Observador político - Apoyemos y fomentemos el comercio local
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes
Para nadie es un secreto que la pandemia del covid-19 tiene en jaque a las autoridades de los tres niveles de gobierno, con el “Jesús en la boca” a los empresarios y la incertidumbre a los pequeños comerciantes que ya no sienten lo duro sino lo tupido tras casi 100 días de estar en confinamiento por encontrarnos en semáforo rojo en Morelos.
Por ello y ante los nubarrones que se vislumbran en los próximos días, semanas y meses en el mundo, en el país y en Morelos, es importante que los gobiernos sobre todo el Estatal con los municipios, dejen de lado las cuestiones político electorales, abandonen de una vez por todas las diferencias ideológicas y analicen la situación que se vive y la afectación que sufre la población para de manera unida y coordinada, implementen acciones, estrategias y programas para favorecer a todos los sectores de la población, sin excepción alguna.
La idea en este momento en que la crisis que se agudizará conforme avance el tiempo por la pandemia del covid-19 al que no se le fin, hasta en tanto no se encuentre una vacuna, es que impulsen proyectos e incentiven al comercio local, en estos momentos de crisis es vital que los morelenses consumemos productos locales, fortalecer a las pequeñas tiendas de las esquinas, en las colonias, barrios y poblados para ayudar a sus propietarios y que el dinero empiece a circular en la entidad. Para ello, las autoridades estatales y municipales tendrían que iniciar una campaña de concientización y difusión intensa para lograr este objetivo que tiene como único fin, el fortalecer económicamente la economía regional que a final de cuentas es la que se verá más afectada.
Y es ahí, donde el Ayuntamiento debe de participar activa e intensamente para prepararlos, capacitarlos para que puedan contar estrictamente con todas las medidas de sanidad necesarias para mejorar su ambiente y ofrecer a la ciudadanía confianza y seguridad de que sus productos que ofertan son de calidad, y sin riesgo alguno de posible contagio. No hacerlo, podría ser atentar contra todos los comercios en pequeños que por no tener la capacitación, inteligencia y las condiciones estarían en una enorme desventaja con las grandes tiendas comerciales que ofrecerán promociones, descuentos, y obvio estarán acorde a las circunstancias con tecnologías y equipo de primera para poder competir ante los tiempos difíciles en los que nos encontramos como consecuencia del coronavirus.
Y es que los especialistas en materia económica y emprendimiento, han considerado que la única viabilidad para que los pequeños negocios no desaparezcan de forma definitiva y se integren a la lista negra de desempleados en el país, será que la población empiece a comprar en los pequeños locales, en las tiendas de la esquina, ayudar a la economía local; es decir, se trata de atender y ayudar a los negocios de tus amigos y parientes para que el golpe no se sienta tan fuerte.
CAMBIÓ EL SEMÁFORO ROJO AL NARANJA.- Y es aquí donde los gobiernos de los respectivos municipios deben de hacer un análisis minucioso del número de comercios pequeños que tienen en sus regiones (sin descuidar a los medianos y grandes), para que los capaciten, apoyen y aconsejen de la importancia de actualizarse y sumarse a las plataformas digitales que hoy en día es ya una necesidad para poder ya no competir sino subsistir, otorgando servicio a domicilio y dándole todas las condiciones a los consumidores para que les lleguen sus productos hasta las puertas de su hogar sin le necesidad de tener que salir de casa.
Luego entonces, será de vital importancia tener con claridad la manera en la que el servicio que se ofrezca en línea e impulsar acciones novedosas como innovar en materia tecnológica para que tengan las herramientas necesarias que permita que el colapso como el que estamos viviendo no sea tan fuerte.
Justamente cuando entramos ya al semáforo naranja que permite la apertura de los comercios de casi todos los giros con medidas y reducción de hasta un 70 y 50 por ciento, es cuando la gente debe de tener conciencia de que el problema no se ha ido y difícilmente se irá. Por ello, debemos mantener todas las medidas preventivas de sanidad para en la medida de lo posible, evitar tener que regresar al semáforo rojo como ha ocurrido en otras entidades y municipios del país por la irresponsabilidad de algunos sectores de la población.
Por esta razón, basta recordar que como consecuencia del llamado gubernamental: “Quédate en casa”, en automático las calles, tianguis y mercados de las principales ciudades del país empezaron a vaciarse de personas, entre ellas Morelos. Dicha medida provocó reacciones de inmediato y consecuencias económicas graves para las familias que viven del comercio, principalmente los mercados y tianguis.
Hoy en día, la gente está cansada, molesta, harta y con muchas ganas de trabajar y para ello, se requiere que la gente les haga el gasto, más cuando se puede constatar que los centros y las plazas comerciales están a reventar de gente, sin atender la sana distancia y en una situación que raya en lo absurdo y en la preocupación. Ojalá todos hagamos conciencia real de la grave y delicada situación a la que nos estamos enfrentando.
¿Qué significa el semáforo naranja? Que las empresas de las actividades económicas no esenciales trabajen con el 30% del personal para su funcionamiento. Estas, se podrán realizar en espacio público abierto y cerrado: La ocupación hotelera podrá ser del 50% y las áreas comunes podrán tener un aforo también del 50%. Los restaurantes podrán dar servicio a la mitad de su capacidad con medidas de sana distancia. Las estéticas, barberías y peluquerías podrán prestar servicio solo con citas y también a la mitad de su capacidad. En plazas y espacios públicos el aforo de personas deberá ser del 50% y manteniendo la sana distancia. El ingreso a mercados y supermercados podrá ser del 75% por ciento y solo podrá ingresar una persona por familia. Los eventos deportivos deberán ser a puerta cerrada. Cines, museos, teatros, plazas públicas y espacios o áreas de culto podrán tener un aforo del 25 por ciento siempre que sea un grupo menor de 500 personas.
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