Repaso - EL ÚLTIMO DÏA DE LA MAESTRA BIBIANA EN LA ESCUELA SECUNDARIA TËCNICA 19

Finalmente, en el conflicto suscitado en la Secundaria Técnico 19, de Casasano, Cuautla, se contuvo todo arrebato arbitrario de las autoridades educativas correspondientes. Como se recordará, hace unos días la maestra Bibiana Pineda Nogueda tuvo un infortunado enfrentamiento con el director de esa escuela, Othón Velázquez Quiroz, quien irritado llegó a declarar en un medio de difusión que la docente podría resultar cesada, adelantándose en sus declaraciones a lo que tendrían que decidir sus superiores.

Por fortuna, prevaleció el llamado a la conciliación, que de ningún modo debe entenderse como borrón y cuenta nueva, pues esos hechos reprobables pueden repetirse en esa institución educativa si prevalece el estilo intransigente de dirigirla.

Me entero que se llegó al acuerdo, promovido principalmente por el director de Educación Secundaria del IEBEM, David Suarez Solís,  y la encargada del Departamento de Secundarias Técnicas, Doris Ayala Noriega, contando con la asesoría del área jurídica  y teniendo como testigos a otros actores, entre los que estaba el secretario de Conflictos Laborales de la Sección 19 del SNTE, Gustavo Galicia Yáñez 

Entre las opiniones derivadas de mi columna anterior, advertí que hubo quienes esperaban una relación detallada de los hechos violentos ocurridos dentro de las oficinas de la dirección de esa escuela. Con todo respeto las considero innecesarias, por vergonzosas, si bien juzgo necesario hacer alguna reflexión al respecto.

En primer lugar, infiero que el enfrentamiento aludido sólo fue el resultado de diferencias anteriores, que datan desde el año 2009, en la Escuela Secundaria Técnica 31. En lo difundido por medios locales se supo del trato ofensivo que Othón Velázquez dispensó a la profesora Bibiana Pineda, quien fue puesta a disposición por el director en virtud de una desavenencia laboral, como se dejó constancia en el noticiero dirigido por Armando Basaldúa,

Por lo visto, esa situación se recrudeció en la Secundaria Técnica 19, de modo que, otra vez, a Bibiana Pineda Nogueda prácticamente se le volvió a poner a disposición. El viernes 8 de octubre iba a ser el último día de esta docente en esa escuela y tenía que presentarse el lunes siguiente en la supervisión escolar a cargo de Jaime Díaz Figuera. Cuando Bibiana Pineda iba a firmar su salida del último módulo se encontró con que la “despedida” que le estaba dando Othón Velázquez era cancelar su firma en dos espacios del libro de registro, lo que implicaba que se le descontarían de su sueldo. Fue el detonante para reclamarle airadamente al director y éste le respondió con calificativos de repudio hacia su persona. ¿Era necesario todo eso, en el entendido de que la maestra ya no estaría desde ese día en la Secundaria 19?

En fin, como lo dije al principio, el asunto aparentemente quedó resuelto, pero las cosas no cambiaron. La profesora Bibiana Pineda habŕá de esperar a que la ubiquen nuevamente en una escuela y  Othón Velázquez seguirá como director de la misma institución educativa. ¿Eso garantiza que ya no pasará nada allí, que contradiga la misión formativa de todo plantel educativo? Yo tengo mis dudas.

Pienso que las autoridades responsables no pueden cruzarse de brazos. ¿Para qué esperar un nuevo y muy probable conflicto con otros maestros o trabajadores administrativos y de apoyo?

De refilón

Sin el afán de estigmatizar por mi cuenta al director tantas veces referido aquí, creo que debe apoyarse a Othón Velázquez para que reinterprete su desempeño como titular de una escuela. Su trayectoria habla de actitudes incomprensibles y desatención al compromiso profesional de ejercer un puesto de esa naturaleza desde una perspectiva menos enredada. 

Entre la información que me hacen llegar encuentro que su formación inicial fue completamente ajena al conocimiento y la ética pedagógica. Su perfil de ese entonces era el de técnico en mantenimiento industrial, egresado del Cetis 12 de Civac, Estuvo comisionado durante varios años en el sindicato y, me dicen, seguramente, de ahí salieron las horas en el subsistema “donde siempre hubo compañeros con carreras truncas; seguramente así como le dieron la plaza en secundarias técnicas, alguien le dio una comisión directiva”.

No es reprobable como haya ingresado al servicio docente. El sistema educativo es tan noble, que le ha abierto las puertas a hombres y mujeres con distinta formación a la normalista. Lo lamentable es no concebir la esencia humanística de esta delicada profesión.

¿Cómo podrían acompañarlo para que el final de su carrera no sea complicado, conflictivo y desagradable?  Y hablo del final, porque él mismo declaró que a sus 71 años ya tiene acumulados más de 40 años de servicio. La jubilación la tiene muy cercana. ¿O no?

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