Serpientes y escaleras - Los retos de Urióstegui

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - Los retos de Urióstegui

Gobernar nunca ha sido fácil y hacerlo en solitario no es opción.

 

Los retos de Urióstegui

La cuenta regresiva para que el abogado José Luis Urióstegui Salgado proteste como presidente municipal de Cuernavaca ha comenzado; en poco más de dos semanas se llevará a cabo la transición de poderes en la capital e iniciará una nueva etapa en la historia de la ciudad. El abogado es un hombre bien intencionado, profesional y deseoso de dar resultados, pero a la vez neófito en administración pública y sumamente inocente en cuestiones políticas. Los retos para la próxima administración capitalina son enormes.

El desafío del gobierno siguiente comienza en el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado, un organismo descentralizado que hace años era considerado la caja chica del ayuntamiento por los enormes ingresos que generaba y a últimas fechas se volvió un barril sin fondo que opera en números rojos y constantemente requiere del apoyo financiero del gobierno municipal para salir a flote.

Los problemas en el Sapac son mayores de lo que se ven, comienzan por el manejo, operación y administración de una dependencia en la que intervienen tres sindicatos y en la que se especula hay injerencia de la delincuencia organizada y pasa por el urgente mantenimiento que requiere toda la infraestructura hidráulica de la ciudad, incluyendo la sustitución de bombas obsoletas que constantemente de descomponen y que por su antigüedad consumen grandes cantidades de energía. Y la historia no termina ahí:

Los problemas de fondo en esa dependencia están relacionados con dinero: los mas de 300 millones de pesos que deberá el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca a la CFE al momento que inicie la siguiente administración, la operación deficitaria que eleva los pasivos a un ritmo de 8 millones de pesos mensuales y la enorme carga burocrática ha hecho del Sapac un organismo caro, pesado, torpe y disfuncional.

Todo lo anterior sin dejar de mencionar que los propios funcionarios del ayuntamiento aseguran que el sistema está tomado, concesionado, en manos “de gente mala” que no se va a salir por la buena, ni permiten que alguien ajeno intervenga. A ese organismo se perfila la llegada de David Fonseca Cardona, un ingeniero con amplios conocimientos en la materia, que ya ha estado al frente de esa oficina, que es jubilado del Sapac y que regresa del retiro para tomar las riendas del que sin duda es el problema más fuerte y peligroso de la siguiente administración.

Otro punto complejo será la atención de la operación política, administrativa, legal y social en la ciudad: hoy José Luis Urióstegui vive su mejor momento porque goza de la simpatía generalizada sin tener ninguna responsabilidad, su imagen despierta esperanza de que las cosas cambien para bien, que se corrijan los graves errores cometidos en el pasado reciente y se retome el rumbo y la dignidad de una Cuernavaca que lleva muchos años en el abandono.

Todas las manifestaciones públicas que se han presentado en los últimos meses en contra de Antonio Villalobos están relacionadas con la mala praxis del gobierno, con la falta de respuesta a los ciudadanos, con el abuso constante de las autoridades y los malos servicios que el ayuntamiento brinda. El reclamo constante ha sido la falta de cumplimiento en el pago a trabajadores y el corte de energía a los pozos de la ciudad, lo que provoca la suspensión del servicio de agua potable en muchas colonias de la capital.

Ninguna de las dos cosas se ha resuelto: los adeudos laborales se acumulan con cargo a la siguiente administración porque el alcalde Villalobos ha decidido no pagar sin importar la presión de los afectados; las manifestaciones por falta de agua se han suspendido temporalmente gracias a que el gobernador Cuauhtémoc Blanco negoció con el director general de la Comisión Federal de Electricidad una tregua para que no les cortaran la luz a los pozos de agua, pero la tregua es solo por este año. El encargado de atender estos y varios temas más desde la secretaría del ayuntamiento será el abogado Carlos de la Rosa Segura.

Un tercer frente importante para la nueva administración municipal lo será la seguridad; la designación de la abogada Alicia Vázquez Luna como titular de la policía municipal genera expectativas favorables y provoca confianza, porque se trata de una dama experimentada en la materia, con raíces muy profundas en la ciudad y una trayectoria intachable.

