Observador político - Verificentros: negocio multimillonario y corrupción

En opinión de Gerardo Suárez Dorantes

Observador político - Verificentros: negocio multimillonario y corrupción

Los propietarios de la decena de verificentros que siguen inflando sus cuentas financieras se les puede empezar a disminuir si como dice el diputado del PAN, Ángel Adame realizan una investigación al pésimo servicio que ofrecen en el que, no solo ofenden y se burlan de los morelenses sino que incurren en actos de corrupción sin que autoridad alguna les ponga un freno.

URGENTE MÁS NEGOCIOS EN MORELOS.- Para nadie es un secreto que los dueños de los verificentros en Morelos actúan con alevosía, ventaja y traición en contra de los intereses de los ciudadanos morelenses que se tienen que desvelar, incluso hay quienes se van a dormir a fuera de estos establecimientos para lograr un espacios y poder cumplir con esta obligatoriedad que les exige el gobierno. Los negocios, que deberían de estar obligados a contar con estacionamientos no lo tienen, obligando a los propietarios de autos a hacer incluso hasta doble fila en las avenidas importantes como Domingo Diez y Gobernadores, entre otros dónde se ubican.

Además, es humanamente imposible que menos de diez establecimientos de estos negocios puedan dar cerca dos millones de servicios de verificaciones en Morelos. Me explicó, para la Secretaría de Movilidad y Transportes, hay un padrón de 800 mil automotores tanto privados como públicos que multiplicado por los dos veces que se quieren al año son un millón 600 mil autos. Aunado a los que provienen de la Ciudad de México y que aquí de igual manera hacen su servicio.

Este tipo de acciones ante la falta de espacios de calidad que no hay en Morelos provocan y generan actos de corrupción, los cuáles han sido denunciados a través de las redes sociales por los propios propietarios que acuden a cumplir con sus obligaciones y literalmente no pasada nada. Tal parece no existe o es cómplice la Secretaría de Desarrollo Sustentable que no los mete en cintura, quizá por la salpicada de recursos que debe de percibir por parte de los dueños multimillonarios de estos establecimientos que ven cómo se enriquecen cada vez más a costa de los morelenses y en efecto, salvo uno o dos que son incluso hasta políticos y tienen amarrado su negocio, los demás son de fuera sobre todo del norte del país.

Por ello, la urgencia de que tanto el Ejecutivo como el Legislativo se pongan las pilas, hagan un análisis minucioso con especialistas en el tema y lancen una convocatoria para que empresarios comprometidos con Morelos, a quienes se les conozca y constate que puedan participar de forma clara, precisa y democrática, sin beneficiar a los amigos, parientes o servidores públicos en turno, se les dé la oportunidad de abrir más establecimientos para que la gente tenga más opciones de donde pueda ir a verificar y destrabar parte de la grave problemática que se vive de forma cotidiana con cientos de morelenses que ven a los verificentros un calvario porque el obligatoriamente tienen que cruzar.

LAS TRANZAS.- Con la finalidad de generar las condiciones entre los automóviles para evitar contaminar lo menos posible, los gobiernos federal y estatal obligan a los propietarios de autos a realizar sus procesos de verificación, un programa dirigido al control de las emisiones contaminantes mediante la inspección de éstas a través de sondas y bancas electrónicas, para su posterior aprobación o rechazo. Estos centros o establecimientos denominados verificentros, se han convertido en negocios exageradamente bien remunerados y la mayoría han sido calificados por la sociedad como pésimos por sus magros resultados.

Para los científicos e investigadores, la contaminación atmosférica se ha convertido en un riesgo ambiental de los más importantes para la salud, de acuerdo con información de la Organización Mundial de la Salud (OMS), situación que fue bien aprovechado por los gobiernos federal y estatal para  hacer negocio con los empresarios que han decidido invertir en los establecimientos, sin embargo, en Morelos, las quejas e inconformidades se han ido incrementando, no hay citas en los tiempos estipulados, la corrupción se sigue mostrando pese a los intentos por erradicarla y peor aún, cuando se cae el sistema como sucedió recientemente en el oriente.

Incluso, la propia Secretaría de Desarrollo Social (SDS) no proporcionó la clave y no se hizo la revisión de los vehículos automotores, provocando la irritación de la gente que estaba esperando hacer cita a través de los medios digitales sin lograrlo porque nadie les avisó de la situación, aunado a que los propietarios de los automotores que fueron a realizar su verificación de igual manera salieron después de varias horas molestos y sin lograr realizar su proceso por lo que tuvieron que regresarse a sus casas.

Las denuncias son constantes, permanentes y nadie de la SDS hace nada para solucionar estos problemas que se generan en los establecimientos de los verificentros, que son un negocio millonario y ni así han logrado resolver los problemas que se han suscitado hace años.

Y es que las principales quejas de los automovilistas fueron porque pese a la situación, nadie les supo informar y con ello la generación de
 horas perdidas, además de que tampoco se realizaron los ajustes en los horarios laborales y actividades cotidianas.

El argumento de la afectación del servicio por parte de la SDS fue que, los centros de verificación son establecidos y operados por particulares bajo una autorización emitida por el gobierno del Estado, por lo que son los encargados de operar los mecanismos de funcionamiento apegados a la normatividad ambiental vigente; el sistema de citas es para una mejor prestación de servicio al usuario. Es cierto, sin embargo el gobierno debe de resolver el problema y evitar que los empresarios y dueños de estos negocios que por cierto, no son de Morelos, sigan enriqueciéndose a costa de los morelenses con un servicio pésimo y a costos súper elevados.

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