Observador político - Incertidumbre en la reestructuración de Morena Morelos
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes
En un acto que refleja la decadencia de la ética política en Morelos, Raúl Tadeo Nava, actual director del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos (Cecyte), no solo se destapó para dirigir a Morena en el estado, sino que exhibió una preocupante falta de respeto hacia su responsabilidad laboral. Este martes, en plena jornada de trabajo, Tadeo Nava utilizó su posición para realizar un acto político al interior del Congreso de Morelos, donde se reunió con militantes y simpatizantes de su partido.
DESLEALTAD INSTITUCIONAL.- El encuentro de Raúl Tadeo con la militancia en horas laborales en no es hecho aislado; debido a que ya ha sido señalado en múltiples ocasiones por hacer proselitismo en horas inapropiadas para ello.
La situación es alarmante. ¿Qué tipo de ejemplo está dando un líder que, en vez de dedicarse a sus funciones educativas, prefiere promover su carrera política a expensas del Cecyte? La ausencia de un marco ético que regule estas conductas pone en riesgo la integridad de las instituciones y los valores que supuestamente defiende la Cuarta Transformación.
Empero, el exedil de Cuautla, ha recibido el respaldo de alcaldes, diputados locales y federales de Morena para su proyecto político, aunque el aspirante está priorizando el interés personal sobre el bien común.
Hasta el momento, los únicos aspirantes a la dirigencia de Morena son él y Carmelo Enríquez, los que se consideran parte del mismo proyecto por lo que quien que de ellos, provocará una unidad entorno a Morena.
HAY INCERTIDUMBRE EN MORENA.- A pesar de los intensos abucheos que duraron casi tres minutos por parte de la militancia en contra de Ulises Bravo, lo cierto es que el hermano del diputado federal y exgobernador Cuauhtémoc Blanco podría continuar como delegado especial en funciones de presidente de Morena en Morelos, como lo dijo el propio dirigente.
Pero además, también lo ratificó Carmelo Enríquez quien reconoció que hay incertidumbre en Morelos porque se desconoce si habrá o no renovación de la dirigencia de Morena en la entidad, y por ello exige que haya transparencia y claridad en el proceso. Quizá por ello, Carmelo mencionó que Ulises Bravo Molina, gana enteros y se perfila para continuar hasta el año 2025 como delegado especial en funciones de presidente, lo que pone en tela de juicio la tan proclamada apertura y renovación que necesita el movimiento fundado por Andrés Manuel López Obrador.
En este contexto, Raúl Tadeo Nava ha declarado su intención de competir por la dirigencia, argumentando que los ciclos de Bravo han llegado a su fin. Sin embargo, su afirmación de tener un "proyecto unificado" con Carmelo Enríquez Rosado deja entrever una continuidad en las prácticas de un liderazgo que, aunque presenta discursos de cambio, podría no alejarse de las viejas prácticas políticas.
Cierto es, que la permanencia de Ulises Bravo provoca división -sin importar el abucheo- sino que su llegada, desde que ganó la elección interna y después fue bajado del cargo por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación se evidenció que el Comité quedó fracturado, tras la derrota de Rabindranath Salazar Solorio, de quien hoy se desconoce su destino político.
En este proceso de sucesión, el futuro de Morena en Morelos está en juego y las decisiones que se tomen en los próximos meses serán determinantes para la construcción de un partido que no solo se limite a ser una herramienta electoral, sino que sea un verdadero instrumento de transformación social. La responsabilidad recae tanto en los aspirantes a liderar el partido como en la militancia misma.
A DEBATE, LA INICIATIVA DE LEY DE LA DESPENALIZACIÓN DEL ABORTO.- La llegada al Congreso del Estado de Morelos de la iniciativa para despenalizar el aborto, impulsada por colectivos feministas y la Comisión de Derechos Humanos, representa un hito crucial en la lucha por los derechos reproductivos de las mujeres; empero, el camino hacia la despenalización está lleno de desafíos, especialmente cuando la discusión se ve matizada por la falta de información y la ambivalencia de algunos legisladores.
La diputada Eleonora Martínez, del PRI, admitió su desconocimiento sobre las estadísticas relacionadas con las mujeres que han sufrido complicaciones tras intentar un aborto, este reconocimiento, aunque honesto, subraya una realidad preocupante: la falta de datos y la desinformación son obstáculos significativos en un debate que afecta directamente la vida y la salud de muchas personas. La despenalización del aborto no es un tema abstracto; se trata de una cuestión de salud pública y derechos humanos que necesita ser abordada con la urgencia que merece.
La diputada Eleonora Martínez propone abrir foros con profesionales y asociaciones para analizar a fondo esta problemática, sin embargo, el hecho de que su posición no esté clara—es decir, que no se comprometa a favorecer o estar en contra de la despenalización—puede interpretarse como una falta de valentía política. En un contexto donde la vida y la autonomía de las mujeres están en juego, se necesita un liderazgo decidido que no solo escuche, sino que también actúe.
La discusión en el Congreso debe ser multidisciplinaria y contar con la voz de la sociedad civil. Es fundamental que se escuchen las experiencias de otros estados y países que han despenalizado el aborto, aprendiendo de sus aciertos y errores. La historia nos muestra que la criminalización del aborto no detiene los procedimientos; solo empuja a las mujeres a situaciones más peligrosas y a un sufrimiento innecesario.
Es innegable que el proceso de despenalización debe hacerse con seriedad y responsabilidad. La presión social ha sido clara, como lo demuestran las 600 firmas de activistas que respaldan esta iniciativa. La ciudadanía ha hablado y es hora de que los legisladores respondan a esa demanda con acciones concretas. La salud y los derechos de las mujeres no pueden ser un tema de debate estéril o una cuestión de estadísticas; son un asunto de justicia social.
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