Observador político - ¿Es necesario desaparecer a la ESAF?
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes
La reunión entre el gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo y Rabindranath Salazar Solorio, sub secretario de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación no fue fortuita. Más aún si analizamos que son ya tres años de la actual administración y este encuentro se da en vísperas de temas trascendentales como el presupuesto; el Fondo de Bienestar y la desaparición de la ESAF.
INICIARÁ EL JALONEO POR EL PRESUPUESTO.- Sobre todo, por la decisión de algunos diputados de quitarle facultades al mandatario estatal y evitar que a partir del próximo año no pueda realizar ningún tipo de resignación del presupuesto, que de aprobarlo, sería un golpe político contundente porque ya no podría Cuauhtémoc Blanco Bravo tener la famosa libre disposición de los recursos financieros, es decir, de quitar o poner dinero en las diferentes dependencias que así lo considere prudente y necesario sin tener que informarle al Congreso.
Por ello, la reunión del Ejecutivo en la Ciudad de México con el oriundo de Jiutepec, con quien –todo mundo lo sabe- tuvo grandes diferencias políticas e ideológicas antes, durante y después de que se designó por parte del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) al candidato a gobernador.
Más aún, cuando se supo que Rabindranath Salazar sería el “súper delegado” de Morelos y que al final, quedó en el cargo el defenestrado Hugo Eric Flores, quien por cierto, tuvo un papel gris tirándole a negro perjudicando su estancia a los morelenses ya que solo utilizó el cargo como trampolín político y económico para formar y mantenerse como dirigente del Partido Encuentro Social.
Sin embargo, la reunión entre Blanco y Rabín fue bien vista por la sociedad y algunos sectores de la clase política que exigen y demandan que haya unidad, coordinación y cordialidad entre estos dos personajes porque dependiendo de los acuerdos y compromisos le puede ir bien a Morelos, que tanta falta le hace y requiere para salir del atraso en el que se encuentra.
"Me reuní con Rabín Salazar, subsecretario de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos, a fin de fortalecer el trabajo entre gobierno estatal y federal. El proyecto que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador requiere la suma de voluntades por el bien común", refirió el gobernador. Mientras que el subsecretario de gobernación federal refirió: "Me reuní con el gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, para abordar temas de interés estatal. Ha sido instrucción del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador y del secretario Adán Augusto, fortalecer el diálogo con las entidades federativas para llevar bienestar a la población". Fue prácticamente el mismo comunicado. Prácticamente los obligaron pero al final, la imagen donde posan juntos, dice más que mil palabras. En conclusión, a Morelos no le conviene una posición de enfrentamiento y sí de unidad y diálogo por el bien de la población. Enhorabuena.
¿NO HAY CONSENSO PARA DESAPARECER A LA ESAF? Primero fue Agustín Alonso quien anunció en Cataluña la inminente desaparición de la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización por supuestos actos de corrupción y su complicidad en muchos casos, donde pese al desvió de recursos públicos y los actos ilícitos que han incurrido no sucede nada y a manera de ejemplo, están dos casos muy conocidos: el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca (SAPAC) y en el mismo Ayuntamiento capitalino, en los que la ESAF no ha hecho absolutamente nada. Por lo que se coincide con los señalamientos de qué es y ha sido un elefante blanco pero también una bolsa de trabajo para los diputados en turno, tal como sucedió con los de la LIV.
Posteriormente, correspondió el turno a Julio César Solís, coordinador del Grupo Parlamentario de Movimiento Ciudadano y dirigente de este instituto político, quien en tribuna lanzó la iniciativa para desaparecer a la ESAF y en su lugar crear otra institución que para muchos especialistas en el tema, sería igual o peor que cómo se encuentra actualmente.
Empero, para varios diputados que no están de acuerdo y que aseguran no hay consenso sobre todo de Morena, quienes rechazan la desaparición de la ESAF por y aseguran que no procederá tras considerar que es un exceso político el que intentan tanto Agustín Alonso como Julio César Solís.
En primer lugar, tendrían que liquidar conforme a derecho a todos los empleados, lo que sería un golpe financiero grave – en plena crisis- por el número de empleados que hay, así como por los altos salarios que perciben y que por Ley, tendrían que liquidarlos conforme corresponde y establece la Ley Federal del Trabajo. Y es que, si fuera su dinero o de la iniciativa privada sería viable pero por el contrario, es dinero público. Es más, si en verdad quieren transformar a la dependencia en cuestión, pueden enfocarse en la destitución de América López Rodríguez, titular de la ESAF así como de los familiares de los exdiputados que fueron designados como parte de los acuerdos cupulares entre los integrantes de la LIV y con ello, se frenaría el enviar a un precipicio cantidades de dinero exorbitantes y ofensivos que se tendrán que destinar si mantienen la idea de desaparecerla.
Agustín Alonso fue dos veces alcalde de Yautepec y su padre -del mismo nombre y apellido- difícilmente lo exhibiría de algunos posibles malos manejos financieros; mientas que Julio César Solís, no tiene calidad moral ni ética política para impulsar una acción de esa naturaleza cuando su esposa Karina Arteaga, sigue en el ojo del huracán por aquello de las “pensiones doradas” sobre todo por el carpetazo que le dio el Fiscal para el Combate y la Corrupción, Juan Salazar Núñez, pese a que fue señalada por expedir 26 constancias de antigüedad a familiares y personas cercanas a diputados de la pasada legislatura. Es decir, Karina Arteaga, estará aportando pruebas para que la Fiscalía pueda detener a más personas, lo que significa, que “les estará poniendo el dedo” para ella poder librarla.
En conclusión, es y sería un exceso eliminar la ESAF por todo el peso económico y político que significa. Algo distinto sería una reestructuración y modernización a fondo, con personal capacitado y preparado que sería la mejor opción así como un presupuesto con el que se les tendría que exigir resultados inmediatos y no utilizarla para incluso, desaparecer documentos de carpetas de denuncias que vendría a beneficiar sobre todo a exfuncionarios del gobierno de Graco Ramírez Garrido Abreu. Tal parece, que los diputados de Nueva Alianza y Movimiento Ciudadano, quisieran ayudar y proteger de evidencias graves a quienes se convirtieron en los nuevos millonarios del sexenio del perredista Ramírez Garrido y que hoy siguen siendo investigados.
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