Municipio en la segunda mitad
En opinión de Mirna Zavala
Por muchas razones ha de considerarse un nuevo debate sobre el municipio y sus autoridades, las condiciones del momento actual ponen de manifiesto las grandes dificultades para que los ayuntamientos cumplan las expectativas de los morelenses: aumento de la demanda social relacionada con el deterioro de la infraestructura urbana, del mayor número de usuarios de servicios, insuficiencia de recursos económicos, excesivo estructura administrativa y elevada rotación de personal, altos costos de operación de los servicios, aparición de nuevos problemas sociales, pobreza poco mayor de 50%, desaprovechamiento de la tecnología, aglomeración poblacional en zonas urbanas, divorcio entre autoridades y ciudadanos, en fin, podrían señalarse muchos más aspectos que, sin duda, afectan sensiblemente la buena marcha de los asuntos públicos. Desde el punto de vista político, la inexistencia de planes trans trianuales origina gobernar por “trozos”, los presidentes municipales saben que la ley no les permite comprometerse más allá de su administración a reserva de aprobación del congreso y generalmente se hace uso de esa prerrogativa, en los últimos años, para solicitar empréstitos o concesionar algunos servicios- basura o alumbrado los más socorridos- con el fuerte prejuicio de corrupción. Existe, pues, una gran disfuncionalidad en los ayuntamientos del estado, por razones endógenas y exógenas, factores que les son propios y originan desajustes o incapacidades, pero también factores que le son impuestos desde fuera e inciden en la eficiencia y eficacia en el cumplimiento de sus responsabilidades.
Este mes terminan las autoridades elegidas en el 2018, a partir de enero, y luego de una semestral espera, los nuevos cabildos asumirán funciones hasta el 2024. Los presidentes municipales, principalmente, tienen en cierta medida, proyectos claros para sus comunidades que rebasan sus capacidades económicas, así que recurren al gobierno estatal o federal para desarrollarlos, sin embargo, son pocos los que llegan a concretar acciones significativas. Y es que, que podría hacer, por ejemplo, un ayuntamiento con ingresos de 100 millones de pesos, poco más de 8 millones mensuales, ¿frente a los servicios que debe prestar? Tradicionalmente ha sido por la vía de los fondos federalízalos con participación estatal que, obras o programas sociales, se concretan en los municipios, las más de las veces derivadas de promesas de campaña de los candidatos ganadores.
Lo cierto es que solo los estados y la federación tienen capacidad para el desarrollo humano y, aun así, la elevada y diversa demanda social apenas permite materializar resultados de amplio espectro.
Con el inicio de la actual legislatura y próximas administraciones municipales se abre la posibilidad de una reforma municipal que capture las aspiraciones morelenses de gobiernos que sean eficaces en la elevación de la calidad de vida de sus habitantes y su dignidad de personas. Si el municipio es la célula básica del estado, es razonable y urgente mirarlo con nuevos ojos, perspectivas y generosidad política, no es sino en benéfico de los ciudadanos que con esperanza nos eligieron como representantes populares. He de seguir insistiendo en tan importante asunto. Nos leemos en la siguiente, saludos.