A pesar de ello el reto no será sencillo ni se resolverá pronto, porque el ayuntamiento saldrá del mando coordinado de policía y su presidente asumirá totalmente la responsabilidad de mantener en orden a Cuernavaca. El problema de violencia e inseguridad es mayúsculo, muy superior a la capacidad de un ayuntamiento, aunque se reclute a una buena titular de seguridad.

Igual que en los temas anteriores el manejo de la seguridad requiere de recursos económicos para reforzar la estructura operativa, para contratar más policías, para dignificar su salario y para ampliar y mejorar la operación. En los últimos meses el alcalde electo ha visitado varios municipios y delegaciones panistas en el país para conocer la manera como están enfrentando el problema, derivado de ello ha dicho que se comprarán más patrullas, se contratarán más policías, se construirán o rehabilitarán los módulos de seguridad en las colonias y se tendrá un centro de comando y control municipal para reforzar las tareas de vigilancia y prevención del delito. Todo lo anterior requiere dinero que por el momento no tiene el ayuntamiento, ni llegará de la federación porque los programas que existían para ello ya desaparecieron.

Luego de lo operativo viene la parte más difícil en este tema: suponiendo que el alcalde consiga los recursos necesarios para mejorar la infraestructura de la policía, todavía se estará en desventaja frente a los distintos grupos de la delincuencia organizada que tienen presencia en Cuernavaca y que a decir de las autoridades de la CES representan a al menos cinco cárteles muy bien organizados, armados y con permanentes trabajo de inteligencia.

La lucha contra la delincuencia organizada nunca ha sido pareja y no lo será en la siguiente administración municipal; los delincuentes tienen la ventaja de la sorpresa y de las enormes redes de protección y complicidad que han tejido a lo largo de los años; los policías son pocos y casi sin armas. Suponer que pelear en solitario contra los grupos criminales es mejor que hacerlo de manera coordinada es una inocente o perverso, refleja el desconocimiento de la realidad o una posible complicidad para comprometer la plaza.

La falta de resultados del Mando Coordinado de Policía en Morelos justifica un ajuste de fondo en la estrategia, reclama la intervención efectiva de las autoridades municipales y obliga a dar capacidad a los alcaldes para nombrar a su jefe de policía, pero de ninguna manera es motivo para abandonar el único espacio de coordinación policial que existe en el estado. En este punto habría que revisar si los municipios limítrofes con la capital se mantienen dentro del convenio de mando coordinado y si es así, si quieren firmar convenios intermunicipales con Cuernavaca. Si no lo hacen, la capital estaría sola y aislada en su lucha contra la inseguridad.

Los pendientes que deberá atender la siguiente administración es larga y onerosa en cuanto a recursos económicos se refiere, compleja en lo político porque estará sujeta a los vaivenes de la efervescencia electoral y muy costosa en lo social si no se cumplen con las expectativas que la ciudadanía tiene en el abogado Urióstegui.

Hoy todo es miel sobre hojuelas en el panorama del presidente municipal electo: lo invitan a todas las fiestas, todos se quieren sacar fotos con él y dadas sus declaraciones, la mayoría espera que Cuernavaca mejore casi de la noche a la mañana (“En dos meses reduciremos los índices de inseguridad” dijo el alcalde electo). Los problemas comenzarán el primero de enero, cuando le toque a él responder por los conflictos y atender los reclamos.

No es lo mismo ser borracho que cantinero.

  • posdata

Hace unos días se llevó a cabo la audiencia de vinculación a proceso de la exsecretaria general del PRI Morelos, Maricela Vázquez Sánchez, acusada de participar en la comisión de un delito electoral previsto y sancionado en la ley general en materia de delitos electorales. El señalamiento que pesa en su contra es haber proporcionado y aportado bienes propiedad del Partido Revolucionario Institucional a una campaña distinta, de otro partido, específicamente a la de Gerardo Gómez Borbolla, candidato del Partido Fuerza Morelos a la presidencia municipal de Cuernavaca.

