Observador político - Percepción e inseguridad
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes
Recientemente, Cuernavaca descendió del lugar 24 al 34 del ranking de las 50 ciudades más violentas del país, de acuerdo al Sistema Nacional de Seguridad Pública. Esto significa un avance mínimo, pero finalmente disminuyó en lugar de aumentar. Sin embargo, por diversos sucesos ilícitos difundidos a través de las redes sociales, existe entre la población una percepción y sensación de inseguridad.
SIGUE EN EL RANKING DE LAS 50 MÁS VIOLENTAS.- Hay que precisar que la Encuesta Nacional de Programas Estratégicos, considera como percepción de inseguridad a la sensación de la población de ser víctima de algún hecho delictivo o evento que pueda atentar contra su seguridad, integridad física o moral, vulnere sus derechos.
Por esa razón, la buena noticia es que Cuernavaca se alejó 10 lugares de las ciudades con mayores índices de violencia. La mala: sigue estando en el ranking de las 50 más violentas por lo que hasta no salir de esa cifra negra será nulo decir que se avanzó en contra del hampa porque, además, la sensación y la percepción de inseguridad entre la población no es para nada positiva, sobre todo cuando hoy los delitos en todas sus modalidades se cometen a la luz del día.
Empero, hay que reconocer todas las adversidades a las que se enfrenta la titular de la Secretaría de Seguridad y Auxilio Ciudadano, Alicia Vázquez Luna y el propio edil, José Luis Urióstegui Salgado quienes encontraron una corporación destartalada, con muy escasos policías ya muy cansados, muchos de ellos con sobrepeso y diversas enfermedades y prácticamente de la tercera edad, sin armamento y mucho menos patrullas, razón por la cual la labor que ambos personajes realizan es titánica, cuyos logros se invisibilizan y los yerros se magnifican. No es equitativa la situación porque los logros obtenidos los minimizan porque dizque para eso les pagan y cuando se cometen errores, son los peores y en automático exigen su salida del cargo. Los dos polos de la moneda.
Quizá por ello y como medida para enfrentar a los grupos criminales, el edil de Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado ha tenido que buscar apoyo y se ha reunido con los titulares de la Comisión Estatal de Seguridad Pública, del Ejército, la Guardia Nacional y la asociación civil México SOS, para implementar en la ciudad un programa preventivo piloto de recuperación de espacios públicos, del cual deriven mejores resultados para los cuernavacenses.
Como parte de las acciones para frenar la incidencia delictiva, anunció que en el programa piloto de recuperación de espacios públicos que se implementará a través de la Secretaría de Protección y Auxilio Ciudadano (SEPRAC), incluirá no solo la presencia policial, sino también la inversión en obras y servicios públicos, desde bacheo, balizamiento, poda de árboles hasta el cambio de luminarias para evitar que algunas calles sean espacios dominados por la delincuencia.
El programa piloto, refirió, arrancará en las colonias Antonio Barona y Flores Magón, estando actualmente en la etapa de preparación e integración, por lo cual harán extensiva la invitación a las cámaras empresariales, asociaciones civiles, lideresas y líderes de las comunidades, grupos de vecinos, a la Red de Mujeres Constructoras de Paz (MUCPAZ) y a los Comvives, estos últimos con la finalidad de que empiecen a trabajar sobre objetivos específicos, consolidando la estrategia de proximidad.
En la III Sesión Ordinaria del Consejo Municipal de Seguridad Pública se dio a conocer que Cuernavaca va avanzando de manera gradual en la disminución de incidencia delictiva, como lo señaló el propio Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, que con corte al 20 de junio mostró que la ciudad, que se encontraba al 31 de diciembre de 2021 en el número 24 de las 50 ciudades más violentas en el país, registra actualmente un decremento al ubicarse en el lugar 35.
Al presentar un informe de las estadísticas generales, acciones implementadas y medidas adoptadas por las instancias que integran el consejo para el periodo marzo-abril 2022, la titular de la Secretaría de Protección y Auxilio Ciudadano (SEPRAC), Alicia Vázquez Luna, mencionó que la Unidad de Prevención de Robo de Vehículos, creada el 10 de enero, logró recuperar 60 vehículos y detener a 27 personas por este delito, lo que ha posicionado al municipio como el primero a nivel nacional en operar un trabajo de tanta eficiencia y eficacia.
Señaló que se llevaron a cabo un total de seis mil 697 operativos, como ruta segura, presencia máxima, escuela segura, cortina segura, base de operaciones mixtas, recorridos de vigilancia, acciones operativas de drones y de proximidad social; además de que se han puesto a disposición 421 personas ante el Ministerio Público y el Juez Cívico.
En tanto, el titular del Secretariado Ejecutivo Municipal, Marco Antonio Olvera Benedicto, rindió un informe correspondiente a los meses de marzo y abril, respecto de actividades y análisis de cifras de los índices delictivos, destacando que se han beneficiado a siete mil 441 personas de manera directa con los programas y acciones de proximidad que han implementado; avalando, a la par, que de marzo a abril hubo una reducción en la incidencia delictiva del 11.9 por ciento.
Al presentar el secretario ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública, José Manuel Rodríguez Morales, el Modelo Nacional de Policía y Justicia Cívica Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, que busca, entre otras cosas, fortalecer a las policías municipales y estatales para reducir la incidencia delictiva, así como a la investigación criminal, mejorar la percepción de seguridad e incrementar la confianza en las instituciones policiales.
