El futuro se construye desde la niñez<br>Segunda Parte
En opinión de Mirna Zavala
No es difícil darnos cuenta de la vulnerabilidad de nuestra niñez. La UNICEF publicó en octubre del año pasado su Estado Mundial de la Infancia 2021, con un claro y dramático diagnóstico respecto de las condiciones en que viven los niños, las niñas y los adolescentes en el mundo. No es de extrañar que la violencia y discriminación que sufren se presenten también en nuestro país, a pesar de que México no fue uno de los países incluidos esas encuestas del informe. Principalmente se destaca la ansiedad, la depresión, deficiencia de atención y trastornos del comportamiento como prevalecientes en la salud mental de los niños entre 10 y 19 años, alcanzando el 82.5%.
Por desgracia en el mundo casi 46 mil niños y niñas se han suicidado. Cifra que ha ido en incremento. Es ilustrativo del drama que representa la falta de sentido de la vida la expresión de uno de los adolescentes entrevistados: "Estar cansado psicológicamente significa que tienes la sensación de no estar viviendo la vida y ser incapaz de hacer cualquier cosa. Incluso si eres ambiciosa, no puedes adquirir tus ambiciones porque, psicológicamente, estas completamente derrotada”.
Se le rompe uno el corazón y te llenas de impotencia frente al contexto en que viven nuestros niños y niñas para encontrarse vencidos aún antes de comenzar a entrar de lleno en la vida plena. El informe recomienda y propone compromiso, comunicación y acción.
En nuestro estado el INEGI presentó hace unas semanas las condiciones prevaleciente al respecto: el número de personas entre 0 y 17 años ha disminuido en poco más del 10% en las últimas dos décadas, quedando en 28.8% en el 2020, 8.4% de los niños, niñas y adolescentes entre 0 y 14 años padecen alguna discapacidad.
En nuestras hogares o escuelas prevalecen situaciones de discriminación en más del 20% principalmente: hacer sentir miedo, burlarse de los otros, poner apodos, prohibir o excluir de la participación en juegos y deportes, amenazar o golpes y amenazas. Las motivaciones de esta discriminación tienen que ver con el peso, la estatura, la forma de vestir, las creencias religiosas y la manera de hablar.
Las estadísticas nos proveen de información significativa para la implementación de políticas públicas que remedien situaciones de crisis o problemáticas que perturban la sana convivencia humana, cuantimás tratándose de niños, niñas y adolescentes que se encuentran con expectativa de una vida plena en libertad y bienestar.
Hagamos un pacto particularmente a favor de nuestra niñez. Vale la pena. Manos a la obra.