SAPAC: ENTRE EL SAQUEO Y LA NECESIDAD
En opinión de José María Román Román
Los problemas del SAPAC, de hecho desde su formación e integración a la actual Ley Estatal del Agua Potable, allá por finales del siglo pasado, son recurrentes y seguirán siendo recurrentes. La pregunta es: ¿Por qué los sistemas operadores en los demás municipios de Morelos operan normalmente y Cuernavaca, la capital, no?
Pues por corrupción e impunidades evidentes que también son muy recurrentes y sobre todo por falta de vigilancia, desde el mismo Congreso que tiene esa facultad, pasando por los comisarios a quienes se les acota en la práctica su función legal. ¿Quién es el ganador de esta constante anomalía que afecta a la población que en su necesidad los soporta? Los directores y los presidentes municipales y de paso como cómplices secundarios, varios regidores de varias administraciones que han acumulado también la cuenta impagable a la que hoy hemos llegado.
Por azares del destino me tocó fungir como Presidente del Consejo Consultivo Ciudadano en el año 2014, puesto honorario, aclaro. Eso me permitió adentrarme en sus problemas y tratar, dentro de la ley, de pedir aclaraciones a las cuentas y al manejo operacional del sistema a fin de que, previa consulta con las cámaras y empresarios pudiéramos realizar un plan de propuestas para sacudirse el perverso endeudamiento que desde siempre ha continuado en aumento en cada administración. Negaron los informes, muchísimos los retrasaron, pero los vitales, nunca respondieron, de tal forma que terminó mi administración y no logré nada para hacer propuestas como la ley marca para los consejos consultivos. Perdón por hablar en primera persona, pero por las circunstanciasen que vivimos los ciudadanos respecto a nuestra agua potable me obligan y lo ventilo en público. Era Morales Barud quien es ese tiempo encabezaba como presidente municipal al Sistema Operador de Cuernavaca y en nuestros consejos siempre se refirió a los graves endeudamientos que ya se arrastraban en aquel entonces y que por razones políticas en esa administración igualmente se adquirieron compromisos que desgastaban y afectan al Sistema Operador.
El fondo del asunto es que se trata y de hecho siempre lo ha sido, de la caja chica de los presidentes municipales y de paso de los regidores porque para dar su aprobación a las medidas que se deben tomar, exigían su parte del pastel y lo hacían de dos formas, con aviadores de por medio propuestos por ellos y la otra era la introducción de nuevos empleados al ganar las elecciones a fin de tener gente de su confianza dentro del organismo, todo engrosaba y engrosa la nómina y genera derechos, después impagables. Mientras las cuentas de las deudas a proveedores aumentaron por falta de pago. Esto llegó al grado de que para pagarles se exigía una comisión al proveedor, lo que concluyo en ya no ser sujeto de crédito el Sistema Operador de Cuernavaca.
La población en su necesidad de recibir el líquido soportó y soporta a la vez algo que el sistema sigue practicando para allegarse más recursos y pagar la pesada nómina que todos los presidentes municipales han venido agregando, tal como el cobro bimestral y no mensual del consumo como la ley lo dice. Quien no ha engordado la nómina hasta donde sé, es el actual presidente José Luis Uriostegui Salgado que le toca y le va a seguir tocando, bailar con la más fea, o sea con el cúmulo de problemas que han multiplicado criminalmente la deuda. Cada político presidente trae su gente y los ingresan a la nómina de tal forma que el SAPAC tiene hasta el 60% de personal de más, lo que le impide atender las necesidades y que carece de posibilidades de liquidar. El verdadero problema aparte del administrativo por sus excesos de personal es la falta de controles que el congreso o los congresos desde los años 90s del siglo pasado no han querido tocar, tales como liquidar personal innecesario y convenir el exceso de prestaciones del personal más la enorme fuga de tomas clandestinas que para algunos en aquellos años en que participé hablaban de más de 40 mil tomas clandestina que no pagan y tienen suministro de agua. El Congreso bien puede limitarlos, pero no lo hacen por razones políticas. Tan grave es este asunto de corrupción que el ex presidente Municipal Manuel Martínez Garrigós impunemente tomó y nunca ha justificado más de 30 millones en el tiempo de su administración respecto de lo cual sigue una denuncia en la antigua Procuraduría que no avanza en contra del ahora Morenista que sustrajo ese dinero del ahorro de los empleados. ¿Solución?, no hay y habremos de seguir soportando cortes de suministro, toma de calles, manifestaciones a veces violentas, falta de mantenimiento y robo de agua por miles de usuarios incognitos que sabe el sistema que existen, pero que no tocan y etc. etc. etc. Total, el pato lo pagamos los ciudadanos sin deberla ni temerla.