luego de ganar la elección muchas voces pidieron al edil electo que revisara lo que estaba ocurriendo en el Sapac y le exigieron que tomara cartas en el asunto antes de que fuera tarde. No lo hizo.

Prudente en exceso el abogado se refugió en un artículo de la ley para no enterarse de los problemas de la ciudad antes de tomar el cargo, en lugar de ello se dedicó a platicar con todo mundo, a hacer campaña post electoral y a disfrutar de las mieles del triunfo sin pensar que recibiría una bomba de tiempo. Personas allegadas a José Luis Urióstegui le sugirieron que, aunque fuera de manera informal, iniciara el proceso de entrega recepción en las dependencias donde había más problemas, para conocer su magnitud y comenzar a trazar una línea de trabajo. Tampoco quiso.

Son varias las áreas del ayuntamiento capitalino que tienen problemas muy graves y que operan con déficit, pero el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado es por mucho, el asunto más urgente por resolver, incluso por encima de la inseguridad. La ciudadanía ya se acostumbró a vivir con miedo, pero es imposible que sobrevivan sin agua.

En poco más de mes y medio que lleva la administración municipal no se puede exigir un cambio de fondo, ni soluciones inmediatas a problemas añejos, el punto es que José Luis Urióstegui pudo desde hace meses involucrarse en los problemas municipales, pero en lugar de ello dejó correr los meses y permitió que la situación se agravara.

No es válido solicitar a los ciudadanos que aguanten mucho tiempo sin agua, ni es sostenible una estrategia de contención a través de pipas; veo y escucho en un video la manera como la exalcaldesa de Cuernavaca Norma Popoca, funcionaria del Sapac, responde a la gente que reclama por la falta de suministro, me queda claro la dama no domina técnicamente el tema, ni tiene sensibilidad para atender a la población inconforme. En lugar de aminorar la crisis, actitudes como las de la panista aumentan el enojo de la gente.

El mismo alcalde capitalino fue tomado mal parado hace unos días cuando frente a las cámaras y a pregunta expresa de los reporteros reconoció que no sabía cuántas colonias ni cuántos ciudadanos de Cuernavaca carecían del servicio de agua potable; arrinconado por los reporteros José Luis Urióstegui insistió en que van a resolver el problema y volvió a prometes que no volvería a faltar el vital líquido.

Entendamos en qué está parado el nuevo gobierno de Cuernavaca: financieramente hablando la administración de Cuernavaca está al borde del colapso, no tiene los recursos necesarios para atender los problemas urgentes y apenas cuenta con lo indispensable para la operación de la ciudad. Herencia de gobiernos anteriores José Luis Urióstegui carga con múltiples demandas y laudos laborales que en conjunto suman cientos de millones de pesos, también está la sombra de la sentencia que les ganó la empresa Pasa, los juicios mercantiles de muchos proveedores que demandan el pago de sus servicios y por supuesto el multimillonario adeudo del Sapac.

Una esperanza para atender en parte la grave situación monetaria de Cuernavaca radica en la autorización de un refinanciamiento de la deuda pública municipal, situación que concedería cierta holgura económica al ayuntamiento y serviría para aminorar algunos fuegos. Pero esta situación no está en manos del cuerpo edilicio, sino en la cancha del congreso, donde los representantes populares aún no se ponen de acuerdo y con ello imposibilitan la petición de Cuernavaca y el resto de los ayuntamientos.

José Luis Urióstegui es un hombre honrado y decente, pero eso no es suficiente para que haga un buen trabajo como presidente municipal; el reconocimiento que individualmente tiene se opaca con la presencia en su gabinete de figuras de muy bajo nivel y un gran desprestigio; estos personajes (hombres y mujeres) representan el pago de una cuota de poder a los hermanos Martínez Terrazas y cuestan mucho al proyecto de José Luis Urióstegui. Con ese equipo de gobierno Cuernavaca no va a salir adelante.

La presión social por la falta de agua en la ciudad va aumentando y pronto van a detonar otro tipo de inconformidades sociales; frente a la crisis económica y la insolvencia financiera del organismo operador de agua se esperaría una actitud diferente de los funcionarios, una atención directa a los inconformes y un mejor manejo de la comunicación social del municipio, pero no es así.

Pongámoslo de esta forma: si no pueden resolver en lo inmediato las demandas ciudadanas, el gobierno capitalino al menos debería tener la sensibilidad y el valor para escuchar los reclamos populares y explicar racionalmente los motivos de la situación; en lugar de ello la dinámica se repite en el ayuntamiento capitalino: el gobierno se esconde o miente.

José Luis Urióstegui Salgado representa la esperanza de muchos ciudadanos que lo conocemos, que creemos en él y confiamos que con su capacidad y solvencia moral podrá sacar a la ciudad del enorme bache en el que se encuentra. Pero la demanda es enorme y eso reduce la paciencia de la gente; el edil debe tener muy claro esta situación y comprender que cada día de crisis juega en su contra y que un gobierno que no comunica correctamente está destinado al fracaso.

