Juego de Manos - Eso no es solidaridad

En opinión de Diego Pacheco

Juego de Manos - Eso no es solidaridad

La semana pasada, la influencer Nath Campos, subió un video en el cual relata la historia de abuso sexual, que sufrió por parte del también youtuber Ricardo González “Rix”. En el video de 45 minutos, la artista narra el hecho, brindando el contexto de su relación de amistad con González previo a lo ocurrido, así como las reacciones que obtuvo por parte de sus amistades después de contarles.

Aquí hay que hacer un paréntesis. Más allá del caso de abuso sexual, que es bastante grave, vale mucho la pena reflexionar alrededor de las ausentes muestras de apoyo verdadero que recibió Nathalia, la primera vez que denunció a Rix con sus amistades y en su grupo de trabajo. Culpa y soledad son dos sentimientos con los que narra haber tenido que vivir, a partir de que la mayoría de las personas a quienes les contó su caso optaron por banalizarlo, excusar al agresor o criminalizarla por haber bebido “de más”.

Ahora bien, volviendo al presente. El video de Nath se hizo viral poco después de que se publicó y, con ello, los comentarios de apoyo se multiplicaron. No obstante, aunque esta reacción social es positiva, llamó la atención que personajes con señalamientos previos de violencia de género o que han callado ante la violencia ejercida por sus amistades, decidan hoy ponerse la camiseta de la solidaridad, que tiene al frente la leyenda de “condena enérgica”; pero, lamentablemente, no lleva acciones detrás.

De nada sirve señalar la “vergüenza” de haber sido amigo del agresor si se sigue ignorando el comportamiento de las amistades presentes, culpando a la víctima o buscando excusas para el comportamiento propio o del círculo social. Eso se llama conveniencia política y lavado de manos, no solidaridad. Aguas.

Ahora bien, vale la pena señalar que Ricardo no es el primer integrante del grupo social que ha sido señalado por violencia de género. Antes, Ryan Hoffman (acoso cibernético a quien fuera su pareja) y Luisito Comunica (apología a la violación), fueron denunciados. No obstante, la banalización del problema y una disculpa forzada fueron suficientes para sobrellevar el problema.

También, nombres como Werevertumorro (apología a la violación), Juan de Dios Pantoja (extorsión con contenido íntimo) y Yao Cabrera (intento de violación) son nombres que hay que mencionar cuando se habla de youtubers que han sido señalados por violencia de género.

Por otro lado, el youtuber Luisito Rey, hizo una transmisión en la cual él observaba y comentaba el testimonio de Nath. Ahí, señaló que parte de la culpa la tiene ella, la víctima, puesto que al ponerse en tal grado de ebriedad se colocó a sí misma en riesgo de ser violentada.

Este comentario va por una línea que tanto autoridades como personas han seguido cuando se abordan casos de violencia de género —desde acoso en las calles hasta feminicidios—. En el trasfondo, lo que este pensamiento hace es traspasar la culpa del delito a la víctima, mientras que se excusa o ignora la culpabilidad del agresor.

Se habla mucho de la responsabilidad de las mujeres de cuidar cuánto toman, qué visten y a qué lugares van; bajo el argumento de que estamos viviendo tiempos de alto riesgo para ellas y, por ello, es importante que se cuiden. Al respecto, hay que tener tres puntos bien claros.

Primero, que no vivimos tiempos “especialmente violentos” la violencia ya existía, solo que hoy es visibilizada y a veces condenada. Segundo, que la víctima no tiene la culpa de haber sido violentada, pues esta recae en su totalidad en la persona que violenta.

Tercero, que esta es una recomendación reactiva y superficial, que no ofrece solución alguna al problema. Claro, tomar precauciones ayuda a disminuir los riesgos que se corren; no obstante, el llamado debe estar en la reflexión, crítica y el cambio; en la denuncia de actitudes violentas y en la formación alternativa de formar a las personas.

No se necesita que más mujeres lleven carguen herramientas de defensa personal y que vigilen con recelo sus tragos; se necesita que no existan personas que acosen, que violen o que asesinen. Se necesita reconocer que la violencia se mueve en espiral, que la cadena de responsabilidad está incrustada en las entrañas de la sociedad y que, para salir de esto, ni las llaves más filosas, ni los silbatos más rosas serán suficientes. Se necesita un cambio a profundidad, no medidas superficiales.

 

No es una, son todas

 

A partir de la denuncia de Nath, la influencer Ixpanea también subió un video en el que denuncia abuso sexual por parte de Yayo Gutiérrez, creador del canal No Me Revientes —sí, del mismo del que salieron Ryan Hoffman, Luisito Comunica—. En este caso, la youtuber denunció que Yayo la grabó sin su consentimiento durante una videollamada íntima y; además, acusó que ella no es la única víctima, pues él cuenta con múltiples carpetas de imágenes y video de esta naturaleza, pertenecientes a distintas mujeres.

¿Indignante? claro que sí. ¿Increíble? no. Casos como este han ocurrido por años, en distintos niveles, de manera pública y privada. Afortunadamente, hoy se da más de credibilidad a las víctimas y, poco a poco —aunque más tarde que pronto— se comienza a legislar al respecto. No obstante, esto no es suficiente.

Expresar nuestro apoyo a las víctimas no es suficiente. Las condenas institucionales a la violencia se quedan cortas. Como sociedad tenemos un largo camino por recorrer. Desde nuestro espacio como hombres, debemos hacer una reflexión y autocrítica de nuestro comportamiento, para darnos cuenta de que somos parte del problema y, a partir de ello, trabajar en formar parte de la solución.

 

King’s dead

 

Con la pena de la extrema derecha, la supremacía blanca estadounidense y un cierto mandatario tabasqueño, el periodo de Donald Trump en la Casa Blanca llegó a su fin. Ahora, el nuevo presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, tendrá la tarea monumental de unificar a su país y reconstruir las relaciones internacionales afectadas por la administración previa. El radicalismo como línea y la oficialización de los mensajes de odio abrieron una grieta en el tejido social que será difícil de remediar, será el tiempo el que defina las habilidades de sanación del mandatario.

Mientras tanto, nuestro presidente parece estar de luto. En días previos, AMLO lanzó una crítica a las redes sociales, denunciando un asedio a la libertad de expresión y actos de censura (esto, poco después de que las redes de Trump fueran suspendidas). Ahora, luego de que se anunciara que Biden suspendería la construcción de “El Muro”, nuestro presidente celebró la decisión, aunque también recordó que todos los presidentes desde Bill Clinton han construido un tramo de esta infraestructura. ¿Cuál será el mensaje de fondo? ¿que Trump no fue tan malo, que todos son igual de malos… que el PRI robó más?

López Obrador debe dejar filias y fobias para observar que la llegada de Biden representa, más allá de una ventana de oportunidad, una responsabilidad diplomática que se tiene que atender, la de solidificar nuestra relación con Estados Unidos y limar asperezas entre nuestras naciones. El rey ha muerto. ¡Qué viva el rey!

 

 

Por cierto

 

Para seguir con el surrealismo mexicano, Javier Carranza “El Costeño”, comediante de origen guerrerense, aspira a hacerse de una candidatura para competir por la alcaldía de Acapulco. Hasta el momento en que se escribe esta columna, ya sostuvo una reunión con el Comisionado Político Nacional del PT en Guerrero, Victoriano Wences Real. Y ya, ese es el chiste, digo, la nota.

 

¡Ba-dum-tss!:

  

diegopachecowil@gmail.com