El tercer ojo - Carta Abierta al Dr. Eliseo Guajardo Ramos (Tercera parte).

En opinión de J. Enrique Alvarez Alcántara

El tercer ojo - Carta Abierta al Dr. Eliseo Guajardo Ramos (Tercera parte).

01 de noviembre del 2024

Apreciados lectores de esta columna semanal El Tercer Ojo, como pueden percatarse de ello, dos semanas sucesivas no he enviado mis colaboraciones acostumbradas al Regional del Sur; ello obedece al hecho de que una pesada carga de trabajo de escriba y participante en un Congreso Nacional de Neuropsicología, me impidieron hacerlo como hubiera deseado. Asimismo, como tendrán aún alguna reminiscencia de las dos precedentes colaboraciones, he escrito dos epístolas dirigidas al Dr. Eliseo Guajardo Ramos a propósito de sus artículos dedicados a parte de su vida epistolar (organizada en Memorias de Monterrey –inédito–).

Desde la primera parte de esta triada epistolar expresaba, como punto de partida que: “Los anales de los orígenes y el desarrollo de la psicología (como disciplina del conocimiento científico, como práctica profesional y como teoría y práctica educativa) en nuestro país ha sido escrita por quienes oficial, y oficiosamente, se han apropiado de la misma omitiendo –deliberadamente, por ignorancia, o ambas– hechos y personajes de crucial importancia para comprender la historia de nuestra disciplina”. De la misma manera manifestaba que: “la historia nunca será “neutra”, como el “jabón medicinal del Tío Nacho” o del “Perro Agradecido” y, naturalmente, está cargada de vivencias, “Perezhivanie” al decir del psicólogo soviético Lev S. Vigotski, más que de “experiencias objetivas” divorciadas de la vida misma que, quienes narran los sucesos y tramas, evocan como parte de su vida y vivencias’.

Por otro lado en la segunda epístola resaltaba el hecho de que: está trama narrada a partir de la década de los años 70 pudiera ser descrita como “Una búsqueda sin término” … en virtud de que como, tanto tú como yo sabemos, en esta década fue cuando se hizo evidente el proceso de emancipación de las escuelas de psicología de las correspondientes a filosofía (tanto en la UNAM como en la UANL); asimismo, dicho proceso implicó una búsqueda de “alternativas” a la psicología y una “identidad” que trascendiera los baremos de la psiquiatría y el psicoanálisis, hasta ese entonces dominantes en las escuela y facultades de filosofía”; y debo adicionar que está “búsqueda sin término” era impulsada y promovida por personas sumamente jóvenes que no se encontraban satisfechos con las miradas desde la psiquiatría, el psicoanálisis, la fisiología y, naturalmente la filosofía; éramos, y bien lo sabes, jóvenes aventureros, insatisfechos, atrevidos, osados y sin temor alguno a las equivocaciones. Éramos jóvenes que tratábamos de encontrarnos, cara a cara y epistolarmente, con los grandes constructores de la psicología en Francia, Suiza, la ex URSS, Argentina, y quienes se encontraban más allá de la fisiología, pero más acá de la psicología y epistemología genética, la psicología infantil y del desarrollo y, por qué no, lo que se conocía como Psicología fundada en el materialismo histórico y dialéctico.

Éramos jóvenes que desde fuera de las universidades, organizados en tareas y actividades extracurriculares, en seminarios o círculos de estudio buscábamos diseñar y construir una psicología al servicio de las necesidades de nuestra comunidad, más allá de las mismas universidades.

Ello se muestra clara y nítidamente en tus colaboraciones en comento.

Debo resaltar el hecho de lo que se conoció como “Plan Nuevo León”, “Grupos Integrados’, “PALEM”, “Prueba Monterrey”, una innovadora aproximación a las políticas públicas en “educación especial” son deudoras y deudores de el trabajo realizado por estos jóvenes que impulsaron, por otras vías y por otros medios, un aproximación fresca y novedosa, digamos “a contracorriente”, por fuera de las universidades, a la realidad que nos correspondía vivir y afrontar más allá de la academia.

Tampoco tengo duda alguna sobre ello, la política pública en el ámbito educativo que condujo, primero, a la “integración educativa”, después, a la “educación inclusiva”, tuvieron como precursores teóricos y prácticos, los sueños, búsquedas, actividades y tareas que se describen en las cartas y colaboraciones tuyas y que, justo y necesario es decirlo, nunca tuvieron como mira esos aportes que se construyeron con base en el horizonte que se tenía.

¡Vamos!

Los trabajos realizados por la Dra. Emilia Ferreiro en torno a los procesos del aprendizaje de la lengua escrita son acreedores y deudores mutuos en las tareas, ilusiones y búsquedas que narras.

En su momento estas experiencias pasarán a ser reconocidas como parte formal y legítima de la historia.