El Tercer Ojo - Algo sobre la tradición de la atención educativa a la diversidad en la UAEM
En opinión de J. Enrique Álvarez Alcántara
A: Fernando Iturbe Robledo, Elsa Roca de Licardie, María del Carmen Vázquez Martínez, Ermila Luna Varas, René Santoveña Arredondo, Jesús Alejandro Vera Jiménez y Eliseo Guajardo Ramos.
Esta ocasión, nuevamente, apreciados lectores que leen esta columna, abordaré una de las Tradiciones de Formación de Profesionales, Investigación Científica y Práctica Institucional que desde prácticamente hace tres decenios y medio impulsa la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) a través de las facultades de Psicología y Comunicación Humana, así como del Instituto de Ciencias de la Educación.
Ello es importante resaltarlo porque, sin duda alguna, los espacios —y no sólo laborales, sino de prácticas de intervención profesional— que algunos de los egresados de tales unidades académicas han ocupado a lo largo de este periodo de tiempo —y quizás desde tres lustros antes de dichas décadas— son aquellos que tienen que vérselas con la “educación especial”, con la “atención a personas con discapacidad” bajo diferentes niveles de aproximación —sea mediante la inclusión de profesionales en instituciones como el DIF, las propias facultades de Psicología o Comunicación Humana o la práctica profesional privada— y, naturalmente, no podemos omitir el hecho de que las personas que han asumido la responsabilidad de conducir los derroteros y dirección de tales instituciones son egresados de la Facultad de Psicología.
No puedo soslayar el hecho de que el diseño y constitución de los Centros Psicológicos de Desarrollo Humano, por parte de la Facultad de Psicología cuando el Psic. Fernando Iturbe era su director, así como la Clínica de Comunicación Humana de la cual fue una de sus artífices la M. Elsa Roca de Licardie, el Programa de Funcionalización Cognoscitiva de Personas con Autismo y el Programa Universitario para la Inclusión Educativa de Personas con Discapacidad (hoy denominado Unidad de Inclusión Educativa y dirigido por el Dr. Eliseo Guajardo Ramos), ambos impulsados por quien escribe esta colaboración y con el apoyo fundamental que el Psic. René Santoveña Arredondo y el Dr. Jesús Alejandro Vera Jiménez brindaron —en su momento Rectores de la UAEM—, colocan a la propia Universidad como punta de lanza de una tendencia orientada hacia la promoción e impulso de la atención educativa a la diversidad y de la atención y apoyo a las personas con discapacidad.
Es decir, que la UAEM no sólo ha contribuido de modo pionero con la formación de profesionales que aportan con su conocimiento y práctica al impulso de tales políticas, sino que también es referente en la oferta de servicios a quienes lo requieran por estos motivos y razones.
Con lo que he presentado a ustedes, muy sucintamente, pudiérase pensar y creer que sería suficiente para representarnos la relevancia, trascendencia y pertinencia, en éste ámbito del quehacer humano, de la actividad académica, científica y de servicios que a la comunidad ofrece la UAEM, pero ello no es así; aún sería necesario apuntar dos campos de responsabilidad que contempla la universidad del estado. Por una parte, la inclusión laboral de personas con discapacidad a la propia institución, en condiciones de trabajo en igualdad de oportunidades a las de cualquier otro trabajador y, por otra parte, la apertura de la institución para que aspirantes a realizar sus estudios profesionales puedan hacerlo, con el apoyo institucional, dentro de los diferentes programas de estudio desde el bachillerato hasta los estudios de licenciatura y posgrado.
Ya antes hube publicado un libro intitulado Historias de vida y algo más (2019, Fondo Editorial Latinoamericano BookYachay, Huancayo, Perú) dentro cual se presentan varios ensayos distribuidos en dos capítulos o apartados: Algo sobre la diversidad en la UAEM y Ensayos sobre la inclusión educativa y atención a la diversidad.
En tales escritos relato, mediante cuatro historias de vida, las vicisitudes y peripecias que afrontan—como estudiantes o trabajadores— para tener éxito en sus tareas estudiantiles o laborales, así como la importancia que ha tenido en su vida la apertura de la UAEM a su participación dentro de las actividades laborales y académicas.
En una de estas cuatro historias de vida el personaje en cuestión expresa como respuesta a una pregunta sobre este mismo asunto:
Yo creo que sin la UAEM no tendría nada, Psicólogo. Para mí la UAEM ahorita, y desde hace 17 años, lo es todo, porque gracias a la UAEM tengo casa, porque por medio de la UAEM tengo INFONAVIT, saqué mi departamento (…) tengo los carros que he tenido, los muebles que me he comprado, la ropa que uso, los gustos que me he dado a mí o a mi familia (…) por lo menos NO SOY LA CARGA que muchos pudieron haber pensado que sería; es la UAEM como institución la que me ha permitido realizarme personalmente, ser autosuficiente e incluirme laboral y educativamente. No es eslogan, pero sin la UAEM no sería nada. Todo por la UAEM.
Hasta la próxima.