Serpientes y escaleras - Gobernabilidad

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - Gobernabilidad

El concepto de gobernabilidad ha evolucionado; ahora se nutre con percepción

 

Gobernabilidad

Igual que en todos los ámbitos de la sociedad, la modernidad alcanzó a la actividad pública y el concepto de gobernabilidad evolucionó. Antes la gobernabilidad se vinculaba a la capacidad del estado para ejercer el poder, el control territorial y la autoridad centralizada; hoy a ello se incluye la percepción pública, la confianza en las instituciones y la legitimidad de los gobernantes.

La tarea de las autoridades actuales en la atención de la agenda del estado va más allá de la resolución de la problemática cotidiana y los desafíos extraordinarios; ya no basta trabajar, alcanzar metas y dar resultados, es fundamental que la ciudadanía lo perciba, lo crea, lo sienta y derivado de ello tenga confianza en sus autoridades.

Treinta años malos en Morelos hacen que la tarea de administrar el estado sea un desafío diario, una lucha contra el pasado, contra las complicidades arraigadas y contra la indiferencia de la gente. El reto que tiene Margarita González Saravia es enorme y los números juegan en su contra, porque a pesar de su empeño, seis años no son suficientes para revertir tres décadas de excesos, abusos, atrasos, complicidad, omisiones y corrupción.

En este punto de la administración ya se puede comenzar a hacer un balance del equipo y es claro que dentro del gabinete hay diferentes funcionarios: están los de primer nivel, cuyo esfuerzo, capacidad y experiencia los confirman como pilares del gobierno; ahí se ubican Javier García y Juan Salgado Brito.

Hay otros que también tienen capacidad y conocimiento de sus áreas, que muestran su lealtad con resultados y se dedican a atender sus oficinas sin desviar su atención en otra cosa; en ese bloque podemos ver a Edgar Maldonado, Miguel Ángel Urrutia, Margarita Estrada, Javier Bolaños, Víctor Sánchez, Adolfo Barragán y Mirna Zavala.

El resto aún no ha demostrado estar a la altura de su encargo, ni ha sabido mantener el ritmo de trabajo de la gobernadora; a cinco meses de iniciada la administración algunos siguen sin tener idea del reto que tienen enfrente, pierden tiempo en reuniones insulsas, fingen que trabajan, difunden rumores, inventan chismes y al hacerlo complican la marcha de los demás.

En la administración moderna la percepción es crucial porque influye en todos los aspectos del funcionamiento de las instituciones, legitima el trabajo y genera (o no) buena imagen en los gobernantes. Una opinión positiva fomenta la confianza y el respaldo social, lo cual facilita la implementación de políticas públicas y mantiene la estabilidad; una percepción negativa provoca desconfianza, incredulidad y falta de apoyo ciudadano.

Hoy no basta que la gobernadora sea percibida como una mujer de trabajo, con carácter, alguien que se levanta muy temprano y se duerme muy tarde, que recorre incansablemente todos los municipios y comunidades y atiende personalmente los problemas, se necesita que el resto del gabinete haga su parte, siga el mismo ritmo, cumpla correctamente con sus tareas y de resultados. El trabajo de una sola persona, por muy bueno que sea, no es suficiente. Y todo, además, se debe comunicar adecuadamente para que la gente lo aprecie.

A unas semanas de cumplirse el primer semestre del sexenio ya no hay excusas, los secretarios deben dar resultados, tienen que demostrarle a la gobernadora que la decisión de nombrarlos fue correcta y que las metas trazadas van a cumplirse.

En este momento la imagen del gobierno se sostiene por el trabajo de Margarita González Saravia y solo algunos de sus funcionarios; la intensa agenda de la jefa del ejecutivo contrasta con el vacío de algunos de sus colaboradores que solo aparecen en los eventos que los convocan.

Como jefa, la mandataria tiene mucha paciencia y una enorme capacidad de perdón con su gente, lo cual no significa ignorancia o falta de carácter; la gobernadora apostó por un gabinete políticamente correcto que combina experiencia y juventud, que en el papel luce bien, pero en los hechos no está resultando como esperaba.

Hace unos días Margarita González Saravia dijo que en la primera evaluación de su equipo todos estaban bien calificados porque todos estaban haciendo bien su labor, pero no es así; es necesario hacer ajustes, falta cohesión en el equipo y urge revisar áreas que no avanzan.

Es imposible creer que todo va bien en un gobierno cuando en cinco meses han sido cesados por corrupción cinco persones de primer nivel; en todos los casos el error es de quienes fallaron, de quienes no supieron cumplir con la encomienda o traicionaron la confianza de la gobernadora. Los cinco ceses fueron en el IEBEM, en el ICTEM, en Transporte, en el DIF y en el CeCyTs; los funcionarios despedidos, además de fracasar en su desempeño profesional, engañaron a Margarita González Saravia.

La percepción que este gobierno genera es buena porque la gobernadora ha logrado empatía con la gente, no porque los resultados de su equipo sean los mejores; en estos meses el ciudadano aún es paciente y ve con optimismo al nuevo gobierno, pero en breve reclamará que todas las áreas cumplan.

El balance general del primer semestre es bueno, pero no el mejor, se requiere que todos los secretarios hagan lo que les toca, que den resultados y cumplan con sus responsabilidades para que la sociedad lo aprecie y la percepción mejore.

Digámoslo de esta forma: es mucha gobernadora para tan poco gabinete.