Los consejeros ciudadanos Magda Salgado Ponce, presidenta de “Mi Ciudad”; Rafael Rueda Moncalian, representante de la Red Nacional del Consejo Ciudadano de Seguridad; la diputada local por el 01 Distrito, Andrea Gordillo Vega y las representaciones de los legisladores Julios César Solís Serrano, presidente de la Comisión de Seguridad Pública y Ángel Adame Jiménez del distrito 01, manifestaron su respaldo, reiterando la necesidad de generarles mejores condiciones de vida a los elementos policiacos.
l pasado fin de semana fue uno de los más violentos de la entidad, lo que refleja que la delincuencia avanza en lugar de disminuir y esta situación, es la percepción que tiene actualmente la sociedad morelense que exige resultados en materia de prevención y procuración de justicia, algo que por desgracia no se atiende y sus demandas son como un grito en el desierto.
IMPLEMENTAN DISPOSITIVO DE SEGURIDAD.- Los especialistas en la materia de seguridad reconocen que el tema es delicado y que pasarán varios años siquiera para tratar ya no de erradicarlo ni de frenar, sino disminuir en algo los delitos que se cometen a diario. El temor es tan grave entre la población que ahora marchan en silencio para exigir que haya paz y tranquilidad en sus zonas de origen, casos como los ocurridos en la zona sur y oriente de Morelos es un ejemplo de que lo se vive y se refleja en todo el territorio morelense.
Sin embargo, pese a todo es buena la medida del estado en el sentido de fortalecer y mandar a más elementos de seguridad tanto del estado como de la federación para hacer acto de presencia y sobre todo, tratar en la medida de lo posible, un estado de paz y tranquilidad que se ve muy difícil de lograr pero que por esfuerzos no deben de parar jamás.
No solo participa el Ejército Mexicano, La Guardia Nacional sino la Secretaría de Marina Armada de México (Semar) y la Comisión Estatal de Seguridad Pública (CES), los cuales tienen el objetivo de realizan recorridos de prevención y supervisión, pero sobre todo de llegar hasta los verdaderos operadores de las diferentes células delictivas, aquellos que han hecho de Morelos un estado sangriento por el número de personas que han sido asesinadas por diversas circunstancias y que la mayoría de los casos quedan en la impunidad.
La sociedad exige y demanda paz y tranquilidad para salir a la calle, a sus áreas de trabajo, a los centros de diversión y evitar que la vida nocturna como ha ocurrido en otras entidades se acabe por los altos índices delictivos. Urge además de estos operativos que son buenos, aplicar una estrategia para combatir a estos grupos criminales que tanto daño le hacen al estado y a su gente.
El fin de semana pasado fue muy violento pero hay otros que han sido muy similares por los crímenes que se han registrado, como el de principios de abril de este año cuando se registraron diez asesinatos en un solo día en distintos puntos de la entidad. Y esto, pese a la coordinación entre el estado, los municipios y la federación. De nada sirvió para evitar esto. De ahí el llamado a más acciones urgente, reales y concretas que generen confianza, certidumbre entre la población y una percepción de que la cosas van por buen camino.
PERCEPCIÓN DE INSEGURIDAD.- Esta semana no hubo detenciones de altos jefes delincuenciales ni grandes capos o líderes de los carteles existes que hayan sido detenidos como para argumentar que se debió la delincuencia a estos hechos, por lo tanto, no ha lugar para hablar de supuestos reacomodos entre delincuentes que buscan ocupar los espacios de sus patrones porque no fueron detenidos y pese a ello, la incidencia delictiva aumentó.
Aunque sobra decirlo, comparado con el número de crímenes y los detenidos, se evidencia que más del 95% delitos quedan en la impunidad y ahí está el dilema del porque no reducen sino se incrementan cada vez más en Morelos.
La pobreza, desigualdad, desempleo y falta de oportunidades de acuerdo a los especialistas del tema en materia de prevención y procuración de la justicia son los principales argumentos por los cuáles se dispara la violencia.
De ahí que colectivos, grupos de la sociedad y la iglesia de forma constante estén exigiendo paz y justicia, así como un freno a la violencia a través de sus marchas, a la que se han sumado diversos sectores de la población en demanda de que se cambie la estrategia de seguridad por considerar que no ha dado resultados.
Y es que ante la ola de violencia y crueldad que sacude a Estado se han hecho llamados a todas las personas a ser constructoras de paz, pero al mismo tiempo, a las autoridades para que sea atendida la crisis de seguridad como un problema de salud pública, para erradicarla pese a que suene a casi imposible.
Las historias de las familias que han sido presa de la delincuencia se cuentan por cientos. El clima de violencia es el tema durante las celebraciones en las iglesias cuya coincidencia es que se acabe, que desaparezca de la entidad y del país… algo prácticamente imposible.
Al igual que los casos de feminicidios en los que van en aumento los casos y que en su momento, Morelos ha ocupado el primero lugar de estos delitos en el país. No por nada, las movilizaciones de las mujeres feministas son cada vez más intensas en demanda de que ya no se registren desapariciones de jovencitas, trata de personas, ni delitos que laceran a la comunidad en general.
Lo cierto es que la mayoría de los feminicidios son cometidos por una pareja actual o anterior de la víctima e incluyen maltrato repetido en el hogar, amenazas o intimidación, violencia sexual o situaciones en las que las mujeres tienen menos poder o menos recursos que su pareja. Aunque los grupos delictivos también han intervenido de manera alarmante en contra de las damas en distintos puntos de la entidad.
Más aún, porque los crímenes contra mujeres es la siniestra punta del iceberg del machismo patriarcal y de la violencia cotidiana contra las mujeres. Siete de cada diez mujeres mexicanas han sido sujetas a violencia en sus vidas, normalmente en su entorno familiar, amoroso, escolar o social.
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