Repaso - EL ¨SUCESOR¨ DE CUAUHTËMOC Y SU GABINETE
En opinión de Carlos Gallardo Sánchez
El nuevo director del Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM) sería Víctor Benítez Quintero, y el titular de la Secretaría de Educación estatal, Sergio Aguilar. De los demás nombramientos no pude enterarme.
Benítez Quintero, como muchos saben, fue secretario general de la Sección 19 del SNTE, gracias al aura protectora que le concedió Elba Esther Gordillo, de quien nunca ha renegado. Mal haría, porque ese manto charril aún le permitió ser diputado local. Después de eso, nada ha conseguido, con todo y que ha hecho el intento.
Sergio Aguilar Sánchez fue catedrático de la UAEM y en el aciago periodo gubernamental de Jorge Carrillo Olea llegó a subsecretario de Educación, nombrado por Carlos Javier Martinez de León, a la sazón titular de la efímera Secretaría de Bienestar Social. Cuando lo retiraron de ese puesto lo colocaron como director de la UPN Morelos.
Su respectiva designación fue confirmada como presuntos relevos de Eliacin Salgado de la Paz y Jorge Arturo Cornejo Alatorre, en la reunión vespertina del sábado anterior, celebrada en el restaurante Arecas, por los rumbos de la Subida a Chalma que, por cierto, recorro cotidianamente. Las indicaciones a los asistentes fueron que debían actuar con total discreción. Dícese que, incluso, se les solicitó apagar sus celulares.
Allí, el “sucesor” de Cuauhtémoc Blanco Bravo habría dado a conocer a los integrantes de su gabinete. Se trataría presuntamente de Rodolfo Archundia Franco, un ingeniero radicado en Cuautla, quien, me informan, primero militó en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), luego en el Partido de la Revolución Democrática (PRD), y ahora por lo menos, según lo ha manifestado, es bien visto por el Partido del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), a tal grado que, se dice, “dados sus vínculos con altas esferas del poder”, vendrá Andrés Manuel López Obrador en octubre para presenciar su toma de protesta, luego que haya iniciado sus labores la legislatura local entrante, cuyos diputados tendrían que aprobar la renuncia de Cuauhtémoc Blanco y, posteriormente, la asunción de Archundia Franco como nuevo mandatario estatal.
“¿Quién es Rodolfo Archundia Franco?”, se pregunta sarcástico Eolo Pacheco en su columna “Serpientes y escaleras” del seis de enero del 2020, publicada en “El Regional del Sur”. En este mismo rotativo, Gerardo Suárez, en su columna “Observador político”, del 14 de abril del 2016, lo adjetiva como un político defraudador y hace referencia a demandas legales en su contra, por presuntos ilícitos cometidos por Archundia Franco, en perjuicio de varios ciudadanos, a quienes se le acusa de haber timado. Eusebio Gimeno, en su “Columna de hierro”, del 16 de enero del 2020, al tiempo en que hizo una radiografía del contradictorio comportamiento de Rodolfo Archundia, informaba desde esas fechas que ya se asumía como el sucesor del ex futbolista.
En sus propias palabras, sólo hay que leer o ver lo que mal escribe o lo que dice en algunos videos, proyecta una idea de iluminado. “Pronto vendrán cosas buenas para Morelos”, reitera con frecuencia. En esas cosas buenas, se infiere, él sería el ungido para que nuestro estado salga del atraso.
En contracorriente, otros medios de comunicación, principalmente digitales y de muy escasa presencia en la opinión pública, manifiestan abiertamente un reconocimiento absoluto a las virtudes que creen ver en Archundia Franco. En el “Expreso de Toluca”, del 20 de enero del 2020, se opina, editorializando una nota informativa, que nuestro personaje “representa la tenacidad del pueblo en busca de un gobierno que dignifique la vida de todos”. En el espacio virtual “Indonoticias,com”, por los mismos días, abiertamente se proponía que ese político cuautlense, llenándolo de elogios, debería “encabezar una gran movilización social en Morelos para recuperar la paz social”.
De todo lo anterior y volviendo al asunto de su “segura asunción”, así como a quienes formarían parte de su gabinete, lo único real es que, en efecto, convocó en Arecas a sus inminentes colaboradores el sábado que acaba de pasar. Lo que faltaría por ver es si en verdad ya tiene amarrado su nombramiento como titular del Poder Ejecutivo luego de que se vaya Cuauhtémoc Bllanco.
De refilón
Pienso que si la designación de su equipo de gobierno sería como lo que ya decidió para el sector educativo, pasaremos los morelenses de Guatemala a Guatepeor. Ojalá y no. Quiera Alá que se le cebe o que Abraxas ilumine a los próximos diputados locales para que impidan un hecho como ese. Ya ven que nos ha ido de la patada y todo por elegir a Blanco Bravo gobernador de esta agobiada entidad federativa.
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