Observador político - ¿Habrá orden financiero en Cuernavaca?
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes
La administración de Antonio Villalobos Adán fue sinónimo de corrupción, saqueo financiero de dinero y privilegios para los integrantes de su cabildo. Sobre todo, estos últimos se beneficiaron y enriquecieron a costa del pueblo por los pésimos servicios que la sociedad padeció durante tres años. Y al final, no serán sujetos de ningún proceso jurídico y en breve tiempo, otra vez, intentarán regresar con cinismo puro a contender por otro cargo de elección popular.
SIMULACIÓN.- La llega de José Luis Uriostegui ha provocado confianza ciudadana de que las cosas caminarán al menos un poco mejor de cómo estaban anteriormente, sobre todo porque los partidos políticos que alcanzaron a meter a sus representantes al cabildo están como coyotes, tratando de integrar a su ejército de militantes y simpatizantes en cada una de las áreas del casi destruido financieramente hablando ayuntamiento de Cuernavaca.
Sin embargo, las cosas parece serán distintas, al menos eso aparenta hasta este momento. Por dar un ejemplo, con “El Lobo”, se dice que a cada uno de los regidores les daban en efectivo al menos 50 mil pesos por haber aprobado todo lo relacionado con el tema de la basura. Servicio que se incrementó de manera alarmante sin que nadie dijera nada. Y es que en el 2019, pago 238 millones de pesos y para el 2020 se incrementaron a 245 millones de pesos. Incluso, se dijo que para el 2021 el costo de los mismos servicios fue todavía superior.
Derivado de las gestiones con los empresarios de la basura el alcalde José Luis Urióstegui logró en los primeros días del año, un acuerdo para que la recolección, traslado y confinamiento de basura pueda continuar pero a mejor costo, es decir, el Ayuntamiento de Cuernavaca tendrá un ahorro de más de 40 millones de pesos (mdp) en beneficio de las finanzas municipales. Y los que saben, dicen que estos 40 mdp es lo que se repartían entre los regidores de la administración 2018-2021.
Y quiénes eran estos honestísimos integrantes del cabildo de la pasada administración: Marisol Becerra de la Fuente; Anayeli Fabiola Rodríguez Gutiérrez, María Alicia Martínez Gutiérrez, Alfredo Irving Morales Escobar, César Salgado Castañeda, Gerardo Enrique Güemes Manzo, Jesús Martínez Dorantes, José Julián Mojica Martínez, Romualdo Salgado Valle, Ulises Vargas Estrada, Víctor Adrián Martínez Terrazas. Por supuesto, el ex alcalde, Antonio Villalobos Adán.
Estos angelitos además de sus 52 mil pesos que tenían de salario mensual, se les entregaban 40 mil pesos de apoyo a la comunidad, recursos que en su mayoría siempre terminaban en sus bolsas porque difícilmente ayudaban a la ciudadanía. En algunos casos, salvo honrosas excepciones por ejemplo en Día de Reyes, Día del Niño, etc, entregaban pelotas baratas de dos tres pesos y en automático, se tomaban fotos con los agraciados para sin pudor alguno, subirlas a las redes sociales para evidenciar que estaban dizque impulsando lo que para ellos era el desarrollo de la ciudad. Pura simulación, demagogia al 100%.
Por fortuna y hasta la fecha, esos 40 mil tal parece ya no se les entregarán o en su defecto, habrá una disminución importante. Total, muy difícil ayudan los regidores a la gente.
Solo que no era lo único que se embolsaban, además de los viáticos y apoyos con gasolina para sus unidades, se les otorgaba por parte del Ayuntamiento otros 40 mil pesos para contratar personal y muchos de ellos, como ya es costumbre, volvían a simular para quedarse otra vez con ese dinero. La forma que tenían era simple: contrataban a 40 personas y les pagan mil pesos a cada uno o en su defecto, solo a una persona y le entregan supuestamente ese salario. Al final, la mayoría de regidores hicieron la petición de una secretaria y demás personal sindicalizado y todo ese dinero lo destinaban en su guardadito particular.
Lamentablemente estos beneficios no quedaban ahí. Los excesos y abusos era una constante. Por ello, basta con recordar que con Antonio Villalobos Adán sus regidores fueron privilegiados económicamente pese a la crisis financiera por la pandemia, en razón de que utilizaron al Ayuntamiento como una institución bancaria debido a los constantes y permanentes préstamos económicos, obvio, sin pagar un solo peso de interés. ¿Habrán pagado lo que pidieron? En este tema siempre faltó transparencia y por lo tanto, la investigación del gobierno de José Luis Uriostegui tiene que evidenciar si pagaron o no lo que pidieron prestado.
Por ejemplo, el priísta Irving Morales y Albina Cortés, tuvieron el descaro de pedir prestado 200 y 300 mil pesos, respectivamente. Al ver que resultó efectivo el favor, ni tarde ni perezosos hicieron lo propio Romualdo Salgado y Ulises Vargas, a pesar de que este último es beneficiario de las “pensiones doradas” que se les dieron en el Congreso del estado, luego de que venía de ser diputado de la peor legislatura de Morelos como lo fue la LIV.
Además de los grandes beneficios económicos que tienen los regidores, también hacen presión y muchas veces “manita de puerco”, al alcalde en turno para obligarlo a negociar y alcanzar el mayor número de espacios en las diferentes dependencias para incluir a su gente. Y son muchas veces o la mayoría de las ocasiones, los que dejan de laborar y al final se convierten en aviadores porque hacen todo menos trabajar al interior de la comuna. Ojalá en esta ocasión Urióstegui Salgado no lo permita.
El alcalde se supone tiene un salario de 81 mil 498 pesos mensuales y al año será un total de 997 mil 976 pesos. En sus tres años serán casi tres millones de pesos.
Mientras que los regidores que perciben un salario de 57 mil pesos al año hacen un total de 684 mil pesos, es decir, más de dos millones de pesos por la administración municipal. Esto significa que, entre el alcalde, la síndico y los regidores el pueblo de Cuernavaca a través de la tesorería de la comuna les pagará (cómo ya lo hicieron con los anteriores) a 13 personas más de 27 millones de pesos. Para muchos es unos salarios que se merecen, pero para el grueso de la población, se considera una ofensa en toda la extensión de la palabra.
Estas malas prácticas han sido recurrentes en el municipio (y sucede en todos los ayuntamientos de Morelos y del país), que se suman lamentablemente a la ola de irregularidades en las que incurren algunos miembros del cuerpo edilicio. De nepotismo, mejor ni hablemos.
En conclusión, la decisión de José Luis Urióstegui Salgado es buena, sin embargo, se enfrentará a muchos obstáculos que empezarán con su propio cabildo que deberá dar muestras de que no llegaron por la ambición económica y sí están a de un proyecto a largo plazo (al menos de aquí al 24) para también hacerse una reducción salarial que será un claro mensaje de estar comprometidos con los intereses de la ciudadanía a quien se la pueden ganar con pocas acciones que desde el municipio se puede hacer para fortalecer el verdadero resurgimiento de Cuernavaca.
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