Serpientes y escaleras - Cuernavaca 2022

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - Cuernavaca 2022

El deseo de que la capital salga del bache en que se encuentra es colectivo.

 

Cuernavaca 2022

La elección del pasado mes de junio en la capital de Morelos fue compleja, una de las más difíciles en la historia reciente de la capital; en ese proceso participaron varios personajes que por sus características llamaron la atención y anticipaban una contienda difícil. Al final lo que se impuso fue la decisión ciudadana de un cambio, de no continuar por el mismo camino y apostar por un personaje con arraigo. Entendamos algo: en Cuernavaca no ganó el PAN, perdió Morena.

Cada elección es distinta y tiene sus peculiaridades, nunca se repiten los mismos escenarios, aunque algunas veces se combinan aspectos que vuelven más difíciles los procesos. En el 2021 en Cuernavaca compitieron 19 candidatos, entre ellos un exgobernador, un diputado federal, un exdiputado local, un alcalde en funciones y un abogado que por tercera ocasión buscaba la presidencia municipal.

En el papel el favorito era el Movimiento de Regeneración Nacional porque se trata del partido que gobierna Cuernavaca y es la primera fuerza política en el estado y en el país; como si eso no fuera suficiente el candidato de Morena fue un diputado federal millonario que coordinaba una bancada de 51 legisladores y localmente era amigo del gobernador Cuauhtémoc Blanco.

A escena regresó el exalcalde y exgobernador Sergio Estrada Cajigal apadrinado por un partido de reciente creación, satélite de Morena y que parecía tener un enorme financiamiento por parte de su propietario Pedro Haces. En la contienda se sumó el alcalde en funciones Antonio Villalobos, montado en las siglas del PT, otrora aliado de Morena, financiado con recursos del gobierno de la capital.

El PAN postuló a un abogado que dos veces antes ya había contendido por la presidencia municipal de Cuernavaca, la primera bajo las siglas del PRD y luego de manera ciudadana; José Luis Urióstegui es un personaje reconocido en la ciudad, respetado por muchos, aunque dista de ser un fenómeno político o un hombre carismático. Además de los personajes anteriores hubo otros dieciséis candidatos que, parecía, iban a pulverizar el voto.

Analizar lo ocurrido en la elección capitalina del 2021 es más sencillo a toro pasado, cuando ya conocemos los resultados y es posible revisar cómo sucedieron las cosas. Antes y durante la campaña los pronósticos eran reservados, existía una enorme expectativa en el triunfo de José Luis Urióstegui, aunque todas las encuestas ponían como ganador a Jorge Argüelles. Lo interesante ahora es ver lo que está sucediendo después de la votación y lo que puede venir en el gobierno.

En el triunfo de Urióstegui en Cuernavaca hay aspectos que bien vale la pena analizar, empezando por los votos ciudadanos que teóricamente atesoraba el hoy alcalde electo; recordemos que en la contienda del 2018, sin partido y en una campaña cien por ciento ciudadana el abogado consiguió más de 27 mil sufragios, lo que le permitió meter dos regidores al cabildo actual. Tres años más tarde con las siglas del PAN y en alianza con el PSD obtuvo 38 mil votos; el PSD, donde el abogado ubicó al equipo que lo acompañó en las elecciones anteriores, solo consiguió 6  de los 38 mil sufragios.

Lo ocurrido en Cuernavaca en la elección de junio pasado es peculiar y no se puede resumir como el triunfo del PAN; veámoslo de esta manera: Acción Nacional fue una excelente plataforma para José Luis Urióstegui, pero fue la combinación de ambos fue lo que derivó en una victoria electoral. Además, si Morena hubiera postulado a Alejandro Mojica en lugar de Jorge Argüelles el resultado habría sido distinto y hoy el alcalde electo en la capital sería del Movimiento de Regeneración Nacional.

La presencia de José Luis Urióstegui como candidato de la segunda fuerza electoral en Morelos y el rompimiento interno en Morena fueron los factores que al final definieron el triunfo electoral en Cuernavaca; sí el PAN no hubiese postulado al abogado y Morena hubiera elegido a alguien distinto a Jorge Argüelles, no había manera de que Acción Nacional recuperara la capital.

