Repaso - De cómo se logró el aguinaldo de 90 días
En opinión de Carlos Gallardo Sánchez
El tema del aguinaldo de 90 días en Morelos lo he abordado varias veces y en esta ocasión lo haré nuevamente, porque fue un acontecimiento en el que se conjugaron diversas voluntades, refiriéndome específicamente a lo acontecido en el sector educativo. Si en alguna de mis apreciaciones no estoy cierto, con agrado aceptaría cualquier aclaración, porque lo importante es conservar en la memoria histórica sucesos que fueron trascendentes para las maestras y los maestros, así como para los demás trabajadores de apoyo y asistencia en los planteles escolares. Es un ejemplo de lo que debe hacerse, por si a alguien se le ha olvidado o por si a algunos funcionarios actuales y líderes sindicales les sirve de ejemplo y acicate.
Todo empezó, según recuerdo, con la decisión del entonces gobernador Lauro Ortega Martínez, quien autorizó aumentar a ese número de días el aguinaldo a los maestros estatales. Eran los últimos años de su sexenio.
Siendo ya mandatario estatal Antonio Riva Palacio López, designó como director general del Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM) a Francisco Argüelles Vargas, quien gestionó, no sé si con la participación de otros funcionarios, que esos 90 días también se les concedieran a los trabajadores de la educación con plaza federal. Para ese efecto entró en pláticas con el oficial mayor de la Secretaría de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán.
Recuerdo, espero no estar errado, que Francisco Argüelles me comentó años después la reacción del gobernador Riva Palacio López, cuando le informó que finalmente se habían obtenido los recursos necesarios para el aguinaldo en esas proporciones.
—¡Francisco, me vas a meter en problemas con los otros gobernadores! Político al fin, suponía que eso generaría inconformidades y presiones en las diversas entidades hermanas. Sin embargo, valoró las gestiones realizadas por su colaborador y finalmente lo apoyó. Al final de cuentas el reconocimiento de los maestros en Morelos recaería principalmente en el gobernador. Quizá ello lo pudiera constatar Ricardo Aldape Cázares, quien para esos tiempos fungía como secretario general de la Sección 19 del SNTE.
En efecto, con el paso del tiempo en otros estados los docentes federales exigían la misma prestación. Desconozco cuántos la han obtenido hasta ahora. Como contrapeso, en secciones sindicales de otras entidades se lograron diferentes percepciones, como la jubilación dinámica en Chihuahua, que consistía en igualar el incremento salarial de los jubilados con el que recibían los maestros en activo. Ciertamente, pudieron obtenerse prestaciones que en Morelos no se tuvieron, merced a la particularidad de las negociaciones de mejora laboral y salarial que para ese efecto se realizaban año tras año.
Con el paso del tiempo los 90 días de aguinaldo en nuestro Morelos se extendieron para todos los empleados del gobierno estatal y para todos los empleados de los gobiernos municipales. Pero como siempre hay vivillos, ese benefició se extendió a funcionarios de primer nivel: gobernador, secretarios de despacho, subsecretarios y demás servidores con cargos directivos en la administración pública, así como diputados locales y demás fauna cupular exageradamente bien pagada.
A todas luces fue un exceso. Hasta donde estoy enterado, fue en la gestión de Graco Ramírez cuando se determinó que en esos niveles de élite gubernamental no se asignaran los tres meses de aguinaldo. La noticia se dio en los siguientes términos:
“Luego del análisis de la Comisión de Trabajo, Previsión y Seguridad Social, los diputados calificaron parcialmente procedentes las observaciones realizadas por el Ejecutivo Estatal al decreto 208, por el que se reforman los artículos 2 y 42 de la Ley del Servicio Civil del Estado, en lo referente al pago de aguinaldo a los servidores públicos de primer nivel”.
¿Estoy en lo cierto o todavía hay jeques burócratas que se embolsan una cantidad considerable por ese concepto del aguinaldo de 90 días? ¿Quién? Sería interesante que el gobernador exfutbolista dijera cuánto se va a embolsar y sí, atendiendo a la sugerencia del presidente López Obrador, donará todo o parte de su aguinaldo para alguna causa noble. ¿Qué informarían al respecto los miembros de su gabinete? ¿O simpatizan con El Peje sólo de palabra?
En fin, de todo este comentario me quedó con el recuerdo de cómo se generó para los trabajadores de base este monto de aguinaldo y en particular refiriéndome a las maestras y los maestros morelenses. Por ese hecho, vale la pena recordar los buenos oficios de Francisco Argüelles Vargas y de Antonio Riva Palacio López.
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