El juez que llevó la audiencia determinó vincular a proceso a la acusada tras considerar que se reunieron los supuestos contemplados en la ley; la denuncia presentada en contra de Maricela Vázquez se encuentra en etapa de investigación y será hasta el próximo 07 de enero del 2022 cuando se llevará a cabo la audiencia oral. La sanción contemplada en la ley para este delito puede ir de 3 a 7 años de cárcel.

Cabe recordar que esta denuncia fue fundamento también para que la dirigencia estatal del PRI Morelos expulsara a la otrora poderosa militante tricolor; la separación de Maricela Velázquez y de su madre Maricela Sánchez fue confirmada por el comité ejecutivo nacional de ese partido, que no aceptó los alegatos presentados por la dama recién vinculada a proceso.

Las Maricelas llevaban muchos años jugando su propio juego político y muchas veces sus intereses se anteponían a los de su partido; negociaron a título personal con gobernantes de otros partidos, apoyaron campañas distintas a las del PRI e internamente fueron muchas veces acusadas de vender las candidaturas y pactar los resultados.

Elementos para expulsar a las Maricelas había muchos desde hace tiempo, lo que faltaba era alguien que se atreviera a dar el paso; fue el actual dirigente estatal Jonathan Márquez quien se animó a hacerlo a través de la demanda por la cual hoy Velázquez Sánchez está vinculada a proceso y en riesgo de perder su libertad.

El 2021 no fue el año de las Maricelas: perdieron el registro de su partido (Fuerza Morelos), fueron expulsadas del PRI, quedaron exhibidas públicamente por sus excesos y el supuesto capital político y arrastre social que tenían quedó evidenciado como inexistente. El remate: la denuncia que pesa sobre Maricela Velázquez le costará dinero, tiempo y muchas horas de sueño; en un descuido hasta la puede privar de su libertad.

Lo peor: el 2022 no parece ser mejor para ellas.

  • nota

El discurso del gobernador Cuauhtémoc Blanco hacia los presidentes municipales ha ido subiendo de tono en los últimos días; los hechos de violencia y el incremento en los índices delictivos parece haber enfadado al mandatario, quien a últimas fechas ha exigido a los alcaldes que hagan su parte y no solo evadan el problema.

Ayer dio por hecho que la capital saldrá del convenio de mando coordinado, pero señaló que a pesar de ello el estado coadyuvará en las labores de prevención y persecución del delito, para resguardar la integridad de los habitantes. No podía decir otra cosa.

Lo llamativo es su visible molestia respecto a las autoridades municipales en la víspera de que inicien las nuevas administraciones; tiene razón el jefe del ejecutivo en su llamado a cerrar filas en materia de seguridad, pero debe ser cuidadoso de sus mensajes, porque en algún momento del 2022, cuando se formalice la revocación de mandato, va a necesitar el apoyo de los presidentes municipales.

¡Capisci!

  • post it

El miércoles 15, aseguran los diputados, quedará aprobado el paquete económico 2022. Veremos si es cierto y cómo quedan las cosas.

  • redes sociales

A propósito de nada, recordemos la fábula del pájaro, la vaca, el gato y la mierda. Hay varias versiones sobre ella, pero al final todas coinciden en la misma moraleja:

Un pájaro pequeñito volaba hacia el sur huyendo del invierno. Hacía tanto frío que se congeló y cayó. Mientras estaba tirado tieso, pasó una vaca y se le cagó encima, la mierda que cubría todo su cuerpo estaba tibia, así que el pajarito se descongeló y comenzó a sentirse mejor; entonces saco la cabeza y se sintió tan cómodo y tan a gusto que empezó a cantar de alegría.

Un gato salvaje que pasaba por ahí lo escuchó cantar, se acercó con sigilo, lo sacó de la mierda, lo limpió un poco y.… ¡se lo comió!

Moraleja:

1.- No todo el que te caga es tu enemigo.

2.- Si estás lleno de mierda, al menos mantén la boca cerrada.

3.- Quien te saca de la mierda, no necesariamente es tu amigo o quiere ayudarte”.

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