Muchas veces tuve la oportunidad de charlar con el abogado José Luis Urióstegui, con el ciudadano convencido de que Cuernavaca merece un mejor futuro, con el hombre que siempre sostuvo que es posible lograrlo con voluntad y un buen equipo. Innumerables ocasiones lo escuche hablar de la ciudad, de la necesidad de sumar voluntades, de combinar esfuerzos y de escuchar. Hoy el presidente municipal actúa como sus antecesores, está en una burbuja que solo le muestra su realidad y está secuestrado por un partido al que solo le importa exprimir económicamente al municipio.

Aún no es tiempo de exigir soluciones totales al gobierno capitalino, pero sin duda es momento de demandarle al presidente que se rodee de mejores hombres y mujeres en su administración.

El costo de no escuchar hará que las equivocaciones se repitan.

  • posdata

El sábado pasado en el marco del día del Ejército coincidieron el gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo y el presidente de la mesa directiva del congreso local Francisco Sánchez Zavala. El evento fue formal y protocolario, pero sirvió para que al final del acto cívico los dos personajes se encontraran y sostuvieran frente a todos la charla más larga que han tenido como representantes populares.

Solo ellos saben lo que dialogaron frente a frente; al principio se pudo apreciar a lo lejos el ceño fruncido del gobernador, pero conforme fueron pasando los minutos el semblante cambió y dio paso a una despedida que, sin ser excesivamente afectuosa, fue cordial y dejó la esperanza de que los líderes de ambos poderes puedan encontrar un punto de encuentro que coadyuve a la coordinación y ayude a resolver las diferencias que prevalecen en la cámara de diputados.

Lo que estamos viendo hoy en el escenario político estatal no conviene a nadie, el pleito entre poderes y actores políticos no beneficia a nadie y hace que los problemas se multipliquen.

Ojalá y este encuentro derive en cosas buenas para Morelos.

A lo lejos se vio voluntad de ambas partes.

  • nota

En la última edición del Ranking Mitofsky que mide la calificación de los presidentes municipales de México, el morelense Juan Ángel Flores Bustamante se colocó en el tercer lugar nacional. Su desempeño al frente del ayuntamiento de Jojutla está bien evaluado en todos los sentidos. Y se nota.

Juan Ángel Flores es un buen representante popular, sensible, eficiente en su trabajo y con un carisma que le ayuda a sobresalir; de ser un diputado cualquiera ha pasado a ocupar una posición envidiable entre los alcaldes, es un rockstar de la política.

Junto con Rafael Reyes, de Jiutepec, los morenistas encabezan las simpatías municipales y con ello se convierten en activos políticos dentro de su partido. Sea cual sea la manera como el Movimiento de Regeneración Nacional decida a sus candidatos en el 2024 es evidente que ambos alcaldes estarán en la fórmula.

Si la decisión es política, el candidato del Movimiento de Regeneración Nacional será el subsecretario Rabín Salazar Solorio; pero si la candidatura se define a través de una encuesta, el duelo será entre Juan Ángel Flores Bustamante y Rafael Reyes Reyes. Como sea, estos tres personajes se necesitan mutuamente.

En este momento en Morelos las mejores propuestas políticas las tiene Morena; la oposición puede armar un frente electoral en común, lo que no tienen es un candidato que les ayude a captar votos.

  • post it

A unos días de que concluya el plazo de ley para que el congreso local apruebe las leyes de ingresos municipales el presidente de la comisión de Hacienda Agustín Alonso adelanta que no se permitirá que ningún ayuntamiento cree o incremente impuestos. De ninguna forma atentaremos contra la economía de las familias, dijo.

“En la mayoría de las leyes de ingresos municipales presentadas al congreso para su análisis y aprobación se han detectado muchos cobros nuevos e impuestos que se pretenden hacer en detrimento directo a la economía de las familias, pero no serán avalados”

El próximo 28 de febrero vence el plazo de ley para que el congreso local valide las leyes de ingresos municipales, recordemos que los 36 ayuntamientos que conforman el estado de Morelos operan actualmente con las leyes de ingresos del 2019, porque la legislatura anterior nunca fue capaz de aprobarlas.

La situación que atraviesa la 55 legislatura derivada del enfrentamiento entre grupos, sumada a la falta de acuerdos para avalar un incremento en los ingresos municipales a través de impuestos o cobros más altos complica la posibilidad de que se aprueban las propuestas municipales. En este plano también se dificulta la petición del gobierno de Cuernavaca de un refinanciamiento, que ha sido aprobado por el cabildo, pero requiere el visto bueno del parlamento.

Para que las leyes de ingresos avancen lo primero que tiene que suceder es que los diputados sesionen, y en este arranque del segundo periodo de sesiones todavía no lo hacen.

Lo anterior es un efecto más de la división legislativa. Sin acuerdos, nada avanza.

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