Al salir
En opinión de César Daniel Nájera Collado
La situación actual puede parecer algo completamente inédito, pero sinceramente, tiene más similitudes a la cotidianidad de las que podemos imaginar. Nos despertamos por la mañana y seguimos soñando brevemente con alcanzar nuestros deseos, pero enseguida solemos desistir por miedo a la muerte, al rechazo social, o cualquier otra cosa que nos aprisiona. Por lo pronto, evitaré usar palabras como “bien” y “mal” porque han servido más para fomentar el aprisionamiento que para establecer un orden balanceado.
Cabe recalcar que no soy partidario de una salida desmedida para la propagación del virus, pero espero que nuestro entendimiento selectivo no se olvide de esta situación. Ojalá que vivir con el miedo imperante sea una situación extraordinaria, y que el concebir la represión como única medida del orden sea desechado. Que la búsqueda del placer y la realización de los deseos sean más debidas que indebidas, y que el momento de soñar no se reserve para cuando estamos inconscientes.
Ahora estamos encerrados, y espero que se esté haciendo por protección. Pero que nos sirva de ejemplo, para ver que la libertad, aunque incompleta, está ahí, y los primeros en apoyar su limitación somos nosotros. Aprovechemos el tiempo, sobre todo cuando los límites disminuyan.