Escala de Grises - Seguridad en Morelos

En opinión de Arendy Ávalos

Escala de Grises - Seguridad en Morelos

Luego de que se diera a conocer la noticia del secuestro de Laura Ortíz Hernández y Enrique Sánchez Salinas el pasado 9 de septiembre en Cuernavaca, la comunidad científica de México y América Latina alertó a las autoridades de Morelos y del país entero para localizarlos con vida.

 

La doctora en biotecnología y el maestro en ciencias, además de compartir intereses académicos y proyectos para generar conciencia sobre el cambio climático, compartían una vida juntos. Ambos formaban parte de la cátedra de la UNESCO y encabezaban una asociación civil enfocada en la sustentabilidad.

 

Sin embargo, a pesar de las exigencias, el 18 de octubre sus cuerpos fueron localizados en un paraje de la entidad. La situación conmocionó a la comunidad internacional, misma que recordó el trabajo de ambos profesionales, egresados de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM).

 

Además de publicar mensajes de despedida, investigadores de la misma UAEM, la UNAM y otros institutos solicitaron al gobierno estatal implementar nuevas medidas para garantizar la seguridad de la comunidad universitaria. En un pronunciamiento dirigido a Claudia Sheinbaum, Margarita González Sarabia y José Luis Urióstegui, 625 personas externaron su preocupación por el panorama actual en el estado.

 

Respecto al caso de los investigadores asesinados, la Fiscalía General de la entidad anunció la detención de tres personas que, presuntamente, están relacionadas con el secuestro de Laura y Enrique. Hasta el momento en que se terminó este texto, no había más información sobre el caso.

 

Lamentablemente, la ola de inseguridad que se vive en Morelos no es una novedad. Durante los últimos años, la entidad se ha posicionado dentro de las primeras diez más violentas en todo el país. Tan sólo durante los primeros meses de este año, el Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública registró 970 homicidios dolosos.

 

Contrario a lo que podrían pensar algunas personas, incluida las autoridades, la violencia no se limita a un territorio o una comunidad en específico, se extiende por municipios como Cuernavaca, Cuautla y Temixco. ¿Cuál es la responsabilidad de las autoridades locales, estatales y federales en este tema?

 

Los delitos e índices de violencia registrados en el estado no pueden únicamente ser responsabilidad de los grupos criminales. ¿Qué hay de la indiferencia de las autoridades para abordar el tema? ¿Qué hay de las fallas en la estrategia de seguridad que siguen sin atenderse?

 

¿Qué condiciones se necesitan para llamar la atención de las autoridades federales? ¿De qué sirve el presupuesto destinado a las Fuerzas Armadas si, de todas formas, no servirán para proporcionarle seguridad y tranquilidad a quienes habitan Morelos o Sinaloa o Guerrero?

El secuestro y asesinato de Enrique y Laura son, lamentablemente, sólo una parte del problema, un problema que no desaparecerá mágicamente y que, a pesar de las exigencias, tampoco cede. La comunidad universitaria y académica merece seguridad, pero también el resto de la población, independientemente de su ocupación.

 

Brindar a la UAEM condiciones seguras es tan importante como investigar las causas de la inseguridad, ir a la raíz del problema y atenderlas de forma inmediata, en la medida que sea posible, con los recursos íntegros. Empezar por reconocer el problema, tal vez, podría ayudar a abrir los ojos de quienes aún lo niegan.

 

O eso pretenden:

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