Votar y ser votadas

En opinión de Mirna Zavala

Votar y ser votadas

El mes de julio de 1955 tiene una importancia especial en la democracia mexicana. Por vez primera las mujeres pudieron ejercer su derecho de voto. Efectivamente, hemos estado acostumbrados a celebrar octubre como la fecha en que las mujeres alcanzamos el derecho de voto. Y por supuesto, así fue y es una fecha histórica. El 17 de octubre de 1953 las mujeres mexicanas eran reconocidas como ciudadanas y por tanto con derecho de voto como cualquier ciudadano.

 

Tuvieron que transcurrir dos años más para que finalmente se materializara, el 3 de julio de 1955 por fin las mujeres fueron a las urnas a emitir su voto y ser parte en la elección de autoridades de elección popular. Esa elección dio el triunfo a las primeras cuatro mujeres legisladoras:  Margarita García Flores, Marcelina Galindo Arce, Guadalupe Urzúa Flores y Remedios Ezeta Uribe.

 

Me interesa destacar también este mes como uno en que de manera expectante, emocionante y esperanzadora millones de mujeres por vez primera hacían largas filas en los centros de votación y emitir su preferencia. Este hecho, es finalmente el que a todas las mexicanas les daría un significado real, tangible, tener el derecho legal pero no haber tenido la experiencia de consumarlo dejaba muchas dudas de si realmente sería una realidad. Y efectivamente, en verdad lo fue, mujeres jóvenes, adultas y mayores acudieron seguramente nerviosas a votar no sabiendo que podrían encontrar, al fin y al cabo eso de votar era sólo de hombres. De repente, todo cambio a partir de entonces. De ahí en adelante, la lucha por el reconocimiento de los derechos de las mujeres en igualdad con los hombres se enfrentaría a muchos vaivenes. No todo sería miel sobre hojuelas, como se hubiera pensado, y así lo acredita la historia desde esa fecha al día de hoy en que por primera vez una mujer, nuestra candidata Claudia Sheinbaum asumirá la presidencia de la República a casi 70 años de aquel especial día en que se acudió a votar por vez primera. Una larga lucha con frutos significativos, remando siempre contracorriente. Algo parecido estamos próximos a presenciar, que Claudia será presidenta es algo que sabemos que llegará y estamos contentas, pero ese día primero de octubre en que tomará las riendas del país será un día apoteósico me atrevo a decir, y constituirá un hito en la vida pública de la nación.

 

Julio de 1955 y octubre de este año concurren en una experiencia histórica indeleble, hagamos que sea grande, memorable y esperanzadora.

 

MIRNA ZAVALA