Recordemos que el gran lastre para el candidato capitalino del Partido Acción Nacional en la elección pasada fue la dirigencia estatal, entendiendo esta como la tripleta Martínez Terrazas: Adrián, el regidor que coordinaba el cuarto de guerra azul se encargó de dividir al equipo de campaña; Juan Carlos, el dirigente estatal, se mantuvo ausente en todo el proceso, sin atender el escenario político para ayudar a su candidato. Y Daniel, el candidato a diputado federal que compitió, perdió y se amarró en la primera plurinominal, volviéndose motivo de escarnio público y golpeteo a la campaña de Urióstegui porque falsificó documentos para ocupar una posición indígena.

La victoria del abogado en las elecciones del 2021 se entiende como un triunfo colectivo, es decir, la decisión de la mayoría de apostar por un cambio al establishment, para cerrarle paso al candidato del gobernador y recuperar Cuernavaca para los cuernavacenses. En esa lógica muchos pasaron por alto la historia y los antecedentes de los hermanos Martínez Terrazas, su ineptitud como dirigentes, los actos de corrupción en los que han estado metidos y los constantes señalamientos de ser comparsas del gobierno estatal. Lo importante era el cambio y ponerle freno a más de lo mismo.

Los meses que separan el triunfo en las urnas de la toma de protesta han puesto al alcalde electo en la mira de todos: algunos lo ven como una oportunidad de trabajo porque lo conocen de tiempo atrás y presumen su amistad; otros porque les da la oportunidad de resurgir del ostracismo político, planteando ideas y proyectos que suponen novedosos  y les abren la puerta a negocios.

Sin embargo hoy la mayoría ve a José Luis Urióistegui como la esperanza de que Cuernavaca salga del letargo en el que se encuentra, que bajo su mando las cosas mejoren y el gobierno deje de ser un botín económico y político. La historia personal del abogado elevó la expectativa sin tomar en cuenta que para cambiar las cosas en un gobierno como el de la capital se requiere mucho más que buena voluntad.

Las especulaciones sobre lo que puede ser el próximo gobierno de Cuernavaca han comenzado desde hace tiempo y se avivan con la actuación del alcalde electo, quien en lugar de trabajar en el diseño de lo que será su administración ha decidido abrir su agenda a todas las reuniones posibles con cualquier tipo de persona, hasta los impresentables de la política.

El fenómeno social que representó el triunfo en las urnas del abogado poco a poco se ha ido transformando en una sensación de duda sobre lo que viene para Cuernavaca; la aparición en torno al alcalde electo de figuras que han causado daño al estado y a la ciudad, como Jorge Meade, Jorge Messeguer, Julio Mitre y Juan José Alcalá, por mencionar solo a algunos, ha tenido efectos adversos en la imagen de Urióstegui y abrió la puerta a un debate que en nada ayuda a la transformación de la ciudad.

La presentación ayer del equipo de transición y el avasallamiento de los hermanos Martínez Terrazas tampoco fortalece confianza en la próxima administración, porque no se trató solo de la presencia de los dueños del partido, sino de la muestra pública de que ellos, Daniel, Adrián y Juan Carlos, son quienes tomarán las decisiones en el municipio y quienes aprobarán a los funcionarios del gabinete. En esa reunión, por cierto, apareció el exsecretario de hacienda del gobierno estatal Alejandro Villarreal, personaje muy cercano a los Terrazas y parte de la investigación en el Caso Primavera.  

Es claro que al presidente municipal electo no le apura el que dirán y a partir de ahí avanza en este proceso de transición de acuerdo con su propia lógica y agenda. Al abogado no le interesa en este momento conocer las condiciones en las que se encuentra la ciudad, ni tampoco ha diseñado una agenda política que incluya al congreso local o al federal. En su mente (supongo) existe un plan específico para su gobierno que no comparte a nadie, ni incluye todavía temas superfluos como la entrega recepción, la revisión pormenorizada del Sapac, la situación financiera del municipio o el encuentro con alcaldes de la zona metropolitana para trabajar de manera coordinada.

El tiempo dirá si los planes de José Luis para la ciudad son los correctos y las decisiones que ya está tomando reafirman la confianza que muchos ciudadanos tienen en su persona.

