Juego de Manos - ¿El poder caduca?
En opinión de Diego Pacheco
El ejercicio del poder desde los espacios públicos suele ser finito y estar sujeto a una cuenta regresiva. Los intereses y el dinamismo de tablero conllevan una lucha constante por hacerse de la toma de decisiones e influencia sobre las demás fichas en juego. Esto ocurre administración tras administración, entre todos los niveles de gobierno y sus respectivas dimensiones de acción.
En lo que respecta a la presidencia de República, los primeros años suelen ser muy benéficos ya que cuentan con pocos contrapesos, estabilidad y gobernabilidad. No obstante, conforme se acercan los últimos tiempos la gestión se convierten en una cuenta regresiva por cerrar pendientes. Las oportunidades de ejercer el poder disminuyen y las alianzas se rompen; ello, en paralelo a que los personajes se preparan para el nuevo capítulo y, por supuesto, surgen las fichas que se figuran como el relevo generacional (el aspecto generacional es opcional).
Ojo: contrario a lo que se observó en administraciones previas, en donde el ejecutivo federal marcaba una línea con su partido, López Obrador se ha dedicado a mantener un control sobre el país y la institución política que formó. Esta es una hazaña sumamente complicada, pues implica estar en un constante estado de alerta y mantener activos en todo momento los mecanismos de control internos y externos.
Los efectos de esta decisión son visibles. Durante la primera parte de esta administración, los proyectos legislativos (incluyendo reformas constitucionales) enviados por Palacio Nacional hacia el Congreso de la Unión contaban con un pase casi automático, dentro de una serie de sesiones casi coreográficas que se abrían con el diálogo y se cerraban con las instrucciones de arriba.
De igual manera, el poder judicial se mostraba como un aliado del presidente durante la titularidad del ministro Arturo Zaldívar. Caso opuesto a la situación actual, bajo el liderazgo de la ministra presidenta Norma Lucía Piña Hernández.
Ahora bien, sobre los procesos de transición. Las y los candidatos a la presidencia de la República suelen tener un buen empuje inicial al momento en el que se les designa, y su poder crece a medida de que se acerca el momento de elegir a un nuevo presidente o presidenta de la República. Ello, en teoría, implicaría que la hoy Coordinadora Nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación, Claudia Sheinbaum, tendría una injerencia notable en la designación de las fichas de conformarán el tablero de la fiesta electoral del próximo año ¿será?
El perfil más visible que está impulsando la Doctora para el 2024 es el del ex secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, para Jefe de Gobierno de la Ciudad de México. Hasta hace unas semanas, él se figuraba como el virtual ganador de la encuesta interna del partido y, posiblemente, el triunfador elecciones 2024 para el Ejecutivo capitalino. No obstante, algo cambió. A pesar del empuje público de la coordinadora nacional, los signos indican un posible cambio de rumbo en favor de la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada.
Uno de los grandes aciertos de la (pre-pre) campaña de Claudia Sheinbaum, que le sumó puntos con la base morenista y con las cúpulas del partido, fue su posición como una persona absolutamente leal al presidente de la República. Para un partido que apuesta por la longevidad del proyecto, el seguimiento a la línea del hoy presidente es un aspecto valorado. Por ello, la discrepancia en la definición de el o la candidata a la jefatura de gobierno es sintomática sobre la situación interna del partido y sus grupos.
Un dato: las recientes declaraciones del presidente nacional de Morena, Mario delgado, dan cuenta de que podría encontrarse bajo trámite la derrota del exsecretario en el proceso de definición de la candidatura capitalina. “Sí, es una de las posibilidades por lo menos en 7 entidades de que un hombre que gane la encuesta termine no siendo candidato por cuestiones de paridad de género”, declaró. Veremos.
Reitero, esta definición no solo es la primera pieza de dominó que detonará el acomodó de espacios en razón de género a nivel nacional, para las nueve gobernaturas que estarán en juego el próximo año; sino que, a su vez, será una muestra de la fortaleza presente y las capacidades verdaderas de acción de la Dra. Sheinbaum sobre el proceso que está por venir.
Por cierto
La precuela de la contienda electoral más importante de la historia del país (versión 2024 remasterizada) está por concluir. Si todo marcha acorde al plan, en 5 días el comité nacional de Morena dará a conocer a las y los coordinadores estatales de defensa de la cuarta transformación (precandidatos, para los cuates) de las 9 entidades que están en juego. Con ello, podemos esperar gritos de victoria, denuncias al proceso y saltos de barco al por mayor.
A partir la designación de la o el coordinador estatal, será necesario construir el plan de gobierno para delimitar las líneas discursivas de la campaña; así como ir trazando el organigrama interno del gobierno estatal, las titularidades de las secretarías y su conformación de acuerdo con las metas de la administración entrante.
Del lado del partido, luego del trabajo de medición de las piezas y su acomodo en el tablero, el partido deberá apuntar sus esfuerzos a mitigar el disgusto y contener las acciones en contra que pudieran surgir de quienes no resulten favorecidos por este proceso.
Morelos se encuentra dentro de los estados como posibilidad de triunfo para el partido en el poder, cuyo factor de victoria se modificará de acuerdo con las fichas que se elijan en la oposición y demás partidos en la contienda. No obstante, su posibilidad de triunfo le agrega valor sobre otros espacios en pugna.
Morelos no es moneda de cambio: