La importancia de tener una GRAN MAMÁ
En opinión de Margarita Trujillo Vega
A lo largo de la labor y experiencia como trabajador de educación especial, he llegado a cuestionarme lo siguiente ¿qué es tener éxito como profesionista?, he observado a mucha gente a mi alrededor teniendo grandes logros, obteniendo triunfos anhelados y trabajados arduamente. Hay una parte de ese logro profesional que uno obtiene, que pocas veces se comparte y se hace visible, y es lo que los padres logran. Compartir esta experiencia es corresponder con ellos ese éxito trabajado.
Conocí a la mamá de María un diciembre, ella llegó a la secundaria regular donde la USAER colabora, las clases ya habían iniciado, alguien le dio mi contacto a la madre y acudió conmigo solicitando apoyo para lograr el ingreso de su hija a la secundaria, con el ciclo escolar ya iniciado y trayendo un diagnóstico de TEA (trastorno del Espectro Autista), la menor venía de otra escuela regular, donde refiere la madre, no le habían dado una respuesta educativa acorde a sus necesidades, yo pensé: “el trastorno no debe de ser tan severo, pues la procedencia era de escuela regular y nunca había estado en un CAM, ese era un buen respaldo” Se llevaron a cabo las gestiones pertinentes, María ingresó a 3ero de secundaria.
Su llegada fue motivo de planeación y aprendizaje para todo el equipo de la USAER, había que llevar a cabo actividades de sensibilización con los nuevos compañeros de grupo, trabajar con los diferentes docentes, saber la historia del desarrollo y lo más importante conocer a María interactuar con ella y buscar las estrategias adecuadas para hacerla sentir bien.
Cuando uno conoce a los padres, su experiencia, los conocimientos que transmiten y lo que están dispuestos a aprender y a hacer es de admirarse, porque sin un título profesional, pueden ser unas verdaderas enciclopedias y un baúl lleno de aprendizajes para compartir.
La mamá de María relata que siempre observó que algo no era “normal” en su hija y desde entonces el escuchar frases como “va a ser difícil que su hija se comunique” “nunca va a socializar” “será difícil que aprenda” se volvió cotidiano en su recorrido de vida escolar. Contra todo pronóstico médico y pedagógico ella actuó de forma opuesta, “mi hija si se va a comunicar, va a aprender y va a socializar”.
La labor que ha llevado a cabo la mamá de María van desde adecuar espacios, actividades, materiales en casa, relaciones familiares, comida etc. Uno podría decir, “eso lo hacen todos los padres”, sin embargo, contar con muy poca preparación académica, trabajar fuera de casa, atender a otras hijas, y batallar con la economía es lo que la hace diferente. El tiempo que conocí a María, observé los logros académicos, sociales y de comunicación obtenidos al interior de la secundaria, logros que fueron de la mano de la madre y del equipo de la USAER. Para mí, eso es el éxito profesional y una gran satisfacción para mí es compartirlo con madres de familia, como la mamá de María.