Nosotros - Agresión a diputada y el coro tradicional: ¿Ya les toca?
En opinión de José María Román Román
Durante el régimen pasado, mucho se habló y poco se hizo para investigar el ataque a los funcionarios públicos, menos aún para el ciudadano común y víctima preferida de los delincuentes. Los avisos y las mantas colocadas en diversos lugares fueron, como ahora son, cosa común sin que realmente el gobierno hiciera su trabajo para contrarrestar lo que al parecer va a continuar en este gobierno que es más ataques y más crecimiento en la criminalidad.
Incluso se llegó, al igual que ahora a mencionar en los avisos a través de mensajes en áreas públicas y en las redes sociales que Graco estaba vinculado a determinado organismo criminal. Al igual que en el pasado, probablemente nada se hará y la impunidad, madre de todo lo que nos acontece seguirá sembrando sus reales en la sociedad de Morelos. Los rumores, desde luego que son eso y eso seguirán siendo, y aparecen muy frecuentemente mediante mensajes y con todas las agravantes de los delitos y los actos criminales se suceden a diarioy es tan constante que ya no nos impacta. Ya tenemos una costumbre malsana de considerar normal, lo que no lo es en una sociedad como la nuestra. El problema de su crecimiento y los efectos en la economía y en la administración pública, como consecuencia del daño económico que forzosamente se produce con este tipo de eventos es consecuencia lógica que han dejado de considerar en el gobierno. El resultado es que la impunidad, producto de la falta de profesionalismo y en muchísimos caso, por la colusión de elementos del gobierno con los criminales, hará que la dimensión de los hechos nos repercuta aún más de lo que ya se nota en la baja de la actividad empresarial. A esto se suma la incertidumbre política que desde las esferas del gobierno federal se multiplican todos los días. En nuestra Nación, no hay certeza ni claridad en las reglas del juego y muy escasa legalidad para el inversionista, como tampoco la hay para el ciudadano y sus familias y ante la carencia de muchas cosas, entre otras la falta de empleos bien remunerados, más de un individuo opta por la delincuencia sabiendas de que no habrá castigo y tampoco habrá mayores consecuencias de sus actos negativos. Esto no lo quieren mirar los legisladores al momento de cumplir con su papel de regular y vigilar el cumplimiento de la ley tanto en el poder ejecutivo como en el judicial que por desgracia este último poder está cayéndose a pedazos su credibilidad y ha entrado de lleno a la competencia de la corrupción y el nepotismo cuando la titular, la señora María del Carmen Verónica Cuevas es sujeta de serias acusaciones sin que el resto de los poderes intervenga para controlar lo único que quedaba más o menos funcional para la aplicación del orden social a travésde la aplicación del derecho.
Eso sí, cuando aconteció el ataque de la diputada Erika García Zaragoza, toda la clase política, desde la conocida Graquista Lucía Meza hasta el Gobernador, pasando por el resto de los que tienen voz pública hicieron resonar como en los mejores tiempos del PRI la frases de siempre, diciendo una sarta de tonterías que ofenden no por lo repetitivo sino por lo hueco que suenan en una sociedad que no sale de apuros y que su estándar de vida se esfuma día con día (“se hará justicia”, “se llegará hasta el fondo del asunto”, “caiga quien caiga se procederá”, etc., lo de siempre). Lo cierto es que nadie está a salvo y ahora se demuestra que ni los salvadores que prometieron en campaña librarnos de todo mal, tampoco están libres de los efectos que toleran y que tácitamente aceptan cuando nada hacen pudiendo hacer todo. La sarta de tontería que dicen ante el hecho del ataque, no puede ser más ilustrativos de realidad que nos cobra la vida principalmente de nuestro jóvenes y que deja multitud de niños en la orfandad, haciendo que en el futuro nuestra realidad sea más difícil y más dolorosa para las próximas generaciones que seguramente y de no cambiar las cosas, seguirá llena de delincuentes.
El dilema sobre este asunto ahora es investigar si el ataque solo fue para ella y no para la clase política como ya se rumora y si fue para ella, ¿quién y por qué? Si fue para la clase política, pues, tendremos un gobierno duplicado: el de la delincuencia organizada, sobre el gobierno desorganizado y el gobierno tradicional. El clásico coro de los funcionarios no se hizo esperar. Lucía Meza dijo que era un cobarde atentado, que deben de agotarse las investigaciones, que no permitirá (¿?) que quede impune el hecho cuando sabemos que será todo lo contrario y pidió resultados a Guarneros, es decir, pidió peras al olmo. El gobernador más o menos dijo lo mismo en su mundo de confort, el fiscal Uriel Carmona por igual y en su infinita sapiencia y sabiduría y sin investigación obvia ya dictaminó que fue un solo tirador (otro error como en el caso de Samir, el de la termoeléctrica) y fue más lejos, dijo que fue personal el ataque, nada contra el gobierno y sus funcionarios.
En Morelos, no cabe duda, tenemos un buen coro y aunque canten mal las rancheras y desentonen, ya entrados en copas políticas, les vale. El chiste es salir en la foto. Eso sí, todos al unísono exhortaron al fiscal a que dé resultados y ni tardo ni perezoso el muy sesudo, en cuestión de minutosinvestigó y dio su veredicto: ¡Está a salvo la clase política, ya pueden dormir tranquilos…hagan lo que hagan!, ¿Será?