La Inclusión Educativa en la UAEM - Los Paradocentes de la Inclusión: Reorientación de Servicios EE-DF
En opinión de Eliseo Guajardo Ramos
Los Paradocentes son todos aquellos profesionales de apoyo a los Docentes de Educación Especial; quienes están al servicio del profesional que está a cargo de la enseñanza en el aula. Los profesionales de apoyo son el psicólogo/a, el trabajador/a social, el terapista o maestro de lenguaje. Así cambió el rol del grupo interdisciplinario de Educación Especial en el D. F. con la reorientación de servicios, en 1995. A la inversa de cómo operaba en el Modelo Médico de atención, en el cual el docente funcionaba como un “paramédico” del equipo de apoyo multidisciplinario. Éstos realizaban su diagnóstico psicopedagógico, en ocasiones neurológico también, establecían las terapias a seguir y se instruía al docente a seguirlas de forma supervisada periódicamente en equipo.
Este cambio vino propiciado por el nuevo concepto de Necesidades Educativas Especiales discutido analizado y aprobado en la Conferencia Mundial de Salamanca sobre Necesidades Educativas Especiales, Acceso y Calidad (UNESCO, 1994), derivado a su vez por el Concepto Social de Discapacidad de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 1980) y de los aportes particulares de Mary Warnock (1978), Len Barton, Gordon Porter, los dos primeros en Inglaterra y el último en Canadá. Las NEE significaban las dificultades que los alumnos cursan frente al currículo básico y para superarlas se hace necesario un apoyo adicional o diferente. Lo que conduce a lo que se denominó adecuaciones curriculares y que ahora están comprendidas en los ajustes razonables, que son más allá del aula. Las adecuaciones curriculares no implicaron nunca el “recorte curricular”, que es la eliminación de contenidos, sino mostrar de otra forma los mismos contenidos al alumno. También implican el empleo del código Braille para los niños ciegos y la Interpretación de Lengua de Señas Mexicana para los Sordos en México (cada país cuenta con su propia Lengua de Señas). Las NEE no son exclusivas de los alumnos con discapacidad, por lo que alumnos sin discapacidad también pueden cursar por ellas y beneficiarse de las adecuaciones curriculares, igualmente.
Lo anterior nos llevó a que las NEE no son sinónimo de problemas de aprendizaje, se trata de dificultades frente a los contenidos curriculares y no a las dificultades fuera del aula y de la escuela, como son los problemas de aprendizaje que se expresan en todo momento y lugar. Las NEE son educativas somo su nombre lo indica y los problemas de aprendizaje son psicológicos, psicopedagógicos o neuropsicológicos, si se quiere. Estos últimos requieren de terapias o tratamientos terapéuticos que se pueden ofrecer fuera del aula y de la escuela, en gabinetes psicopedagógicos luego de un diagnóstico psicométrico. Las NEE una vez ubicadas sirven para detectar los recursos que hacen falta para satisfacerlas. Recursos educativos o didácticos. Para establecer una planeación didáctica, incluso, una planeación de recursos materiales o profesionales, como son los maestros especialistas. Esto es, planear en macro las plazas de profesores de EE que estarían haciendo falta en el ciclo escolar. Así como el resto de los profesionales de cada área.
Si las NEE se presentan frente al currículo quienes las pueden identificar son los profesionales que se manejan con el currículo, esto es, los docentes en el ejercicio de su práctica docente. No hay pruebas o test diagnósticos de las NEE que puedan predecirlas. Por eso, con las NEE es el maestro quien se pone al centro de la estrategia de la inclusión. Los demás profesionales no desaparecen, sino que cambia la dirección, ahora van a ser el apoyo del docente, se convierten en “paradocentes”.
La idea de los paradocentes iba más allá del cambio del nombre, se gestionó sin llegar al final del proceso de planeación programática, suprimir todas las claves de los especialistas de apoyo por una única que se denominara plaza paradocente. Habría dos tipos de plaza y no las más de 7 plazas que existen, la de docente de EE y la de paradocente de EE. Lo que ocasionaría la contratación de otros especialistas que no fueran sólo de psicólogos, trabajadores sociales y terapistas, sino de cualesquiera otros: comunicadores, programadores, diseñadores de material didáctico, etcétera. Así se rompería con las profesiones exclusivas del modelo médico psicológico anterior al de la inclusión. Así, se avanzaría en un modelo social educativo que es más rico y complejo con el maestro al centro del equipo de profesionales.
Se pasaría de un equipo interdisciplinario a otro transdisciplinario. Los psicólogos ya no trabajarían con los test de gabinete, sino con la observación y entrevista clínicas. Entendiendo lo clínico no tanto como el campo de la psicopatología afectivo emocional, sino al modo de la psicogénesis, que prescinde de la psicometría y se apoya en un modelo clínico, denominado también crítico, para conocer los procesos del desarrollo del niño, tanto cognitivos como emocionales, al modo de Piaget o de Wallon. O sobre la identificación de la zona próxima del desarrollo en el niño al modo de Vygotski. Que son válidos para los niños con o sin discapacidad.
René Zazzo, discípulo de Heni Wallon y continuador del Laboratorio de Psicobiología del niño en París, así como de la cátedra de su maestro en la Universidad de Paris VIII, celebraba en 1960 cuando se había aprobado como parte del personal de las escuelas de educación básica, al psicólogo escolar. Lo que abría un gran campo profesional para la psicología. El paradocente, que era un grupo trandisciplinario para apoyar al docente las NEE de los alumnos y no a los alumnos con NEE, que es muy diferente. Ya que todos los alumnos pasan por las NEE en algún momento. Lo que implicaría que la atención era para los alumnos con o sin discapacidad. Incluso, hay alumnos que con discapacidad no pasan por las NEE, porque las NEE no son sinónimo de discapacidad, como equivocadamente se consideró y desvió el modelo educativo, de nuevo al modelo médico. Lo que representó un retroceso lamentable hasta nuestros días. Esto ocurrió en 2002 con el Programa de Fortalecimiento de la Educación Especial y la Integración Educativa.