La sociedad de los POETAS EBRIOS - Iglesia, CATEQUISTA PORNO y pecado de omisión / Alcaldes perdedores
En opinión de Héctor Rangel Terrazas
El obispo Ramón Castro Castro es un verdadero catón. Se erige severo para juzgar las faltas de nuestros gobernantes. Lo hizo con la administración graquista (con la que fue harto inflexible); lo hace también con la que encabeza Cuauhtémoc Blanco (no con igual dureza, reconozcamos). No expondremos, POR EL MOMENTO, interés y motivos que pudieron subyacer en su comportamiento en relación con el hampón de Tabasco; tampoco, los que fundan la que lleva con el exfutbolista. Por lo pronto, hay que subrayar que, independientemente que le corresponda a él asumirse o no como crítico, lo que aquí le señalamos NO BUSCA RESTARLE RAZÓN A SU DEDO FLAMÍGERO. Finalmente, lo que pasa en Cuernavaca y el estado todo asalta nuestras almas cotidianamente; es evidente (hay que apuntar, si tenemos vocación a la justicia, que tampoco es novedoso lo que el jerarca echa en cara a las autoridades; pero, dada su investidura, siempre atrae reflectores).
Sus CRÍTICAS y posicionamientos, como las del retirado Norberto Rivera (no lo llamaremos "El Negro", para que no se nos tache por irrespeto), CONTRASTAN en su severidad con sus posicionamientos a las FALTAS Y/O PECADOS EN QUE LA JERARQUÍA CATÓLICA incurre. En estos casos, la firmeza desaparece. La autocrítica es demasiado complaciente, cuando llega a existir pues, tradicionalmente, esa virtud NO es una que caracterice a los purpurados.
Y dígame usted si no. Le damos aquí una PRIMICIA (a nivel estatal) de El Regional: la Fiscalía General de la República ACABA DE DETENER A JOSÉ ALFREDO “N”, POR EL DELITO DE TRATA DE PERSONAS "en las modalidades de compartir y publicitar por cualquier medio fotografías en las que participan personas MENORES DE 18 AÑOS de edad" (o sea, pornografía infantil). El referido, junto con otros dos, son presuntos responsable de ello.
¿Quién es José Alfredo? Pues según el perfil suyo, que trascendió junto con los de los otros dos cómplices, se trata de un CATEQUISTA CATÓLICO EN CUERNAVACA, que "atiende" a niños de 7 a 9 años. A este guía eclesial infantil quien, desde no sabemos cuándo, estaba en contacto con feligreses menores de edad, en esta ciudad capital, y a los otros dos "les fueron asegurados tres dispositivos de comunicación móvil y 22 dispositivos de almacenamiento electrónico, así como diversas prendas de vestir". Los tres conformaban un grupo en el que compartían, en dichos aparatos, fotografías de niños desnudos. ¿Aparecen ahí MENORES DE MORELOS que acudían con el catequista a encaminarse en el camino de su fe? Hasta allá no llega la información a disposición.
Lo que públicamente se sabe es lo arriba descrito. Lo conoce ya, desde luego, la Iglesia católica (sus mecanismos de comunicación interna NUNCA dejan pasar este tipo de asuntos, aunque no se hable de ellos en público). Supondríamos que Ramón Castro ya debería de estar al tanto o no tardará en hacerlo. ¿QUÉ PASARÁ? Le aseguro que NADA, mientras no salga algún padre de familia para expresar sus dudas en torno al riesgo en que alguno de sus hijos hubiese podido incurrir, si le tocó la mala suerte de recibir catecismo de parte de José Alfredo (o, peor, alguien que haga un señalamiento directo por algún daño ya detectado).
De no ser así, la Iglesia católica en Morelos NO HARÁ NADA ni, mucho menos, hablará al respecto. Los pronunciamientos y "autocrítica" que llegan a aceptar sobre alguno de los suyos, cuando hay escándalo mediático, responden sólo al mecanismo de DEFENSA Y JUSTIFICACIÓN. Tenemos un largo historial en México en esos PECADOS de aquéllos que, en principio, están para combatir a éstos y a Satán.
No sólo ellos, pero los JESUITAS de MACIEL nos han regalado MUCHOS ejemplos. ¿Qué tendría que hacer Castro Castro, SIN QUE ESTÉ FORZADO por un escándalo en medios y redes? Un PASTOR VERDADERO estaría investigando el hecho. Se pondría en contacto con el párroco donde José Alfredo daba catecismo. No sólo con amor cristiano, sino con tacto y profesionalismo, se estaría ya entrevistando a padres e hijos para detectar algún posible ataque. Ese tipo de delitos dejan en la víctima, especialmente cuando menores, estragos difíciles de superar. Ello sería un verdadero COMPORTAMIENTO CRISTIANO. ¿Cree usted que el encargado de la diócesis se comportará a la altura? Nos disculpamos aquí por creer lo contrario si su respuesta es afirmativa.
Los antecedentes para documentar nuestro pesimismo no son pocos. Lo visto en los últimos lustros fuerzan a aniquilar cualquier anhelo positivo, en cuanto a LA SENSIBILIDAD ECLESIAL. Gente comprometida nos ha fundamentado la complicidad en TANTOS casos de pederastia de SACERDOTES. La culpa ante lo, presuntamente, perpetrado por este SIMPLE CATEQUISTA NO COMPROMETERÁ al tal Ramón pues, además, fueron puras fotos (¡qué escándalo por tan poco!, dirán). Como en materia de ley civil con DELITOS, en la de jerarquía LOS PECADOS SE COMETEN TAMBIÉN POR OMISIÓN. Parece que aquí se incurrió en unos y otros; el rol de quien usa la silla que una vez ocupó don Sergio sería en el caso fundamental e histórico.
Por no dejar: alcaldes "perdedores"
Con la cola entre las patas terminaron el mismo brete por ellos iniciado los alcaldes de Morelos. No obtendrán nada de lo que exigían, cuando se veían tan duros y decididos. Mientras mantengan sus ayuntamientos como agencia de colocaciones de amigos, familiares, amantes, y se nieguen a TRANSPARENTAR los dineros que, según ellos son pocos, NO TENDRÁN RESPALDO POPULAR ALGUNO. Pase lo que pase, ellos se irán con bolsillos hinchados al final.