Por lo pronto la reunión de ayer con los hermanos Terrazas tomando el control del proyecto de gobierno para Cuernavaca son una terrible señal para todos.

  • posdata

Unos días después de ganar la elección José Luis Urióstegui hizo público su deseo de que Cuernavaca saliera del Mando Coordinado de Policía. No ha funcionado, no da resultados y no los dará, dijo enfático a pesar de que en la reunión previa que sostuvo con el comisionado de seguridad, el secretario de gobierno y el gobernador, acordaron que él nombraría al próximo secretario de seguridad de la capital y tendría el manejo directo de la policía.

La semana pasada en uno de los foros que ha organizado repitió lo mismo: Cuernavaca recuperará el manejo de su policía en beneficio de los ciudadanos; en esta declaración el abogado no se refirió a la decisión del cabildo, como lo había hecho en ocasiones anteriores, ahora habló en primera persona y como futuro presidente municipal: no se firmará el convenio de mando coordinado.

La apuesta del próximo gobierno de Cuernavaca es por la recuperación de la paz, para que la ciudad vuelva a ser tranquila y los capitalinos dejen de sentirse temerosos, como lo manifestaron en la última encuesta sobre percepción de inseguridad que realizó el INEGI. La de Urióstegui es más o menos la misma apuesta que hizo Graco Ramírez y también tiene como consejero en la materia a Javier Oliva.

Esta semana al presentar al equipo que coordinará los trabajos de entrega recepción en Cuernavaca, los hermanos Terrazas se llevaron la nota: ahí estaban los tres en primer plano, con Juan Carlos en el micrófono, Adrián al lado del alcalde electo y Daniel, a quien pocos habían visto desde que el tribunal electoral federal lo bajó de la diputación, en la fila de adelante, sonriente, sabedor que el ayuntamiento será su refugio.

El avasallamiento de los hermanos Terrazas en el acto fue total, opacaron la figura del alcalde y mostraron quien va a mandar; con ellos llegó Alejandro Villarreal y otros personajes afines a ese grupo político, probablemente futuros funcionarios municipales. La gente que históricamente ha estado al lado de Urióstegui fue lanzada a un segundo plano, desplazada, como también ocurrió con el abogado que se volvió un invitado más en su evento.

En política todos los mensajes cuentan y el de ayer fue contundente. La fuerza moral que emana José Luis Urióstegui se contamina con la presencia de tres hermanos torpes, corruptos y protagónicos.

  • nota

El plan de los Terrazas, dicen, es más o menos así: si José Luis Urióstegui se porta bien y los deja cogobernar la capital, será el candidato del PAN (sin alianza) a la gubernatura de Morelos en el 2024, mientras que el hermano menor Daniel, el que fue despojado de la diputación federal por falsificar documentos para ser candidato indígena, competirá por la presidencia municipal de Cuernavaca.

¿Y si los números no le dan a Urióstegui para buscar la gubernatura en el 2024?

Obvio: si depende solo de los Terrazas, el PAN no hará alianza el 2024 con nadie. Y así no hay posibilidades de que gane.

  • post it

Otra crisis surgió ayer en Jiutepec luego de que un cerro registró desprendimientos que afectaron a varias viviendas; el alcalde Rafa Reyes acudió al lugar desde la madrugada y supervisó personalmente las labores de atención y reubicación de los vecinos, para evitar que sufrieran algún tipo de percance.

Una vez más el edil tuvo una buena e inmediata reacción ante los hechos. Los jiutepequenses están en buenas manos.

  • redes sociales

Este jueves viene otra vez a Morelos el presidente Andrés Manuel López Obrador, en Cuernavaca se llevará a cabo la conferencia de prensa matutina y posteriormente se trasladará al municipio de Jojutla.

La última ocasión que el jefe del ejecutivo federal realizó una mañanera en Morelos dio por cerrada la investigación de la UIF en el llamado Caso Primavera y refrendó su respaldo al gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo.

Veremos si hay alguna sorpresa en esta visita; lo que no sorprenderá a nadie es que manifieste una vez más su apoyo al exseleccionado nacional.

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