Falta de agua!
En opinión de Mirna Zavala
El recrudecimiento de la falta de agua en diversas colonias de nuestra ciudad de Cuernavaca tiene varios factores de incidencia, algunos estructurales- los menos-, otros técnicos y afectan sobre todo aquellos políticos.
En los estructurales englobo, por supuesto, todos aquellos que han permanecido en el tiempo y que cada administración se da a la tarea solo de administrar y realizar las tareas que se vienen haciendo: cobro en efectivo, desaprovechamiento tecnológico, uso de los recursos para tareas propias del ayuntamiento ( por aquello de ser caja chica), en fin, se trata de tareas administrativas que se topan directamente con la resistencia al cambio, a mejorar los sistemas, las formas, los procedimientos, como si fuera una maldición ancestral, pero no, simple y sencillamente se trata de lo que bien podría llamarse rutinización burocrática: los problemas se presentan y nada pasa, son rutina para su resolución. En este rubro incluyo todo aquello relacionado con el famoso estiaje que se presenta anualmente por los sistemas ecológicos.
Más conocidos son los factores técnicos, todos aquellos relacionados con las fugas, el deterioro del sistema de bombeo, las conexiones y reconexiciones, son precisamente conocidos porque el agua falta en los hogares generando una gran irritación social tratándose del vital líquido para las actividades cotidianas. Toda esta problemática tiene una vinculación financiera toda vez que el mantenimiento de la red hidráulica en todos sus aspectos. El hecho es que cuando de pagar se trata, se complican las cosas por la falta de recursos si que nadie atine a establecer mecanismos de cobertura de dichos compromisos económicos. Se da por sentado que no hay dinero para pagar, incluso el las deudas mensuales y la única solución que se le ocurre a la autoridad es pedir que le condonen la deuda, con el trivial argumento de que son deudas de otros gobiernos. Ningún asomo de creatividad para visualizar la problemática con altitud de miras y encontrar soluciones.
En la siguiente columna abundaré en el asunto tan espinoso.
MIRNA ZAVALA