·         posdata

En la víspera de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, el congreso federal rechazó la solicitud de desafuero contra el exgobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo, denunciado penalmente por intentar violar a su media hermana en la residencia oficial de Morelos.

Lo votado esa noche a puerta cerrada fue la confirmación de lo que se veía venir: primero el presidente de la comisión instructora, el morenista Hugo Eric Flores, avivó el debate señalando que no habría protección para nadie y recordó que él mismo había denunciado la forma de actuar de su ahora compañero de bancada, a quien acusó, incluso, de consumir drogas y mantener relación con grupos de la delincuencia organizada. Repentinamente la postura de Hugo Eric Flores cambió y la impunidad prevaleció.

Es evidente que el cambio deriva de una orden política, de la presión que sobre los diputados hizo el expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien tiene de su lado a la mayoría de los legisladores y es amigo personal del futbolista; haiga sido como haiga sido, Blanco Bravo la libró una vez más.

Políticamente hablando Morena volvió a arropar a uno de los suyos y con ello carga con el desgaste que esta situación provoca; Cuauhtémoc Blanco no es un personaje cualquiera, se trata de un ídolo deportivo, alguien que atrae reflectores y que por su trayectoria siempre hace voltear miradas.

Pero hoy la fama le ha jugado en contra: si el acusado hubiera sido un morenista cualquiera el caso no habría llamado tanto la atención, a pesar de la gravedad de los señalamientos; el problema es que es él, un personaje polémico, fotografiado con líderes de grupos delictivos, toda la vida involucrado en escándalos, alguien que con sus declaraciones disruptivas siempre llama la atención.

El caso de Cuauhtémoc Blanco también pega en Morelos, porque el encargado de llevar el proceso es el fiscal y ahora el fiscal es una persona muy cercana a la gobernadora; aunque se trate de explicar que el proceso en su contra no se ha detenido, que han comenzado a correr los tiempos jurídicos y todo se resolverá conforme a derecho, la mayoría creerá que se está protegiendo a un violador.

·         nota

Comunicar es un factor clave para cualquier gobierno y el de Margarita González Saravia no es la excepción. El trabajo que hace la coordinadora estatal de comunicación es muy importante y no todos los secretarios lo entienden; de ella depende que la narrativa sobre el régimen sea correcta y el trabajo de los funcionarios se aprecie.

Margarita Estrada no es nueva en el tema, es una mujer con una amplísima trayectoria en medios que, además, conoce como pocos a la jefa del ejecutivo y entiende a la perfección su proyecto de gobierno. El enfoque personal que la coordinadora ha dado a su oficina parte del respeto al trabajo de los periodistas, dando un sentido humano a la información, utilizando todas las herramientas que tiene a la mano.

La suya no es una labor sencilla porque el ritmo de trabajo de su jefa no tiene precedente, ni se circunscribe a un horario laboral; el reto de seguirle el paso la obliga a estar atenta de cualquier circunstancia que ocurra y ello se mezcla con la difusión de todas las demás áreas del gobierno, a partir de lo que hacen sus titulares.

Comunicar no es una tarea sencilla y tratándose de figuras de poder muchas veces es una labor ingrata: cuando se habla bien los aludidos consideran que es el reconocimiento a su trabajo y cuando se critica, afirman que se trata de golpes pagados o con algún interés político.

En todos los casos Margarita Estrada tiene que difundir las labores gubernamentales, pero no como una acción de mediana importancia, sino como un eje estratégico, algo que crea percepción, marca la narrativa y genera confianza.

Lo básico: cualquier esfuerzo de comunicación que se haga debe tener elementos tangibles, de otra forma no funciona.

La comunicación de la gobernadora está en buenas manos, pero a la coordinadora no todos la ayudan a cumplir con su trabajo.

·         post it

Hablando de percepción: la semana pasada el secretario de seguridad informó sobre las acciones y avances alcanzados y mostró con números que hay avances en la tarea de pacificación. Una parte importante del nuevo discurso es que ahora la Fiscalía y la Secretaría de Seguridad trabajan de manera coordinada.

La narrativa iba bien hasta que se suscitó un nuevo hecho de violencia, a plena luz del día frente a Plaza Cuernavaca, en el horario de salida de las escuelas; fue un ataque armado contra un vehículo de lujo; posteriormente se supo que la víctima era líder de una célula criminal que vendía droga en la capital de Morelos. Al día siguiente hubo otra ejecución, también a plena luz del día, también en Cuernavaca, a unos metros de un tianguis familiar sumamente concurrido. 

El primer hecho dejó como saldo una persona muerta y una herida, ambos iban en el vehículo; una mujer que viajaba con su hijo menor también resultó lesionada por el choque que provocó esta acción criminal. En el segundo una persona perdió la vida a causa de las balas que recibió.

Los datos de quién iba a bordo del auto de lujo se conocieron a la vuelta del tiempo y de manera extraoficial, porque ninguna autoridad informó sobre lo que había ocurrido. Durante horas se especularon muchas cosas, se dieron diferentes versiones, pero nada oficial. Lo que prevaleció en ambos casos, como en todos los demás que hemos visto en los últimos meses, fue la desinformación.

Y la desinformación provoca rumores que siempre le pegan al gobierno.

¿Le cuesta mucho a la Secretaría de Seguridad informar exactamente lo que ocurrió?

·         redes sociales

Todos hablan del caso Tadeo, pero nadie quiere decir públicamente nada de Tadeo. Ni tampoco lo quieren tener cerca.

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