¨Con la vara que mides, serás medido¨ (LUCAS 6.38)

En opinión de José Román

¨Con la vara que mides, serás medido¨ (LUCAS 6.38)

Una de las consecuencias que originaron la revolución, entre otras, fue la polarización de los grupos políticos y sus pensamientos en relación al gobierno. Tiempo después vino la rebelión cristera. Como siempre, dividir al país es un riesgo enorme cuyas consecuencias destruyen lo logrado. Y no es que no deba haber cambios, no, se entienden necesarios en una sociedad como la nuestra, lo que no se entiende ni justifica es la polarización innecesaria y la sed de venganza de los personajes políticos que deben encauzar a la sociedad para el encuentro de una mejor calidad de vida.

Andrés Manuel ha venido a polarizarnos, a sacar a flote enemigos imaginarios, hipotéticos de los cuales a ya prácticamente a dos años de su gobierno no sabemos quiénes son no obstante que se refiere a ellos constantemente. Habla de conservadores y no menciona nombres ni delitos. Si nos proporcionara su nombre y sus delitos sería más fácil identificarlos y si se nos indicara en sus mañaneras cuáles son sus delitos conforme a la ley, nadie en su sano juicio le diría que no los procese y castigue. Él como autoridad tiene la obligación de denunciar y hasta ahora, no obstante su dicho, solamente miramos en la cárcel a Rosario Robles, mas por venganza que por un delito que en realidad sea altamente punible en las leyes. A Rosario no le perdona que se haya pasado al PRI, después de haber ocupado altos cargos en la izquierda mexicana y en el gobierno del DF. En el fondo, es simple venganza y lograr un castigo ejemplar como acto disciplinario de los seguidores de esa doctrina. No le han acreditado ni acusado de enriquecimiento con los cargos públicos.

Andrés Manuel se ha enemistado innecesariamente de sectores y grupos, incluyendo ciudadanos que en lugar de lograr la unidad nacional y en base a la unidad encabezar un gobierno que saque adelante junto con todos los sectores el atraso económico de la nación, los ha dividido.

Quiere reducir la pobreza y sus políticas la aceleran, porque  hay ya más pobres que cuando recibió el gobierno.

No hay crecimiento económico, no hay inversión, hay desempleo, hay escocés de medicamentos para los pobres, hay una sociedad en constante deterioro. Los inversionistas le tienen desconfianza.

La criminalidad no para, al contrario, se incrementa. El ejército que tanto criticó que estuviera en la calles, ahora está más presente haciendo labores policiacas para lo que no está preparado. Su promesa de regreso a los cuarteles, fue hecha en el aire. Los derechos humanos, antes medianamente defendidos por la Comisión de Derechos Humanos ha dejado de ser de utilidad para la sociedad y para obligar al gobierno a actuar en materia delictiva y se ha convertido en un triste apéndice del gubernamental en manos de una jovencita que no sabe lo que hace y que confunde la política con el desempeño que tiene para defender lo injusto y la injusticia que los gobiernos cometen a sus ciudadanos.

Invierte en una refinaría que resultará obsoleta por las tendencias mundiales de eliminar el uso de la gasolina en lugar de actualizar las existentes que son obsoletas e improductivas.

Condenó a la sociedad a otro fobaproa con diferente cara al indemnizar a los constructores privados que hacían el aeropuerto, al que canceló erróneamente por no gustarle el proyecto.

Habiendo leyes y órganos legales para encuestar, inventa sus consultas a dedo para tomar decisiones solo con fundamente en la opinión de sus simpatizantes y no de la opinión general de la sociedad.

Y lo más grave, quiere que se juzgue a los expresidente que lo antecedieron, sobre todo a Salinas y a Calderón en base a hipótesis y sin realidad tener fundamentos jurídicos o pruebas que acrediten delitos. Es más el espectáculo circense que la realidad de fondo. Busca entretener, distraer a la sociedad de los problemas muy graves y serios que se tienen en materia de crecimiento económico y combate real de la pobreza. A prácticamente dos años, no vamos bien. La economía se cae a pedazos, la pandemia pésimamente enfrentada hace estragos en la vida y la economía (se habla de más de 150 mil muertos en la realidad, de los cuales, muchísimos pudieron evitarse por el gobierno). Hay demasiados enemigos que combatir como la peligrosa delincuencia que genera al igual que sus ataques a la iniciativa privada, incertidumbre en quienes tienen posibilidades de crear fuentes de trabajo con inversiones. Siembra la discordia, el encono y el odio contra los adversarios políticos y toma como bandera el castigarlos y señalarlos y no hace ni una ni otra cosa en los hechos. Solo habla hipotéticamente y no es sano, produce odios y rencores que nos van a destruir y nos dividen, pudiendo llegar a la violencia política, que sería riesgoso para todos.

Lo que AMLO hace, no me parece justo  ni creo sea el papel del líder social, como dentro de 4 años tampoco me va a gustar ni me va a parecer justo que sin pruebas y sin bases acusen a AMLO de ser delincuente liberal, como si eso fuera delito o como izquierdista dañino y perjudicial para la sociedad, por eso ese proverbio de que: “con la vara que mides, serás medido” puede ser el inicio de la desintegración social que va terminar ensangrentado a los Mexicanos: ¿Vale la pena seguir con un liderazgo así?