Observador político - Eliacin Salgado, traiciona y lucrar con el dolor ajeno
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes
Desde que llegó a la titularidad del IEBEM, el ex priista Eliacin Salgado de la Paz, no solo no ha tenido un transparencia en los recursos económicos de la institución sino que la ha utilizado como un ente partidista sin serlo para conseguir sus perversos objetivos personales de lograr la candidatura al gobierno de Cuernavaca por Morena, sin importarle, violentar los derechos humanos y laborales de los maestros a quienes amenaza para que participen en sus actos políticos.
ELIACIN SALGADO, ESCUPIÓ AL CIELO.- En un acto que raya en lo oportunista y maquiavélico, Salgado de la Paz convocó a los maestros a las calles bajo el pretexto del trágico asesinato de la maestra de educación física Nayeli en el centro de Cuernavaca. Sin embargo, lo que aparentaba ser una acción para denunciar la inseguridad se tornó en una estratagema política para desacreditar al alcalde panista José Luis Urióstegui Salgado y a la secretaria de Protección y Auxilio Ciudadano, Licha Vázquez Luna.
Y es que, el director del IEBEM, utilizando su posición de autoridad, presionó a los maestros para participar en esta movilización, amenazándolos con sanciones y suspensiones en caso de negarse. Más allá de la validez de la protesta, este método coercitivo revela una preocupante falta de respeto por los derechos humanos y laborales de los docentes.
El primer error evidente fue la desinformación que rodeó la movilización, al convocar a maestros de los 36 municipios del estado, ignorando las realidades específicas de seguridad en cada localidad; aprovechándose del dolor de la familia de la maestra Nayeli, que trasciende la esfera política convirtiéndose en un desafío a la cordura ética y moral. Y es que, el uso de una tragedia como herramienta de propaganda política no solo es insensible, sino que también evidencia una falta de empatía y consideración hacia los afectados.
Primer error. Tuvieron que ser docentes de Cuernavaca que saben de la inseguridad no de los 36 municipios porque allá la cosa está igual, como ocurre en Cuautla, Yauatepec, Ayala, Temoac, Temixco, Xochitepec, Puente de Ixtla, Zacatepec, Coatlán del Río, Huitzilac, entre otros y los responsables de la seguridad ahí no son ni José Luis Urióstegui ni Licha Vázquez Luna, por ello, se les desbordó y fue rebasado Eliacin Salgado de la Paz, de quien lo menos que pedían los maestros, era su destitución.
Mientras los maestros exigían su destitución, Salgado de la Paz persistía en sus tácticas cuestionables, arriesgando no solo su reputación sino también la estabilidad del partido al que afirma representar. Su comportamiento irresponsable no solo contradice los principios fundamentales de Morena, sino que también pone en duda su capacidad para liderar una candidatura y, eventualmente, una administración gubernamental.
En un momento crucial para la política local, los ciudadanos y los militantes de Morena deben sopesar si desean respaldar a un líder cuyas acciones demuestran una falta de escrúpulos y una priorización de intereses personales sobre el bienestar colectivo. La verdadera fuerza de un partido radica en líderes que encarnen los valores que defienden y trabajen incansablemente por el beneficio de la sociedad.
La caída en desgracia de Eliacín Salgado de la Paz no es solo una advertencia para aquellos que utilicen tácticas políticas cuestionables, sino también un llamado de atención para una ciudadanía que exige líderes comprometidos con la integridad y la honestidad. En el tablero político, donde las estrategias desleales pueden tener consecuencias devastadoras, es imperativo que la voz del pueblo se eleve para rechazar prácticas que socavan la confianza en las instituciones y en aquellos que las lideran.
AMBICIONES POLÍTICAS PERVERSAS.- Hay que recordar la traición de proporciones significativas por parte de Eliacin Salgado de la Paz, quien, ostentando su posición en el Instituto de Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM), ha utilizado los recursos públicos y la infraestructura educativa para forjar un movimiento magisterial con claros tintes políticos, el denominado Movimiento Magisterial Morenista (MMM). Una jugada que, lejos de representar los intereses legítimos de los maestros, parece ser una estratagema con miras al año 2024.
Resulta especialmente desconcertante que, en un estado donde el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) ya tiene una representación consolidada bajo el liderazgo del maestro Joel Sánchez Vélez, Salgado de la Paz haya optado por desafiar la cohesión sindical y erigir su propio bastión político; esta decisión, además de evidenciar la ambición desmedida del funcionario, ha llevado consigo coacciones y amenazas, sometiendo a muchos de los maestros que acudieron en busca de un cambio genuino.
El evento donde se oficializó el MMM en septiembre de este año, fue presentado como un acto en defensa de la educación inclusiva y de calidad para los jóvenes morelenses, pero las verdaderas intenciones de Salgado de la Paz se revelan con el paso del tiempo. Sus aspiraciones personales han tomado prioridad sobre los legítimos reclamos del magisterio, convirtiéndose en un traidor que ha socavado la unidad sindical y desviado los esfuerzos colectivos hacia sus propias ambiciones políticas.
El discurso de Eliacin Salgado en ese evento, donde abogó por el bienestar de la niñez y la excelencia educativa, ahora se presenta como una cortina de humo para encubrir sus maquinaciones políticas; su mente ya estaba maquinando el camino hacia la candidatura a la alcaldía de Cuernavaca por el partido guinda, un objetivo que hoy parece alejarse debido a los excesos y posibles malos manejos desde su posición en el IEBEM.
Hoy, Salgado se encuentra en una posición incómoda, enfrentando las consecuencias de sus propias decisiones; se ha convertido en un enemigo de Morena y de su candidata a la gubernatura, Margarita González, ya que en la coalición se busca la unidad con Nueva Alianza, el partido aliado del SNTE. Su traición no solo ha afectado su carrera política personal, sino que ha dejado en entredicho la integridad y la lealtad que se espera de quienes ostentan cargos de responsabilidad en la administración pública.
En última instancia, el caso de Eliacin Salgado ilustra los peligros de la ambición desmedida y la traición en el ámbito político de Morelos.
Email: gerardonoticias01@gmail.com
X: @gerardosuarez73